FILIPOS
LA CARTA DE LA FELICIDAD
Primera: Siempre que el consuelo prestado no se ajuste a la realidad, la paz mental que éste proporcione no tendrá efectos duraderos.
Segunda: Lo más difícil de quebrantar de todo es el pecado, y no hay estímulo mental o “pensamiento positivo” que pueda eliminarlo.
Tercera: La única paz que merece tal nombre es la paz con Dios y esta paz no puede ser autofabricada.
Cuarta: Esta confianza en los tranquilizantes, sean libros o píldoras, puede proceder de la falsa suposición de que el desasosiego espiritual o la lucha interior es un mal en sí mismo. Sin embargo, frecuentemente es muchísimo mejor el afrontar la realidad, que el tratar de escapar de ella. La evasión conduce a la apatía espiritual. El analizar y dar la cara a la realidad acerca de uno mismo es el único camino que nos puede llevar a “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento”