BENDECID A LOS QUE OS ODIAN (Romanos 12:14-21)
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· 8,573 viewsLa actitud del cristiano como muestra de su verdadera fe, ante la persecución, los enemigos y los que buscan el mal de su persona.
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1 A LOS QUE OS PERSIGUEN (14)
2 MOSTRANDO AMOR (15-16)
3 BUSCANDO LA PAZ (17-18)
4 NO BUSCANDO VENGANZA… TODO LO CONTRARIO (19-21)
INTRODUCCIÓN
Vamos con el último sermón del capítulo 12.
- Seguimos con esta serie de romanos, viendo como consecuencia de la regeneración, de la justificación por fe, como debe ser nuestro comportamiento para gloria de Dios.
- Nuestra vida debe ser un culto racional a Dios, haciendo todo con humildad para glorificación de Dios y bendición de nuestros hermanos, debemos amar a nuestros hermanos con amor fraternal, ágape.
- Hasta aquí todo se entiende, es lo más fácil que a pesar de nosotros, por la justicia de Cristo y la obra del Espíritu Santo, podamos amar a nuestros hermanos, los tengamos amor, e incluso podamos, como dijimos la semana pasada, tener más estima a ellos que a nosotros mismo, esto es difícil, pero como vimos en y con Dios es posible.
Pero Pablo va un paso más allá:
Un cristiano, salvado, en base a la justicia de Cristo, a al fe salvadora, no sólo debe amar a su hermano, sino, que también debe amar a los que le odian, a los que le persiguen a sus enemigos.
Antes de entrar en materia, una aclaración: Como veremos, el cristiano debe ser un hombre que busca la paz, y que no busca enemigos personales, pero su fe, hará que tenga enemigos por lo que cree. Esto se refiere la Palabra cuando habla de enemigos, no nuestros enemigos personales provocados por nosotros (esto no debe existir), sino todo aquel que nos odia pro nuestra fe.
¿Que dice la Biblia respecto a esto? ¿Cómo debe ser nuestro comportamientos ante ellos?
BENDECID A LOS QUE OS ODIAN.
¿Y quienes son estos que nos odian?
1. A LOS QUE OS PERSIGUEN (14)
1. A LOS QUE OS PERSIGUEN (14)
Los enemigos del Evangelio, los que nos persiguen por nuestra fe en Cristo.
Es normal que un cristiano tenga enemigos, sienta persecución a mayor o menos escala, pero es normal la persecución.
Lo que no es normal, es decir ser cristiano y no padecer persecución a mayor o menor escala. Y encima recibir el aplauso, galardón o reconocimiento del mundo caído, ahí algo va mal.
Lo normal, lo común es que tengamos persecución.
13 Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia.
¿Y nosotros que debemos hacer? ¿Cómo debemos responder?
a) Bendecirlos
Si os persiguen, bendecirlos, no los odies.
44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen,
- Este mandamiento no sólo es difícil, sino contrario por completo a la naturaleza humana. Pero su dificultad puede ser resuelta si nos apoyamos en la potencia de Dios, la cual jamás fracasa, siempre y cuando la solicitemos pidiéndola con diligencia.
Nadie podrá llamarse hijo de Dios, ni gloriarse del nombre de cristiano si no se reviste de valor y lucha todos los días por cumplir con esta orden.
b) Bendecir y no maldigáis.
Cómo hemos dicho, lo más fácil es que de nuestra carne salga maldición para aquellos que procuran nuestros mal, pero como cristianos, debemos ser dominado por el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo nos lleva a obedecer la Palabra.
Es más, la palabra nos dice, no los maldigas, no pagues con mal (como veremos más adelante) sino que ora por ellos, bendecirlos. Tal como hizo nuestros Señor en la cruz, tal como hizo el primer mártir de la iglesia, Esteban, bendecirlos.
Nuestro Señor dice:
28 bendecid a los que os maldicen; orad por los que os vituperan.
Vituperar: Censurar o desaprobar con mucha dureza una cosa o a una persona.
No te enfrentes como lo haría un impío, sino ora, bendice, glorifica a Dios en esto.
Donde el mundo odia, nosotros debemos mostrar amor.
2. MOSTRANDO AMOR (15-16)
2. MOSTRANDO AMOR (15-16)
No debemos responder con pasiones carnales y viscerales, sino, con un amor genuino, para gloria de Dios. El Señor no nos llama a esto, ni tampoco a ser indiferente con el estado o las emociones de otros, sino…
a) Poniéndote en su lugar (15)
Como iglesia de Cristo, debernos ser luz y sal, debemos mostrar en nuestra vida el amor de Cristo. No ser indiferente, sino que este amor no es invidiosos con los que se gozan, su alegría debe ser la nuestra, y tampoco es jactancioso en la tragedia, su dolor debe llevarnos al consuelo.
- Esto respecto a los impíos será una gran oportunidad para predicar el Evangelio.
- Esto respecto a los hermanos, ya lo dijimos el domingo pasado, sirve para orar junto a nuestro hermano, consolarlo, y estar juntos en la aflicciones como parte del cuerpo.
- Ahora en este versiculo 16, el apóstol, vuelve a referirse al trato interno de la iglesia, al trato de entre los hermanos.
¿Por qué es tan importante esto que el apóstol lo vuelve a mencionar incluso cuando estamos hablando de los impíos?
Porque tal como tratemos a nuestros hermanos, tal sea nuestra comunión, así será nuestra relación con los de afuera. Pues como vamos a servir a los de afuera, sino somos capaces de servir a nuestro hermano.
Por eso Pablo dice: Mostrando amor:
b) Teniendo un mismo sentir entre nosotros primeros (16)
10 Os ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos os pongáis de acuerdo, y que no haya divisiones entre vosotros, sino que estéis enteramente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer.
Unidad, unánimes, los unos con los otros. Esto debe existir en la iglesia, sino nos amamos nosotros, sino buscamos la unidad entre nosotros, sino practicamos esto, no estaremos siendo iglesia, no estaremos glorificando a Dios.
Sino practicas esto con tu hermano. ¿Cómo lo vas a practicar con el de afuera? ¿Con el qué te persigue?
- Que debemos acomodarnos los unos a los otros, siempre que sea posible, y que cuanto acontezca a uno sea compartido por los otros, ya se trate de alegría o de duelo. En efecto, no alegrarse de la prosperidad del hermano es dejarse dominar por la envidia, y no apenarse con él y por él es inhumanidad. Esta compasión debe existir entre nosotros para que nos identifiquemos en todo.
Esto será importante para que los de afuera, vean nuestra comunión, unidad, un sólo sentir, un sólo cuerpo, con un sólo objetivo, Glorificar a Dios.
c) Con Humildad (16)
No siendo altivos en nuestro pensar, pensando que somos mejores que otros, no seamos altivos en nuestra forma de vivir, de ser, etc, etc.
Sino que seamos humildes, asociándonos con los humildes.
Buscando la humildad, estaremos buscando la gloria de Dios.
Huir de los aduladores que se acercan a vosotros con cierto intereses y permanecer con los humildes, que buscando el interés del reino y la gloria de Dios, bendecirán vuestra vida y os hablaran con la verdad.
El altivo, buscará el reconocimiento ya sea por la fuerza, pisando cabezas o comprándoos con palabras bonitas, contaminando vuestro ser. Y seguramente te ofrecerá un trozo de pastel y si sigues está senda, acabaras sucumbiendo.
El humilde, buscará la gloria de Dios, sirviendo al hermano, no creyéndose señor, sino sirve, el humilde habrá entendido perfectamente el evangelio y su función, hablará con la verdad. Te bendecirá.
El altivo, buscará a división
El humilde, buscará la unidad, obedecer la Palabra.
c) No siendo arrogantes (16)
«No seáis sabios en vuestra propia opinión»
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
Romanos
7 No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y apártate del mal.
Proverbios
Respecto a vuestros hermanos, no te creas más sabio, sino con humildad, considerando que todo lo que sabes, es dado por Dios. Revelado por Dios, por las Escrituras.
No te creas sabio en tu propia opinión, sino que la sabiduría que practiques, sea la sabiduría que Dios te ha dado por medio de su Palabra.
Y entonces, comprenderás, y te llevará a la humildad, que esta sabiduría no nace de carne ni sangre, ni de tu intelecto limitado, sino que ha sido dado por Dios por misericordia y gracia.
Al tener esta actitud con tus hermanos, también tendrás una muy buena actitud hacia los de afuera, pues reconocerás que tu estatus hoy, de Hijo de Dios, no es por ti, sino por medio de Cristo, y te ha sido dado por gracia y misericordia, no lo merecías. Por lo tanto, tu naturaleza no es distinta al de afuera, al que hoy te persigue.
¿Ves como tienes sentido? No siendo sabio en tu propia opinión, te llevará a ser humilde, a buscar la unidad y el servir a tus hermanos de al iglesia, y a llevar el Evangelio con amor y humildad a los que hoy andan en tinieblas, sabiendo que si tu estás en la luz, es sólo por gracia de Dios, No por tu obra.
