LO MALO DE QUEJARSE

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LO MALO DE QUEJARSE

Quejarse es Malo para ti
qué es y porque es tan importante.
Alguno no son felices la vida cristiana.
Lo opuesto de la felicidad es un espíritu amargo y quejumbroso que ve solo el lado negativo de todas las cosas.
quejas y descubriremos cuan pecaminoso y dañino es quejarse.
quejarse es particularmente grave,
los pretextos más comúnmente usados para quejarse.
Cuando te das cuenta que quejarte te amarga, Entonces estaremos listos para ver como obtener la felicidad y como poder mantenerla.
En primer lugar,
quejarse es malo para nosotros porque una vez que hemos comenzado, se vuelve cada vez peor. Un espíritu quejumbroso es como una herida engangrenada. La carne infectada no puede ser curada sino solo cortada, o de otro modo la infección se extenderá a todo el cuerpo. Igualmente, si no es frenada, la tendencia de quejarse se extenderá a la totalidad de nuestras vidas y todo se echará a perder.
En segundo lugar,
¿Porqué es tan grave quejarse? Porque quejarse es pecaminoso. En Judas versículos 14 a 16, “los murmuradores” están colocados a la cabeza de la lista de los impíos los cuales Dios juzgará. Quejarse es pecaminoso y Dios juzgará a aquellos que lo hacen. ¡Cuán seria es esta realidad!
¿Porqué es tan pecaminoso quejarse?
La tercera cosa
que podemos decir es que quejarse involucra la rebeldía contra Dios.
ISRAEL EN EL DESIERTO…
Cuando los israelitas estaban en el desierto se quejaron una y otra vez. Dios les había rescatado de la esclavitud en Egipto, pero no fueron felices ni agradecidos por mucho tiempo. Cada vez que se quejaron, Dios tomó sus quejas como dirigidas contra El mismo. () En el pueblo se quejó contra Moisés y Aarón, pero Dios lo tomó como si se hubieran quejado en contra de El y un castigo terrible cayó sobre los rebeldes. Quejarse es muy serio y tiene que ser reprendido antes de que el espíritu quejumbroso se extienda a otros.
En cuarto lugar,
quejarse es especialmente grave para el pueblo de Dios, porque es una contradicción de todo lo que les pasó cuando fueron convertidos. Dios les hizo ver su pecado y admitir su culpa; ¿Puede ser que permitan que cosas menos importantes les quiten su felicidad? Dios les enseñó el amor maravilloso de Cristo: Su disposición para dejar a Su Padre y las glorias celestiales, Su paciencia al aceptar las limitaciones de un cuerpo humano, Su sumisión humilde, Su vida perfecta y Su muerte como sustituto.
Si los creyentes se acuerdan de todo lo que Dios ha hecho por ellos: Su amor, Su perdón, Su don de nueva vida, ¿Cómo pueden quejarse entonces?
El quinto
punto que quiero señalar es que quejarse está por debajo de las normas establecidas por Dios para los creyentes. Dios es su Padre; si se quejan implica que no creen que El esté dispuesto o sea capaz de velar por sus mejores intereses. Cristo es su Esposo; si se quejan implica que están desconfiando de Su amor. El Espíritu Santo es su Ayudador; si se quejan implica que realmente no creen que El quiere y puede ayudarles.
la sexta cosa
que debemos notar es que quejarnos hace que nuestras oraciones sean en vano. No podemos decir “sea hecha tu voluntad”, y estar esperando que sea hecha la nuestra. No podemos pedir “danos hoy el pan de cada día”, y estar esperando comodidades y lujos para mañana. El acto mismo de orar significa que reconocemos que todo lo que tenemos nos viene de Dios. Si vamos a comenzar a quejarnos acerca de lo que Dios nos da, sería mejor dejar de orar.
En séptimo lugar,
quejarse solo conduce a la infelicidad. Es una pérdida de tiempo. Al quejarnos, nuestras mentes se ocupan tanto con nuestras quejas que dejamos de pensar acerca de Dios y su Palabra. Aún más, quejarnos nos hace inútiles en el servicio de Dios. Una persona feliz puede ofrecer consuelo y ayuda a otros cuando ellos lo necesitan, pero el quejumbroso no tiene nada para consolar. Quejarse es el primer paso para huir de Dios, como Jonás que trató de frustrar la voluntad de Dios antes que doblegarse a ella.
