Sacrificio inmundo en el altar más puro

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Los sacerdotes son cuestionados por sacrificar a Dios lo que no están dispuestos a ofrecer al rey

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Malaquías 1.6–8 RVR60
6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.
Déjame preguntarte algo para comenzar
¿Le llevarías a tu jefe las sobras de la cena en tu casa el día anterior?
Si el presidente te invitara a su casa ¿Le llevarías de presente la camiseta que ya dejaste de usar?
¿Llegarías tarde a la solicitud de tu visa o a tu entrevista de trabajo?
Cuándo el pueblo de Dios tiene en poco a Dios no hace otra cosa que lo mismo que Esaú que menospreció su primogenitura y luego no puedo alcanzar la bendición aunque la procuró con lágrimas (, , ).
¿Le dirías a tu jefe que no fuiste a trabajar porque te trasnochaste el día anterior o porque te quedaste haciendo la tarea de tu hijo? ¿Le dirías que amaneciste sin ganas de ir a trabajar?
¿Irías a la alcaldía de tu localidad a suplicar que te ayuden para solucionar alguna situación pero luego dirías que no vas a ir porque tienes una salida de fin de semana?
Cuándo yo les realizo estas preguntas lo hago intencionalmente porque para nosotros a veces es invisible lo que hacemos delante de Dios, y esta parece ser una condición natural del pueblo de Dios, una condición natural y lamentable.
Acompañenme por favor a
Malaquías 1.6–8 RVR60
6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.
Después de que Dios ha confrontado al pueblo por ser ciego y no notar lo mucho que Él los ama y los ha amado, de forma que siendo ellos malos igual que los demás los escogió por su propia voluntad, ahora los confronta con la manera religiosa y vacía en la que están haciendo las cosas para Él. y quiero llamar su atención en este verso con tres premisas:
Un cuestionamiento a los líderes (vv. 6a-j)
Una respuesta ignorante (vv. 6k-7)
Un argumento arrollador (vv. 8)

Un cuestionamiento a los líderes (vv. 6a-6j)

