Presentación de Bebé
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21 Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido.
22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor
RVR60Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al SeñorComentario Al Nuevo Testamento CUMPLIENDO LAS ANTIGUAS CEREMONIAS ()
RVR60Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor
Comentario Al Nuevo Testamento CUMPLIENDO LAS ANTIGUAS CEREMONIAS ()
Tres antiguas ceremonias
Tres antiguas ceremonias
En este pasaje vemos que se cumplieron después del nacimiento de Jesús las tres antiguas ceremonias relativas al nacimiento del primer hijo varón de una familia judía.
Tres antiguas ceremonias
La circuncisión.
La circuncisión.
Todos los niños judíos se circuncidaban a los ocho días de nacer. Esta ceremonia era tan sagrada que se podía llevar a cabo hasta en sábado, aunque la ley prohibía que se hiciera ese día nada que no fuera absolutamente esencial. Ese día se le ponía nombre al niño.
La redención del primogénito.
La redención del primogénito.
Según la ley (), todo primogénito varón, o macho en el caso del ganado, estaba consagrado al Señor. Esta ley puede ser el reconocimiento del poder misericordioso de Dios que es el que da la vida, o tal vez sea el equivalente de la ley de otros pueblos que sacrificaban a los hijos primogénitos a sus dioses. No cabe ninguna duda de que, si se hubiera cumplido literalmente, habría desbaratado la vida. Por eso había una ceremonia conocida con el nombre de la Redención del Primogénito (), y que consistía en pagar cinco siclos para, como si dijéramos, que los padres pudieran seguir teniendo a su hijo. Dicha suma se tenía que hacer efectiva a los sacerdotes, y no se podía pagar antes de los treinta y un días después del nacimiento, ni diferir mucho más.
La purificación después del parto.
La purificación después del parto.
La mujer quedaba impura cuarenta días si había tenido un hijo varón, y ochenta en el caso de una hembra. Podía vivir normalmente en su casa y hacer sus trabajos diarios, pero no podía entrar en el templo ni participar en ceremonias religiosas. Al cumplirse ese tiempo tenía que traer al templo un cordero de un año para holocausto y un pichón para expiación. Era un sacrificio bastante costoso, así es que la ley establecía que si no se podía ofrecer un cordero se podía traer otro pichón. La ofrenda de los dos pichones en vez de la del cordero y el pichón se llamaba técnicamente la ofrenda de los pobres, y esa fue la que ofreció María. De nuevo vemos aquí que Jesús nació en un hogar sencillo y humilde, y sin lujos; un hogar en el que se tenía que tener cuidado con el dinero, en el que se sabía lo difícil que es a veces ganarse la vida y esquivar sus dificultades. Cuando nos asedien las preocupaciones de la vida, acordémonos de que Jesús también las experimentó.
Estas tres ceremonias nos parecerán extrañas y antiguas; pero las tres expresaban la convicción de que un hijo es un don de Dios. Los estoicos solían decir que los niños no se les dan a los padres, sino se les prestan. De todos los dones de Dios, del que más se nos van a pedir cuentas es del de un hijo.
Nosotros no bautizamos infantes o bebés. Esto no se enseña ni se implica en ninguna parte de la Biblia. Algunos piensan que el bautizo de infantes viene de las culturas paganas que de alguna manera se infiltró en la iglesia cristiana. El hecho es que en el Nuevo Testamento no encontramos el bautismo de infantes o bebés sino solamente personas que tenían la habilidad de entender el mensaje del Evangelio. La Biblia enseña que las únicas personas que fueron bautizadas fueron aquellas que entendieron su condición espiritual que eran pecadores y estaban muertos espiritualmente y que confiaron en Jesucristo como su único Salvador. Obviamente, un bebé o infante no tienen la habilidad para entender el Evangelio.El propósito de presentar a los bebés en la iglesia es reconocer quién es Dios como Creador y Señor, y quiénes somos nosotros como recipientes del regalo que son los bebés. Nuestra tarea como padres es apuntar a nuestros hijos desde temprana edad al Salvador y Señor Jesús, y orar por ellos día a día para que Dios les dé Su gracia para que puedan ver la belleza de Cristo por medio del Espíritu Santo. La congregación apoya a los padres para que juntos podamos tomar la responsabilidad de enseñar a nuestros hijos sobre nuestro Dios y participar en ver a Dios obrando Su obra salvífica en nuestros hijos.
Oracion:
Oracion:
El ministro tomará a las niño en sus brazos y dirá: Leishlianis, Alanis y Keyshla las dedicamos a Dios el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Que el Señor las fortalezca todos los días de sus vidas.
Oración dedicatoria:
Ahora, Padre Santo, Creador del cielo y de la tierra, te ruego por el bienestar futuro de Leishlianis, Alanis y Keyshla. Líbralas de las corrientes del pecado de este mundo, y de las enfermedades que hacen estrago en la infancia. Que a medida que ellas crezcan en edad y estatura, crezcan también en Tu gracia, en el conocimiento de tu Palabra y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Te pido por sus padres, Ashly y Jacob, derrama Tu gracia sobre ellos y dales sabiduría para que las críen en el camino cristiano. Que ellos comprendan la importancia de que esta niñas que hoy presentamos, te conozcan y te sirvan. Señor, dedico a estas niñas para que solo Tu seas reconocido y honrado como Señor y creador de todas las cosas y para Tu gloria. Oramos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Amén.