Lo peor de todo es que quejarse nos hace ingratos, y la Biblia considera la ingratitud como un pecado grave. Los creyentes quejumbrosos no tienen agradecimiento por las numerosas bendiciones que poseen. Dicen que quieren dones mayores a fin de poder glorificar más a Dios, pero en realidad no están agradecidos por lo que ya tienen. Los creyentes pueden ser ingratos en esta forma, tanto con las dádivas espirituales como también con las bendiciones materiales que tienen. Pero Dios espera que los creyentes estén agradecidos y que le alaben por todo lo que El les ha dado.
En octavo lugar,
podemos decir que quejarnos no sólo nos hace infelices, no sólo es pecaminoso, sino que también es tonto. ¿Qué caso tiene quejarnos de las cosas que no tenemos? ¿El quejarnos nos ayuda a disfrutar de las cosas que poseemos? ¿Puede un niño satisfacer su hambre desechando su comida, porque no le van a dar postre? Quejarse es inútil: “¿Quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” () La respuesta, por supuesto, es que nadie lo puede hacer. Una persona puede preocuparse hasta la muerte, pero sus quejas no le servirán de nada. Dios puede retenerles una bendición hasta que tengan una actitud mental apropiada para recibirla. Si Dios les concede la bendición, pueden encontrar que sus espíritus se han amargado tanto que ya no pueden disfrutar la bondad de Dios. La verdad de este asunto es que quejarnos es tonto porque solo empeora las cosas. Los creyentes quejumbrosos son creyentes orgullosos, que rehusan someterse a la voluntad de Dios. Son como marineros que se quejan de la tormenta en lugar de preparar el barco para aguantarla. Los marineros sabios se inclinarán ante la tormenta y bajarán las velas.
Las últimas dos cosas
que debemos notar acerca de este asunto es que el quejarse es algo muy serio. Quejarse provoca la ira de Dios. Dios se enojó cuando los israelitas se quejaron, y se enoja cuando los creyentes se quejan. Los israelitas fueron castigados porque se quejaron. Los creyentes deberían tener mucho cuidado en no añadir a sus problemas, provocando el castigo de Dios. Un espíritu inquieto y quejumbroso es el espíritu de satanás.
SATANAS EL PRIMER REVELDE…
El fue el primer rebelde, el primer quejoso, y el primero que fue maldito por Dios. Los creyentes deberían tomar muy en cuenta lo que la Biblia dice acerca de este peligro, y no quejarse haciéndose semejantes al diablo.
La última cosa que podemos decir es que Dios puede retirar su cuidado y su protección de aquellos que se quejan de El. Un empleado descontento puede ser despedido y mandado a buscar otro empleo; y Dios puede mandar a su pueblo a que busquen otro Señor si se quejan de la manera en que El les trata. Esto pudiera ser porque Dios les quiera disciplinar y obligarles a que confíen en El, o pudiera ser porque nunca fueron realmente creyentes verdaderos.
Quejarse es malo para ti, porque es el primer paso en un camino inclinado y resbaloso. La mayoría de los israelitas que se quejaron en el desierto nunca llegaron a ver la tierra prometida.
7 Es Tiempo de Parar de Quejarnos
Es Tiempo de Parar de Quejarnos
PRIMERO
Siempre debiéramos ser capaces de regocijamos cuando Dios es bueno para con su iglesia.
Segundo,
quejarnos es particularmente serio cuando lo hacemos con respecto a cosas triviales. Sería tonto que una madre se quejara porque su niño, feliz y saludable, tiene un lunar en la cara. Fue malo por parte del rey Acab quien tenía control sobre todo el reino, hacer un berrinche porque no tenía la posesión de la viña de Nabot. De igual forma, es tonto que los creyentes se quejen por cosas triviales.
Tercero,
quejarse es particularmente serio cuando es hecho por aquellos con los cuales Dios ha sido especialmente bondadoso. Si a un viajero se le brinda hospitalidad gratuitamente y aún así se queja de ello, es un mal educado e ingrato. Los creyentes son sólo viajeros en este mundo, y todo lo que tienen les ha sido prestado gratuitamente por Dios. Toda vez que Dios ha sido tan bondadoso para con ellos, no tienen pretextos para quejarse.
