Cultivando comunión con Dios
vida espiritual • Sermon • Submitted
0 ratings
· 16 viewsNotes
Transcript
Introducción:
Introducción:
¿La idea de comunión con Dios lo atrae o lo aleja?
Existen muchas cosas en nuestras vidas que nos distraen y previenen de experimentar una comunión genuina con Dios.
Vivir en una sociedad tan acelerada con demandas interminables y oportunidades incontables puede significar que desacelerar el paso para estar en comunión con Dios puede parecer una auto complacencia —si no del todo imposible— en medio de nuestras ocupaciones; incluso podemos sentirnos culpables cuando no logramos llevar a cabo las cosas de forma constante.
La comunión con Dios es una profunda necesidad que debería tener todo ser creado, aún si reconocemos esa necesidad o no. La comunión con Dios es la forma en que fuimos creados para funcionar, y debe ser en gran manera, establecer una relación muy amorosa y muy presente con nuestro Creador.
ahora cabe la pregunta siguiente.
¿Por qué la comunión con Dios es tan difícil?
Nuestro pecado y el pecado en el mundo destruyen la comunión y nos impulsan a huir de Dios.
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Aún así, fuimos diseñados para deleitarnos en nuestro Creador, para encontrar en su presencia y su poder nuestro gran consuelo y fortaleza.
Ahora como creyentes no solo hemos sido rescatados de las consecuencias condenatorias del pecado, sino también hemos sido invitados a estar en una comunión restaurada con Dios.
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
La comunión con él esta en estar cerca de él:
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
En su presencia divina vemos inevitablemente nuestro pecado, pero también descubrimos la profundidad de su gracia y la increíble verdad de que Él desea estar con nosotros. El Señor desea bendecirnos y que a través de esa comunión con él podamos ser participes de todas las cosas.
Él desea tanto la comunión con nosotros que murió a fin de hacerla posible ().
6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Pero para tener comunión con Dios, necesitamos también estar unidos a él.
Tenemos que preguntarnos.
¿Cómo es esta relación: Unión vs comunión?
Tenemos que tomar nota de la clásica distinción teológica entre “unión” y “comunión”. Para deleitarse con la promesa de la comunión con Dios, primero tenemos que llegar a descansar en nuestra unión establecida con Cristo.
Estas dos deben distinguirse y sin embargo mantenerse juntos si queremos apreciar la plenitud de la vida cristiana.
1. Los cristianos somos los que, por el Espíritu, están unidos a Cristo.
1. Los cristianos somos los que, por el Espíritu, están unidos a Cristo.
Al emplear una imagen tan orgánica como una vid y sus ramas (), Jesús deja claro que se supone que su pueblo tenga su identidad ), Jesús deja claro que se supone que su pueblo tenga su identidad y su vida solamente en Él.
Del mismo modo Pablo recuerda que Cristo está en nosotros (por ejemplo, ; ),
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
Además nos enseña que estamos en Cristo (por ejemplo,
Además nos enseña que estamos en Cristo (por ejemplo,
7 Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo.
2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.
Por eso Pablo puede decir:
Por eso Pablo puede decir que hemos sido crucificados con Cristo, (.) que hemos sido resucitados con Él () , y que ahora es nuestra vida (. 15:22). Por lo tanto estamos “muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús” (). Por el Espíritu nacemos de nuevo, con nuestra nueva identidad segura en el Señor resucitado (; ). Debido a esta fuerte unión, los cristianos pueden estar confiados y seguros en el amor de Dios por ellos (, ). Nuestra unión no se basa en nuestra capacidad de guardar los mandamientos, nuestra obediencia no hace que Dios nos ame, más o menos. Estamos seguros en el amor de Dios pues nos encontramos en Cristo (; ) La unión tiene que ver con la obra terminada de Cristo y no con lo que podríamos sentir o hacer en un día determinado.
2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
1 Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes,2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 4 Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús;5 porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia;6 así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros,7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. 10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?14 Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,15 para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre.16 También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro.17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. 18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.19 Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
En segundo lugar, los cristianos son los que, debido a que están unidos a Cristo, son capaces de disfrutar de la comunión con Dios. Mientras que nuestra unión con Cristo no crece ni disminuye, nuestra experiencia de comunión puede, y de hecho lo hace. Así, mientras que nuestras oraciones o falta de oraciones no nos hacen más, o menos, unidos a Cristo, si hacen
Que hemos sido crucificados con Cristo, (.)
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Que hemos sido resucitados con Él ()
6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Y que ahora es nuestra vida ( ). Por lo tanto estamos “muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús”
6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
().
15 para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre.16 También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro.17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. 18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.19 Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
15 para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre.16 También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro.17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. 18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.19 Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
1 Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes,2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 4 Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús;5 porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia;6 así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros,7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. 10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?14 Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,15 para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre.16 También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro.17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. 18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.19 Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Por el Espíritu nacemos de nuevo, con nuestra nueva identidad segura en el Señor resucitado ();
Por lo tanto estamos “muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús” (). Por el Espíritu nacemos de nuevo, con nuestra nueva identidad segura en el Señor resucitado (; ). Debido a esta fuerte unión, los cristianos pueden estar confiados y seguros en el amor de Dios por ellos (, ). Nuestra unión no se basa en nuestra capacidad de guardar los mandamientos, nuestra obediencia no hace que Dios nos ame, más o menos. Estamos seguros en el amor de Dios pues nos encontramos en Cristo (; ) La unión tiene que ver con la obra terminada de Cristo y no con lo que podríamos sentir o hacer en un día determinado.
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
Debido a esta fuerte unión, los cristianos pueden estar confiados y seguros en el amor de Dios por ellos (, ).
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Nuestra unión se basa en el hecho de estar seguros en el amor de Dios pues nos encontramos en Cristo (; )
3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
La unión tiene que ver con la obra terminada de Cristo y no con lo que podríamos sentir o hacer en un día determinado.
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
La unión tiene que ver con la obra terminada de Cristo y no con lo que podríamos sentir o hacer en un día determinado.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;