Eres mi refugio

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En medio de temblores afirmando que El nuestro Refugio

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Números 35.9–12 NTV
9 El Señor le dijo a Moisés: 10 «Dale las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: cuando crucen el Jordán para entrar a la tierra de Canaán, 11 designen ciudades de refugio adonde una persona pueda huir si ha matado a alguien por accidente. 12 Estas ciudades servirán como lugares de protección contra los parientes de la víctima que quieran vengar la muerte. No se le quitará la vida al responsable de la muerte antes de que la comunidad lo juzgue.

¿Cual era la intensión de estas ciudades de Refugio?

Si alguien cometía un homicidio voluntario, podía ir a estas ciudades y refugiarse, la ley decía que nadie podía tomar venganza de el.
El que cometía la falta tenía que huir.
La palabra huir significa correr rápidamente, con el fin de escapar.

Huir no es malo, lo malo es hacia donde huimos.

Tratar de escapar de una realidad no es malo sino que depende de que lugar estas corriendo a refugiarte.

Dios sabía que iba a haber momentos donde saldríamos corriendo y El quería asegurarse que hubiese el lugar correcto donde la vida fuese preservada.

Precisamente cuando lo que merecia un homicida era la muerte, Dios preparó una ciudad de refugio.

La palabra refugio significa Lugar o persona que buscamos para recibir ayuda o protección.

Yo me imagino a esta gente que cometían homicidio involuntario, corriendo por que sabían que al llegar y cruzar la puerta estarían a salvos.
por eso el Salmista sabía donde correr
Salmo 18.1–2 RVR60
1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. 2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
El alto refugio era una fortaleza militar defensiva altamente fortificada.
Era una estructura que traía seguridad.
Si al lugar donde corres no te hace sentir seguro, no es un refugio.
Salmo 71.3 RVR60
3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
Hebreos 6.13–20 NTV
13 Por ejemplo, estaba la promesa que Dios le hizo a Abraham. Como no existía nadie superior a Dios por quién jurar, Dios juró por su propio nombre, diciendo: 14 «Ciertamente te bendeciré y multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable». 15 Entonces Abraham esperó con paciencia y recibió lo que Dios le había prometido. 16 Ahora bien, cuando las personas hacen un juramento, invocan a alguien superior a ellas para obligarse a cumplirlo; y no cabe ninguna duda de que ese juramento conlleva una obligación. 17 Dios también se comprometió mediante un juramento, para que los que recibieran la promesa pudieran estar totalmente seguros de que él jamás cambiaría de parecer. 18 Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el juramento. Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que Dios mienta. Por lo tanto, los que hemos acudido a él en busca de refugio podemos estar bien confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros. 19 Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios. 20 Jesús ya entró allí por nosotros. Él ha llegado a ser nuestro eterno Sumo Sacerdote, según el orden de Melquisedec.
Hebreos 6.16–20 RVR60
16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, 20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Hebreos 6.17–20 NVI
17 Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito es inmutable, la confirmó con un juramento. 18 Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros. 19 Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, 20 hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
hebreos 6.13-20
Aquella ciudad era una sombra de Cristo.
y los homicidas involuntarios un tipo de nosotros mismos
Nosotros involuntariamente eramos homicidas participes del pecado.

Al Cristo morir en la Cruz abrió una nueva ciudad de refugio. No una visible sino invisible. Era El mismo!

por eso hebreos dice que los que buscan refugio en El, tenemos la esperanza como una firme y segura ancla que penetra a la misma presencia de DIos.
Por eso corramos al lugar donde fuimos anclados!!! En El!!!
Descansemos ya entramos a nuestra ciudad de refugio.
salmo 59.
Salmo 59.16–17 RVR60
16 Pero yo cantaré de tu poder, Y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia. 17 Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.
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