Finalmente,
quejarse es particularmente grave cuando nuestros problemas son una parte del plan divino para humillarnos. En tiempos de problemas, los creyentes deben estar preparados a someterse a lo que Dios quiere y a aceptar lo que Dios está haciendo para humillarles y beneficiarles espiritualmente. Es malo quejarnos porque Dios nos está haciendo bien, y es especialmente malo cuando continuamos quejándonos mientras que Dios continúa haciéndonos bien. Por supuesto, los problemas no son fáciles de soportar, pero la Biblia nos dice que después dan “fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.”
Hebreos 12.11 RVR60
11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
) Entre más que los creyentes experimentan la mano humilladora de Dios, más deben apreciar Su cuidado por ellos.
8 ¡Ningún Pretexto!
¡Ningún Pretexto!
“No me estoy quejando; sólo me estoy enfrentando con los hechos. Estos son la verdadera causa de mis quejas.”
“No estoy quejándome; sólo estoy molesto a causa de mi pecado.”
“Estoy infeliz porque no siento la presencia de Dios conmigo.”
Muchos se quejan de esto especialmente cuando están sufriendo. Pero el hecho de que estén sufriendo, no significa que Dios les ha abandonado.
“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos no te anegarán.”
Isaías 43.2 RVR60
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
)
EL QUEJOSO
Entonces, Dios siempre está ahí, pero quizás los creyentes no sienten su presencia porque su espíritu quejumbroso ha debilitado su sensibilidad a la presencia de Dios.
Si quieren sentirle cerca, tienen que estar quietos y sumisos, y tener cuidado de ser la clase de personas que El quiere que sean.
“No son mis problemas, sino la actitud de otros es lo que no soporto y hace que me queje.”
“Nunca esperaba que me fuera a suceder esto a mí.”
“Mis problemas son peores que los problemas de otros.”
“Mi problema me impide servir a Dios.”
EL MARIDO QUEJOSO, HACE A SU ESPOSA QUEJOSA, Y TINEN HIJOS QUEJOSOS
ASI COMO EL MARIDO, PRESUMIDO, HACE A SU ESPOSA PRESUMIDA, Y SUS HIJOS SON PRESUMIDOS
EL MARIDO GRITON, HACE LA ESPOSA GRITONA Y HACEN A LOS HIJOS GRITONES
Dios es más agradado con los hechos más sencillos, efectuados por los creyentes más humildes, que por todos los hechos más famosos de toda la historia humana. Lo que Dios exige no es la fama, ni logros brillantes, sino la fidelidad y la paciencia. Aquellos que manifiesten esas cualidades espirituales serán recompensados en el cielo. Cuando los creyentes más humildes ven esto, se dan cuenta que no tienen ninguna base para quejarse.
“Mis circunstancias son tan variables, que me es imposible aguantarlas.” Probablemente, si nuestras circunstancias son tan variables es para enseñarnos a confiar en Dios en cada paso que tomamos en el camino. De todas maneras, nuestro estado espiritual es firme y nuestro bienestar eterno seguro. Mientras que nuestras circunstancias temporales son inciertas, nuestras bendiciones espirituales son seguras.
“Mi situación ha cambiado tanto que no puedo dejar de quejarme.” Fui rico y ahora soy pobre. Este no es un pretexto para quejarse. ¿No están agradecidos de que habiendo sido ricos, tuvieron la oportunidad de prepararse para este tiempo de pobreza? ¿Que estando sanos tuvieron oportunidad de alistarse para la enfermedad? ¿Que teniendo libertad, tuvieron tiempo para prepararse para este tiempo de persecución? Un marinero sabio usa los días de calma para preparar su embarcación para enfrentarse a la tormenta. Dios no está obligado a concederles a los creyentes cosa alguna. Por lo tanto, deberían estar agradecidos por cada bendición pasada y presente, las cuales no han merecido. ¿Es justo quejarse acerca de unas cuantas dificultades cuando el resto del viaje ha sido placentero? Quizás lo que realmente quiere decir este pretexto es lo siguiente: “Me costó mucho trabajo conseguir esto y ahora, no es justo que me sea quitado.” Cuando los creyentes pagan un alto precio para obtener algo, o cuando les cuesta mucho trabajo conseguirlo, deben asegurarse de que tienen una actitud correcta hacia ese objeto. Deberían estar dispuestos a perderlo si es que hay algo diferente, algo realmente mejor para ellos, algo que le honre más a Dios.
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