Pidamos a Dios Sabiduría
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Introducción
Introducción
¿Qué nos hace falta?
¿Acaso hay algo que no tenemos y deseamos tenerlo?
Al considerar esta pregunta podríamos pensar en cosas materiales que nos hacen falta:
Un automóbil en buenas condiciones.
Un aumento de salario para poder tener lo suficiente para los gastos del hogar.
La última vez que consideramos la carta de Santiago pudimos ver que las pruebas de esta vida sirven para afirmar/fortalecer nuestra fe.
La prueba sirve para llevarnos a la madurez.
Es por eso que Santiago escribe:
Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
La madurez es ese estado que el creyente experimenta cuando no le hace falta nada.
Ahora, no debemos pensar que este creyente no tiene necesidad económica o física.
Santiago está hablando de ser un creyente completo de tal manera que lo describe como “perfecto” y “cabal”. La NVI traduce “cabal” como “íntegro”.
Desde la perspectiva de Dios, la meta del creyente no es tener libertad financiera y tener dinero ene abundancia, sino alcanzar ser un creyente maduro cuyo carácter ha sido moldeado conforme a la voluntad de Dios.
Así que, ¿qué es lo que más necesitamos hoy, según Santiago? (leer texto) - Hoy consideraremos:
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
Santiago 1:5-
Necesitamos la sabiduría que Dios da
¿Qué es la sabiduría?
¿Cómo debemos pedir?
Las consecuencias de la falta de sabiduría
I. Necesitamos la sabiduría que Dios da
I. Necesitamos la sabiduría que Dios da
Santiago nos ha animado a madurar en Cristo.
Un creyente maduro analiza su vida para considerar qué áreas de su vida necesitan ser transformados/reformados.
Somos una obra en proceso.
Somos salvos, perdonados, justificados - sin embargo Dios sigue obrando en cada uno de nosotros, de manera individual, para transformarnos conforme a su voluntad.
Un creyente que va madurando se da cuenta de la prioridad de tener sabiduría.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Santiago podría haberse referido a muchas cualidades que le hacen falta al creyente - amor, fe, esperanza, humildad.
Sin embargo inicia con la importancia de la sabiduría en la vida del creyente.
Notemos que la sabiduría no es algo que nace dentro del hombre.
La sabiduría a la cual se refiere Santiago es algo que proviene de Dios - es por eso que venimos a Dios para pedir sabiduría.
En seguida vamos a considerar lo que es la sabiduría - pero ahora nos vasta entender que no es algo que el hombre puede producir dentro de sí mismo. Dios nos tiene que conceder sabiduría.
Por tanto, hemos de reconocer que necesitamos sabiduría y venir constantemente a Dios quien concede sabiduría.
En otras palabras, debemos ser intencionales en pedir a Dios sabiduría.
Yo creo que mas de uno de nosotros recordamos ocasiones en que nos hizo falta sabiduría.
La falta de sabiduría nos hizo tomar decisiones incorrectas.
La falta de sabiduría nos hizo ser culpables de fracturar nuestra relación con nuestros seres queridos.
La falta de sabiduría nos llevó a ser despedidos de un trabajo.
La falta de sabiduría nos ha llevado a perder el control de nuestros hijos.
La falta de sabiduría nos ha llevado a la ruina financiera.
Sin embargo, Santiago dice que nos debemos acercar a Dios para pedir sabiduría pues solo él la concede.
¿Cómo se siente el hijo que fue aconsejado por sus padres y el hijo no hizo caso, y ahora el hijo tiene que pedir ayuda a sus padres?
Lo que más teme este hijo es que los padres de digan - “Ya vez, te dije que te iba a ir mal, te advertí, te di el consejo y no me hiciste caso, te voy a ayudar, pero que nunca se te olvide que yo te advertí.”
En otras palabras, estamos dispuestos a ayudar pero solo tras haber reprochado a nuestros hijos.
Pero Dios no es así. La Biblia nos dice que Dios está dispuesto a concedernos sabiduría en abundancia.
En otras palabras, Dios es una fuente inagotable de sabiduría.
Dios se complace en dar a sus hijos, y cuanto más cuando sus hijos le piden sabiduría.
Pero, a diferencia de los padres terrenales que reprochamos a nuestros hijos - la Biblia dice que Dios nos da sabiduría “sin reproche”.
Dios no señala nuestras faltas.
Dios no recita una letanía de todas las veces que actuamos de manera necia.
Dios ve a sus hijos que reconocen que no han sido sabios, que han actuado con necedad, y sin reproche alguno concede a sus hijos sabiduría en abundancia.
Por lo menos yo, tengo mucho que aprender de Dios en como respondo con mis hijos cuando han reconocido que han fallado y vienen a mí para pedir ayuda.
Así que vengamos a nuestro Padre celestial el día de hoy, con confianza, sabiendo que él no nos rechaza sino que nos concederá sabiduría para ser creyentes maduros.
II. ¿Qué es la sabiduría?
II. ¿Qué es la sabiduría?
La sabiduría desde una perspectiva Bíblica tiene dos aspectos.
Un aspecto es tener conocimiento.
El segundo aspecto es aplicar el conocimiento que tenemos.
Podríamos decir: “Ese hermano sabe mucho acerca de la Biblia. Se sabe los libros de la Biblia de memoria, ha memorizado muchos versículos, puede explicar doctrinas difíciles.”