Honrar a los padres, tratar al jefe con respeto y a los gobernantes con temor y reverencia es un asunto natural y de urbanidad, no hay que hacer una exégesis sobre el sentido común de las cosas, estos son elementos que se encuentran presentes en todas las culturas, de hecho, las personas religiosas, independientes de cuál sea su religión tienen eso claro.
La premisa colocada por Dios en este texto es una afirmación del sentido común de la vida en el mundo. Algunos de estos términos los usamos para referirnos a Dios, por ejemplo el esclavo llama a su dueño “Señor”y Dios dice que Él es Adonai es decir “Señor” por eso usamos esa palabra, también usamos la palabra “padre para referirnos a nuestro progenitor, y Dios usa la palabra “Padre” para describir su relación en diferentes escenarios, por ejemplo el dice de Israel (que es el nombre que le da al pueblo que regreso de la cautividad) que es su hijo mira como lo dice:
Éxodo 4.22 RVR60
22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
Oseas 11.1 RVR60
1 Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Isaías 1.2–3 RVR60
2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.
En muchas otras ocasiones Dios se refiere a Israel como su hijo, también se refiere a los ángeles como sus hijos, y a los hombres de manera general como sus hijos, también se refiere a los creyentes como sus hijos, esto porque es una manera de describir su relación con ellos, diferenciándola de su relación con otras cosas, así entonces Israel nacional es el hijo de Dios a diferencia del resto del mundo de su época, los creyentes son sus hijos a diferencia de los hijos de ira o del diablo, los seres humanos son sus hijos a diferencia del resto de la creación, etc.
Esa palabra Padre representa la relación de su pueblo con él y entiende entonces que esa relación contiene elementos emocionales, de instrucción, de cuidado, y por tanto el hijo le debe a aquel que le provee: primero la vida, luego el alimento, el abrigo, el sustento, que le cuida y protege, quien le ama y le da cariño, quien se preocupa por su bienestar y porvenr, el más alto respeto y cuando eso no pasa entonces el padre castiga a ese hijo para instruirlo en la forma de tratarlo, por eso si mi hijo “Enocito” levanta su mano contra su madre o contra mi, yo le doy con la vara porque él nos debe honra, cualquier hijo a sus padres.
De la misma forma el empleado le debe reverencia a su jefe, de manera que si no lo hace entonces su jefe lo despide y si es un esclavo entonces no solo lo despide sino que si quiere es libre de quitarle la vida, por eso nos referimos a Dios como Señor, porque el es nuestro dueño y es libre de hacer con nosotros lo que él desee incluso quitarnos la vida
Ahora bien, el uso continuo de las palabras la mayoría de las veces hace que ellas pierdan su definición de la vista, y sabemos que la usamos pero no cargamos en todas las ocasiones el peso de lo que cada palabra contiene, eso es lo que pasa cuando nos referimos a Dios, le decimos Señor pero contradecimos la definición de Señor haciendo lo que nosotros queremos y no lo que Dios quiere, le decimos Padre y no le damos honra como es digno un padre.
Esa premisa o afirmación genera un cuestionamiento de parte de Dios, es algo que no puede simplificarse más, ¿si le decimos padre porque no le damos honra? y si le decimos Señor ¿Porque no le tememos y le damos reverencia?.
Yo sé que a este punto usted igual que los sacerdotes debe estarse preguntando ¿Pero de que manera yo no le doy honra o de que manera yo no le reverencio?, sé que por ahora eso no es algo muy claro, pero confió que lo será.
Un cuestionamiento como este no es raro, Dios ya había cuestionado a su pueblo porque los actos que realizaba eran actos externos pero no lo hacían de verdad, de corazón.
Isaías 29.13 RVR60
13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
Isa
Como nosotros notamos este lenguaje en el que Dios está hablando no es un lenguaje de ternura, Dios no se está presentando como Jehová Jiret aunque lo es, Él es el proveedor, tampoco se esta presentando como Jehová Nissi, aunque él es nuestro Estandarte, pero si se está presentando como Jehová Sabaot. Dios esta hablando en un lenguaje militar, como El Señor de los Ejercitos, es un lenguaje de aquel que esta listo para la batalla, se encuentra enojado como un militar que se enoja contra su pelotón, y por supuesto que tiene motivos.
Como vemos Dios muestra no solamente quién es el que habla, que es un militar contrariado “Jehová de los ejercitos” sino también que también a identificado los responsables de su celo y esto son los sacerdotes. Recuerden que los sacerdotes los había instituido Dios para que ellos guiarán al pueblo en su adoración, ellos eran los líderes del pueblo, que debían instruir y ser ejemplo de la correcta adoración a Dios, ellos debían ser los primeros en adorar a Dios en espíritu y verdad, pero estos líderes se habían convertido en maquinas. Me gusta la expresión del famoso comentarista Alberto Platt:
Tal vez por haber manejado tanto la ley, y por haber seguido la rutina de los sacrificios tantas veces, los sacerdotes empezaron a considerarlo todo como muy ordinario, hasta el extremo de dudar di su importancia. ¡Ojalá que esto no suceda en la vida del creyente actual! Debemos pedir al Señor que nos guarde de bajar lo sublime al nivel de lo ordinario, perder la frescura de su palabra, o dudar de su importancia para guiarnos durante nuestra vida cotidiana
Como vemos mis amigos, el liderazgo designado por Dios y asumido con agrado por todo aquel que lo ama y que ama su causa, tiene una responsabilidad directa reclamada por Dios y esto porque la condición del líder es la condición de aquellos que están a su cargo, sean hombres o mujeres, los líderes deben cuidarse de que su condición de frialdad, desinterés, falta de sacrificio, religiosidad no sea aquello que está transmitiendo a los demás, lo que nos deja entonces con un destinatario, que es Dios y con unos receptores directos, que son los líderes. ahora vamos a ver de que se trataba en nuestro segundo punto:

Una respuesta ignorante (vv. 6k-7)

Antes de cualquier mención a la defensa debemos decir que el argumento de este pueblo fue la ignorancia y eso si que es cómico, porque cuándo Cristo pregunta a los fariseos sobre Juan el Bautista, de si su bautismo era del cielo o de la tierra, ellos saben que lo que más les conviene es decir que no saben; esto es algo innato en el corazón de un religioso, piensa que por su práctica constante de ciertas cosas esta bien con Dios, y cuando es cuestionado lo primero que saca es su lista de chequeo para demostrar que está bien, lo primero que se le viene a la mente es voy al culto, leo la biblia, !oro!. Pero mis amigos Dios no puede ser burlado porque él no quiere que ti hagas las cosas solamente sino que Él está atento al corazón con el que haces las cosas, un corazón que pasa por alto los hechos de Dios, amargado para servir y aun para adorar, quejumbroso y que todo lo critica. Sí lo hace pero ¿Cómo lo hace? eso es lo que está presente en frente de Dios.
Mira primeramente que Dios no los está acusando por no hacer las cosas, sino por el menosprecio con que las hace, a causa de dicho menosprecio el nombre de Dios está siendo menospreciado y deshonrado, puede que sacrifique, Sí pero sacrifica lo cojo, lo ciego, lo enfermo.
Nuestro Dios es conocido por toda la tierra, porque él creo todas las cosas y porque nosotros como cristianos hemos dicho que Él es quien hizo lo visible y lo invisible, porque hemos muerto en defensa de la fe, porque hemos llevados las discusiones al punto más elevado de la filosofía, porque hemos dado lo que tenemos por el necesitado, porque hemos consolado al afligido pero en un corazón en esa condición lo único que queda es como Dios mismo dice:
Isaías 1.4–6 RVR60
4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. 5 ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Dios está haciendo preguntas que tienen el propósito de dejar ver la condición del corazón que ellos mismos ignoran, Dios dice : “En lo que ofrecen y en lo que dicen o en nuestra traducción, en lo que piensan”.
¿Podemos nosotros hacer las cosas que Dios han mandado, mientras lo que hay en nuestra mente es queja, en nuestras palabras criticas amargas o en nuestra actitud desanimo?
La respuesta obvia es Sí, estamos entregando pero estamos entregando lo cojo, lo enfermo y lo ciego.
¿Podemos nosotros llevar una adoración solo de labios pero no del corazón?
Nuevamente la respuesta es sí, y de hecho lo hacemos, cuando no sacrificamos nada, amanecimos con gripa entonces no voy, tuve una noche de insomnio entonces no voy, me cogió la tarde para el desayuno entonces no voy, llegue cansado entonces no oro, tuve una discusión con alguien entonces no oro, estoy enfermo entonces no oro, muchas cosas nos muestran que eso ocurre en nosotros.
Evidentemente la causa de todo esto es que tenemos en poco a Dios mientras tenemos otras cosas como prioridad, piensa un momento:
¿Llegarías tarde a una cita médica?
¿Si estas con gripe, o si amaneciste con dolor de cabeza, o si no dormiste bien aún así vas al trabajo?
¿Si tu jefe te pide que trabajes hasta más tarde o que madrugues más al otro día lo haces?
¿Di discutiste con un compañero de trabajo renuncias?
¿Si tu vecina te mira mal te mudas de casa?
¿Si tu esposo no actúa como quisieras lo abandonas?
¿Si tus hijos se enojan contigo los hechas de casa?
¿Si tienes que presentar un trabajo para la universidad no trasnochas?
Cuándo el pueblo de Dios tiene en poco a Dios no hace otra cosa que lo mismo que Esaú que menospreció su primogenitura y luego no puedo alcanzar la bendición aunque la procuró con lágrimas (, , ).
Bueno si eso lo hacemos para con seres terrenales, entonces porque venimos delante de Dios llamándole Señor y Padre y apreciándole menos que estas cosas, cúantos estamos cambiando nuestra primogenitura por un plato de lentejas.
Gordon
Cristo confronto así a los fariseos religiosos que estaban “cumpliendo”:
Lucas 6.46 RVR60
46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
Lucas 6.46 RVR60
46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
Marcos 7.6–7 RVR60
6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
`
Esto entonces nos lleva a nuestro último punto:

Un argumento arrollador (vv. 8)

Como vemos el ofrecimiento no es el problema, sino las cualidades del animal que se está ofreciendo. Moisés había mandado diciendo:

Deuteronomio 15.21 RVR60
21 Y si hubiere en él defecto, si fuere ciego, o cojo, o hubiere en él cualquier falta, no lo sacrificarás a Jehová tu Dios.
Éxodo 20.12 RVR60
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
Mis amigos el altar hoy está entre nosotros, esta en medio de su pueblo, nuestro Señor se pasea por los candeleros dice Apocalipsis; ¿Que es lo que estas trayendo a él, indiferencia, arrogancia, estas distraído y pensando en otra cosa, estas amargado y con raíces, estás solamente por cumplir, estas colocando otras cosas y le estas dando un valor superior al que le das a Dios?
1º Samuel 15.22 RVR60
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Mi amigo, este argumento de análisis es arrollador y nos deja sin excusa.¿Iríamos al jefe con las sobras de nuestra comida, llevaríamos como presente al presidente nuestra buso descolorido y roto, llegaríamos tarde a nuestra cita para la visa, no iríamos al trabajo porque pasamos mala noche, no correríamos si nuestro jefe nos llama en la madrugada? ¿trasnochamos o pasamos días sin dormir por nuestro estudio o trabajo? No merece lo mismo y más el Señor, hacemos las cosas con el mismo empeño y pasión?
1. irías vestido así para verte con el presidente
¿A quien le estas entregando lo mejor y tu mejor disposición?
1. irías vestido así para verte con el presidente
¿Por quién te sacrificarías?
¿Por qué razón estarías dispuesto a posponer otras actividades?
Termino con este inquietante poema de Amy Carmichael, célebre misionera en India, es demasiado bueno para perdérselo.
Este inquietante poema de Amy Carmichael, célebre misionera en India, es demasiado bueno para perdérselo.
¿Es que no tienes cicatrices?
¿Ninguna escondida en el pie, el costado o la mano?
Cual poderoso en la tierra percibo tu canto;
los oigo aclamar tu clara estrella ascendente.
¿Es que no tienes cicatrices?
¿Es que no tienes heridas?
Yo sí fui herido por los arqueros; agotado,
me apoyaron contra un árbol para que muriera; y desgarrado
por bestias salvajes que me rodeaban, desfallecí.
¿Es que no tienes heridas?
¿Heridas? ¿Cicatrices?
Como el Señor, así será el siervo,
y traspasados serán los pies de quien me siga.
Pero los tuyos están enteros; ¿cuánto me habrá seguido
quien no tenga heridas ni cicatrices?402
El que haya de recibir esta palabra que la reciba , el que tuviere oído oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
El que haya de recibir esta palabra que la reciba , el que tuviere oído oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
El que haya de recibir esta palabra que la reciba , el que tuviere oído oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
El que haya de recibir esta palabra que la reciba , el que tuviere oído oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Aplicaciones

Llamado al arrepentimiento a quienes se han quedado en un punto muerto
Isaías 1.10–17 RVR60
10 Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. 15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
Isaías 1.2–20 RVR60
2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. 4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. 5 ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 7 Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. 8 Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. 9 Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra. 10 Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. 15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. 19 Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 20 si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.
Isaías
Para que Dios renueve sus fuerzas:
Isaías 63.15–17 RVR60
15 Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para conmigo? ¿Se han estrechado?16 Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.17 ¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos, y endureciste nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, por las tribus de tu heredad.
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