Por lo tanto, ahora en los próximos versiculos, después de haber hecho un inciso de como debemos ser con los de dentro y que esto se vea reflejado con los de afuera. Pablo vuelve a hablar de como debe ser nuestro comportamiento con los de afuera: Si somos perseguidos, debemos amar y orar por los que nos persiguen… debemos… hacerlo…
3. BUSCANDO LA PAZ (17-18)
3. BUSCANDO LA PAZ (17-18)
Buscad la paz.
a) No devolviendo mal por mal (17)
22 No digas: Yo pagaré mal por mal; espera en el Señor, y El te salvará.
Proverbios
Como Cristiano, no podemos devolver mal por mal, sino como se comenzó diciendo, muchas veces debemos callar, agachar la cabeza y orar, orar por aquellos que nos odian, porque si en ese momento actuamos, estoy seguro que será para contraatacar ferozmente y pecaminosamente. Por lo tanto, si no vas ha hablar el Evangelio, que eso sería responder con el bien, agacha la mirada, da media vuelta y ofrece a Dios tu oración por el y por ti. Para que sea luz.
No se trata de tu vindicación, sino de la vindicación de Dios, de glorificar a Dios.
Tenemos el ejemplo de Cristo, en el juicio, todo lo que fue acusado falsamente, el podía haber hablado, pero el calló, queriendo así vindicar a Dios Padre y glorificarlo.
b) Buscando el bien de todos los hombres (17)
8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad. 9 Lo que también habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practicad, y el Dios de paz estará con vosotros.
Como cristianos, debemos desear el bien de nuestro enemigo, o por lo menos, como veremos ahora más adelante, si es posible, desear ala paz. Debemos ser hombres y mujeres integro, irreprochable, de buen testimonio para gloria de Dios.
Debemos buscar el bien, y no ser cizañeros.
Esto también, al considerad lo bueno, nos lleva a otra posición, la de denunciar lo malo, pero no es base a nuestro juicio humano, sino en base a las Escrituras.
c) Estando en paz por nuestra parte con todos (18)
Ya dijo Cristo, que en este mundo tendremos aflicción y llanto, el mundo y las corrientes pecaminosas, serán nuestros enemigos, y todo lo que esté en contra de Dios, debemos denunciarlo, pero humildemente con la Palabra y su autoridad. Vivimos a contracorriente de este mundo, por lo tanto, no nos maravillemos si el mundo nos odia.
Pero que nos odien por esto, y no por nuestras malas acciones pecaminosa. Esto es lo que se refiere Pablo, no seamos piedra de tropiezo, y no actuemos con la ira pecaminosa que nos llevará a ensuciar el testimonio.
Por eso, por nuestra parte, halla paz, esa paz que da Dios, que sobrepasa todo entendimiento, por eso es bueno orar por los que nos odian y persiguen a causa del Evangelio.
Quizás Dios tenga misericordia, y utilice todo esto para que alguno se convierta.
50 La sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y estad en paz los unos con los otros.
Se sal. Busca la paz y no la venganza
4. NO BUSCANDO VENGANZA… TODO LO CONTRARIO (19-21)
4. NO BUSCANDO VENGANZA… TODO LO CONTRARIO (19-21)
Un cristiano, que practica el culto a Dios con toda su vida, que vive para glorificar a Dios, que práctica el amor ágape con sus hermanos, y que vive con cuidado de no ser moldeado por este mundo, sino por el Espíritu Santo, debe también saber, que la venganza no le pertenece a él. La venganza no te pertenece, le pertenece a Dios. Por lo tanto:
a) No os venguéis (19)
Nuestra respuesta, a los enemigos de Dios, a nuestros perseguidores no es la venganza, no es tomarnos la justicia por nuestra cuenta, no es. Mira lo que dice Cristo respecto a los enemigos.
27 Pero a vosotros los que oís, os digo: amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen; 28 bendecid a los que os maldicen; orad por los que os vituperan. 29 Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, no le niegues tampoco la túnica.
Esta debe ser nuestra actitud y respuesta hacia la ofensa. No estamos en este mundo para nuestra vindicación sino para la de Dios.
Ahora me preguntas ¿Esto quiere decir que los enemigos del Evangelio, que nuestros perseguidores van a salir impune? Yo no he dicho eso.
