Sanando Nuestro Espíritu - Descontaminación
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· 276 viewsNuestro espíritu es el receptor del Espíritu de Dios, si no está sano dificilmente podremos escuchar o ver al Señor en nuestra vida.
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Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
SANANDO NUESTRO ESPÍRITU - DESCONTAMINACIÓN
SANANDO NUESTRO ESPÍRITU - DESCONTAMINACIÓN
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Nosotros somos de una generación que creció sin celulares, ni Internet, ni cable, ni netflix. Pero ya en nuestra juventud tuvimos la oportunidad de ver el nacimiento de los celulares, Internet, televisión por cable, etc.
Y recuerdo muy bien uno de los mas afanados celulares que aparecieron en el principio, era el famoso movicom, el ladrillo o como yo lo llamaba, el zapatofono… y si bien era algo maravilloso poder hablar por teléfono sin cables de por medio, este tenía un problemita no menor, la antena, si la antena andaba mal no había forma de comunicarse, o la comunicación era deficiente.
De la misma manera, nosotros tenemos un medio de comunicación con Dios, que es el único medio por el cual se comunica y que si está mal no podemos escuchar o percibir a Dios bien.
Nosotros somos seres tripartitos, tenemos un alma, un cuerpo, y un espíritu.
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Y de estos tres, el espíritu humano es el único que puede escuchar, percibir, ver a Dios. Ni el alma, ni el cuerpo pueden. El alma y el cuerpo pueden percibir a Dios solamente cuando el espíritu humano ha entrado en contacto con el Espíritu de Dios.
Por eso debemos limpiarnos
DESARROLLO:
DESARROLLO:
1. EL ESPÍRITU HUMANO, RECEPTOR DEL ESPÍRITU DE DIOS.
1. EL ESPÍRITU HUMANO, RECEPTOR DEL ESPÍRITU DE DIOS.
Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser—espíritu, alma y cuerpo—irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
1 tesalonicenses
salmo
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
El espíritu humano, revive, ya que había muerto a causa del pecado, cuando Cristo viene a nuestra vida.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Entonces, esto es el nuevo nacimiento, la regeneración. Cuando esto sucede entonces recién ahí podemos tener comunicación y comunión con Dios.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y es a través del espíritu humano, que el Espíritu de Dios se comunica con nosotros.
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
juan 3.
2. LO QUE CONTAMINA.
2. LO QUE CONTAMINA.
Sí bien, ahora tenemos vida espiritual, ésta debe ser cuidada para que no se contamine.
La contaminación, no viene de afuera sino de nosotros mismos.
Casi siempre echamos la culpa de nuestra calamidad espiritual a las cosas externas, lo que nos hicieron las personas, las circunstancias, la iglesia, etc.
Pero en realidad, lo único que puede afectar, contaminar, lastimar tu espíritu viene de tu propio ser, ya que el alma y el cuerpo necesitan ser controlados por el espíritu y no al revés.
Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
Santiago 3.
También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.
santiago 3.9-
Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios.
De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada?
Hermanos míos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid? Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce.
Otras de las cosas es la falta de perdón. La falta de perdón tiene que ver más con nuestro orgullo, nuestro egocentrismo, etc. pero si lo dejamos actuar al espíritu guiado por el Espíritu de Dios, rápidamente encontraremos la sanidad y la descontaminación de nuestro espíritu.
Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.
Finalmente, otra de las cosas que produce contaminación y muerte espiritual, son las pasiones y deseos de la carne.
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
3. DESCONTAMINANDO EL ESPÍRITU.
3. DESCONTAMINANDO EL ESPÍRITU.
Para descontaminar nuestro espíritu debemos en primer lugar parar
Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.
Lo primer que debemos hacer es reconocer y confesar aquellas cosas que causan una distorsión o cortan nuestra comunicación con Dios.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
La lista de pecados puede ser larga, pero acá hay algunas fuentes de pecado a tener en cuenta:
Pasiones y deseos:
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Raices de amargura:
Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos;
Falta de perdón:
»Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial.
mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se han precipitado sobre mí.
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,