Pero, la sabiduría es cuándo podemos ver cómo esa persona que tiene todo ese conocimiento Bíblico toma decisiones sabias en base a lo que ha aprendido acerca de Dios y lo que Dios ha revelado en su palabra.
La sabiduría Bíblico no es ser muy inteligente.
La inteligencia se mide según “cociente intelectual” (IQ en inglés).
Según esta escala si tomamos este examen y resultamos en un rango de 80-89 somos una persona poco inteligente.
Un IQ de 90-109 es el promedio donde estaríamos la mayoría de nosotros.
Un IQ de 140+ es dónde están los genios de este mundo como Einstein y Steven Hawking.
Sin embargo, la sabiduría Bíblica no se mide con un examen de preguntas para ver nuestra aptitud en matemáticas, comprensión de lectura, o recordar datos históricos.
La sabiduría Bíblica se resume en el libro de los Proverbios de Salomón.
Marilyn vos Savant es la mujer con el cociente intelectual más alto.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Alberto Einstein tuvo un cociente intelectual de 162
La sabiduría Bíblica inicia con el principio de que Dios existe.
Es por eso que la Biblia dice:
Dice el necio en su corazón:
No hay Dios.
Se han corrompido, hacen obras abominables;
No hay quien haga el bien.
Si el principio de la sabiduría requiere creer que Dios existe, el principio de la necedad es negar la existencia de Dios.
La sabiduría Bíblica no solo reconoce que Dios existe sino que Dios debe ser temido. Es decir, Dios debe ser reverenciado, adorado, glorificado, honrado - por el ser humano.
Si el principio de la sabiduría es el temor de Jehová, el principio de la necedad es vivir ignorando a Dios como si no fuese digno de nuestro tiempo ni atención.
La sabiduría Bíblica reconoce que Dios ha dado su ley y el hombre debe someterse a su ley y vivir de acuerda a ella.
Si el principio de la sabiduría es vivir conforme a la ley de Dios, el principio de la necedad es vivir como nosotros queramos y hacer para nosotros nuestra propia ley.
¿Qué es entonces la sabiduría que debemos pedir a Dios?
Debemos pedir a Dios que podamos conocer más de su Palabra para aplicarla a nuestras vidas.
Debemos pedir a Dios que podamos vivir en obediencia a su Palabra.
Para esto, el hombre debe humillarse y decir - Dios, enséñame cómo vivir, y así viviré.
Dios debe vencer el orgullo humano puesto que este orgullo se resiste creer que nuestra forma de vivir esta equivocada.
III. ¿Cómo debemos pedir?
III. ¿Cómo debemos pedir?
Sabemos entonces que Dios está dispuesto a dar sabiduría a sus hijos.
Sabemos que Dios da generosamente a los que se acercan para pedir sabiduría.
Sabemos que Dios no reprocha a sus hijos sino que da sabiduría a quienes la piden.
¿Porqué entonces carecemos, como creyentes, sabiduría?
El problema es que pedimos sin fe.
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
Santiago 1.6-
Para recibir sabiduría hemos pedir con fe.
Pedir con fe es pedir sin dudar.
Para poder entender lo que es pedir con fe, Santiago nos da el ejemplo de las olas del mar.
Las olas del mar tambalean a una barca de un lado otro.
Las olas del mar llevan a la pequeña barca a la izquierda solo para volverla a la derecha.
En otras palabras, la fe no es solo no dudar sino que debemos depositar nuestra confianza entera en Dios.
Pedir sabiduría a Dios es depositar nuestra confianza entera en él.
Rendirnos ante la voluntad de Dios completamente y actuar de acuerdo a lo que él ha revelado en su palabra.
De otra manera seremos como la barca tambaleándose de una lado a otro, cavilando entre dos pensamientos.
La falta de fe, la falta de confianza en Dios, nos lleva a ser el hombre de doble ánimo:
El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
El hombre que no es sabio se paraliza.
El hombre que no ha buscado la sabiduría de Dios jamás avanzará, jamás saldrá adelante.
El hombre que no es sabio destruye su hogar a causa de su doble ánimo. Es de doble ánimo porque en ocasiones parece creer en Dios pero pronto confía en sus propios pensamientos.
IV. Las consecuencias de la falta de sabiduría
IV. Las consecuencias de la falta de sabiduría
No es una persona decidida.
No está determinada a afirmar su confianza en Dios.
La falta de sabiduría ha llevado a muchas personas a naufragar en su vida personal.
La falta dee sabiduría ha venido por la falta de fe.
La falta de fe no es algo nuevo. La falta de fe lo vivieron nuestros padres en la fe.
En vemos una escena desesperante.
Un padre viene con su hijo endemoniado.
El hijo ha sufrido por mucho tiempo y los discípulos no han podido expulsar al demonio.
El padre está desesperado y viene a Jesús quien le responde:
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
Marcos 9.23
El hombre se puso en las manos de Dios y le dijo - Señor, si fe es lo que necesito, te pido entonces que me ayudes.
Hermanos, la fe es don de Dios. La sabiduría es don de Dios.
Todo es don de Dios.
Por tanto, vengamos a Dios con confianza y él obrará porque sabe de lo que tenemos necesidad.