Ahora lo veremos, pero fijaros estas palabras tan importante de Pablo, a una iglesia que era fuertemente perseguida, que el pago en la tierra de ser Cristiano era literalmente la muerte. ¿Pero que dice Pablo? ¿Clama por venganza? ¡De ningún modo! Pues estaríamos pecando.
b) Esperar a la justicia de Dios (19)
La venganza le pertenece al Señor, Dios con su justicia santa, hará caer todo su peso sobre sus enemigos, sobre aquellos que matan a su iglesia, sobre aquellos que niegan su nombre, sobre aquellos que no han sido escogidos para salvación. La sangre de los mártires no quedará impune.
Pablo nos enseña que esto le corresponde a Dios, como ya lo escribió Moieses
35 “Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo el pie de ellos resbalará, porque el día de su calamidad está cercano, ya se precipita lo que les está preparado.”
Deuteronomio
Deuteronomio
El día del Juicio se consumará esta venganza, la retribución de Dios.
Que bueno es poder descansar en Dios en todos los aspectos de nuestras vida.
- En vez de tomarse venganza, el deber y gozo del cristiano es devolver bien por mal. El día de la retribución divina no ha llegado aún.
Mientras ese día llega, ¿Cómo debemos entonces confrontar a nuestros enemigos?
c) Confronta a tu enemigo con amor (20)
Esto es bastante claro, no te vengues, pero tampoco te quedes indiferente, tu deber como cristiano, es responder con amor para gloria de Dios. Pablo se basa en el libro de Proverbios.
21 Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer pan, y si tiene sed, dale de beber agua; 22 porque así amontonarás brasas sobre su cabeza, y el Señor te recompensará.
Jesucristo nos lo dejó muy claro:
44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen,
Responde con amor: No hay mayor confrontación que esta.
Responde con oración, responde predicandole el Evangelio, responde porque así Dios quiera, tu enemigo verá su vergüenza, y quien sabe…
c) Vence con el bien el mal (21)
9 no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición.
En estos conocerán que somos Hijos de Dios. Y así lo explica Pablo.
- Ser vencido por el mal significa (a) permitir que el enemigo te hunda, y (b) planificar y devolver mal por mal.
Vencer el mal con el bien significa (a) seguir viviendo una vida de fe en Dios y de amor por él y por todos, sin excluir a la persona que te hirió; la clase de vida marcada por una transformación a la imagen de Cristo (v. 2), y por eso también por la humildad (v. 3 y 16), la utilidad (v. 6–8), y la paz (v. 16); y (b) hacer un esfuerzo, por palabra y obra, para demostrar bondad al que te ha dañado.
CONCLUSIÓN
Esta es la vida victoriosa. Pero la victoria no puede obtenerse por el esfuerzo humano sino sólo por la fe. Le es otorgada a aquellos, y solamente a aquellos, que, habiendo sido justificados por la fe, en base al sacrificio vicario de Cristo, derivan todo su poder del Espíritu Santo que mora en ellos.
Que bueno es poder descansar en esto. La venganza, la ira, el odio, provoca en nosotros el pecado, y mana de nuestra carnalidad pecaminosa.
El amor, la oración, el descansar en la justicia y retribución de Dios, trae paz a nuestras vidas, hace que podamos dormir en paz cada noche, sabiendo que el Señor está por encima de todo.
8 En paz me acostaré y así también dormiré; porque sólo tú, Señor, me haces habitar seguro.
Reconciliate con aquella persona que has herido, que has maltratado con tu pecado, busca la paz.
Bendice, y no maldigas. Ora por tus enemigos, ora por los que buscan tu mal, que el Señor te conceda amarlos, y obres con ellos conforme el Señor quiere para su gloria.
Pero confía en Dios, confía en su justicia, la sangre de los mártires no queda en el olvido para Dios, Dios derrotará a todos su enemigos con contundencia, pero ese tiempo no ha llegado.
Iglesia oremos, para que el Señor venga pronto. Oremos para que mientras venga, podamos vindicar su Nombre para su Gloria. Y con esta maravilloso anhelo podamos decir ¡Ven Señor Jesús!
1 Después de esto oí como una gran voz de una gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, 2 porque sus juicios son verdaderos y justos, pues ha juzgado a la gran ramera que corrompía la tierra con su inmoralidad, y ha vengado la sangre de sus siervos en ella.
Apocalipsis
¡Ven Señor Jesús!
Apocalipsis 22
7 He aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
¡Ven Cordero de Dios, León de Judá!
13 Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.
¡Maranatha!
17 Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome gratuitamente del agua de la vida.
20 El que testifica de estas cosas dice: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús. 21 La gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.
¡En todo, sólo a Dios la gloria!