Camino a la Esclavitud.

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1Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia: 2Rubén, Simeón, Leví, Judá, 3Isacar, Zabulón, Benjamín, 4Dan, Neftalí, Gad y Aser. 5Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en Egipto. 6Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. 7Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.
8Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: 9He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. 10Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. 11Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. 12Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. 13Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, 14y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor. (Éx 1.1–14)
Es importante entender la importancia del libro de Éxodo porque aquí es donde es explícitamente reconocida la soberanía de Dios sobre todas las naciones por medio de Su Ley real.
No puede haber neutralidad con respecto a la Ley de Dios, o la aceptamos o la rechazamos.
Gary North dice:
“La autoridad de Dios sobre la humanidad se manifiesta éticamente por medio de Su Ley, y judicialmente por medio de Sus sanciones.”
Una actitud contradictoria en el cristiano es por ejemplo la de quejarse por la injusticia, por la creciente maldad, por la inseguridad, pero deja de lado la aplicabilidad de la Ley de Dios. Un ejemplo claro es la marcha de estudiantes del jueves pasado, donde reclamaban seguridad para estudiantes principalmente a causa de los asesinatos de algunos de ellos, o el paro de actividades de las mujeres el día de mañana en un tipo de manifestación a causa de los feminicidios. Todas estas son manifestaciones en las que se reconoce el estado de inseguridad o de injusticia en el que vivímos, pero también deja ver un estado de esquizofrenia por parte de los cristianos que apoyan estos movimientos.
El cristiano antinomiano, o anti-ley rechaza la Ley de Dios pero abraza la ley del Estado, reconoce el problema pero acude a quién fomenta el problema; consciente creo yo porque a diferencia de la ley del estado la Ley de Dios demanda de el, el ser consistente con su fe.
Es importante estudiar la ley de Dios para poder llegar a saber que es lo justo y para poder cumplir con la tarea que Dios encargó al hombre. Sin conocimiento de la ley el hombre queda indefenso, sin criterio y mudo ante un mundo que debe ser discipulado y enseñado a obedecer a Cristo. Este es el camino a la esclavitud.
En este primer capítulo con lo primero con lo que nos topamos es con la promesa de Dios a Abraham cumpliéndose al ver que el que el pueblo de Israel se había multiplicado, que había sido fortalecido en extremo y que había llenado la tierra.
Y algo interesante que también pudimos notar en Génesis mientras José era segundo después de Faraón, es que faraón reconocía que Dios estaba con José y que todo el fruto y la provisión de la tierra de Egipto provenía de la mano de Dios, y José al estar en un cargo tan importante sobre la tierra de Egipto presuponemos también que había conocimiento y aplicación de la Ley de Dios en el gobierno egipcio.
Es importante notar que cuando dice:
“Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.”
Debemos reconocer que esto es una manifestación del éxito de la avanzada del Reino de Dios.
Deuteronomio 8:18:
Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
La promesa de Dios a Abraham de que su descendencia sería tan grande que sería imposible de contar no significa que serán muchos y ya, sino que esta característica es clave para llevar a cabo el mandato de sojuzgar la tierra, porque esto presupone no solo tener muchos hijos y ya, sino que estos hijos son instruidos en la Palabra –Ley de Dios.
El pasaje claramente lo podemos dividir en 2 partes, en la primera, el pueblo de Dios fructífero e incluso teniendo el favor de los gobernantes de Egipto le vemos en una situación favorable creciendo y multiplicándose; pero en la segunda parte, vemos que llegó al poder un faraón que no conocía a José.
Aquí es donde cambia la situación del pueblo de Dios, un nuevo Faraón que vio como una amenaza al pueblo hebreo. Aunque sabemos por lo que hemos estudiado que ya que Dios estaba con José y evidentemente con Su pueblo por lo que leemos de que habían sido multiplicados y fortalecidos, hemos leído que por esto desde la casa de Potifar hasta la nación entera se vio bendecida por la presencia del pueblo de Dios.
El hecho de que este nuevo Faraón no conociera a José nos lleva a pensar en dos posibilidades, uno que este nuevo Faraón era egipcio y como buena divinidad no reconocía a ninguno de sus predecesores, algo así como los presidentes, el que esta en el cargo presente es el único digno de salvar al pueblo y nunca reconoce el trabajo de los anteriores.
Gary North menciona que este Faraón pudo haber sido Sesostris III quien por registros históricos centralizo el gobierno mas que sus antecesores. Antes de el había varios gobernantes sobre varias ciudades que se llamaban nomos, una especie de señores feudales quienes de alguna manera podían gobernar libremente sobre sus tierras, pero Sesostris III redujo esto y mando hacer ciudades que funcionaban como tesorerías lo que nos deja claro que reforzo el sistema de impuestos o tributos y lo que a la vez redujo el poder de los “nomarcas.”
aunque, ¿quién podría olvidar a José, y lo que hizo?
Lo que nos lleva a la segunda hipótesis, que este nuevo Faraón no era egipcio y fue algún gobernante que conquistó Egipto, de esta manera no sabría nada o casi nada acerca de José, recordemos que en la Biblia se les nombra “rey de Asiria” “rey de Babilonia” a los reyes conquistadores aunque no sean necesariamente de esa región.
Hechos 7:17-18
“Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José.”
Aquí lo interesante es la palabra “otro” que es “heteros” que quiere decir de otro tipo. Entonces de alguna manera refuerza la idea de que tal vez este nuevo rey era de otra nación, sin embargo, fuera o no egipcio, el tema central es que vio al pueblo hebreo como una gran amenaza, el hecho de que se habían multiplicado los hebreos como dije habla del éxito que estaba teniendo la avanzada del Reino de Dios, y este desgraciadamente es un tema que ha sido puesto en segundo lugar por la Iglesia, el mandato de llenar la tierra, con sus implicaciones, claro, como ya mencioné.
Otra pregunta que surge al leer el pasaje, es la de si los hijos de Jacob eran tantos y prósperos y habían sido fortalecidos en extremo, ¿Por qué fueron puestos en esclavitud tan fácilmente?
Leemos incluso que Faraón tenía temor de ellos, temor de que se aliaran con sus enemigos y les hicieran la guerra. Entonces ¿Por qué tan fácilmente?
Porque los hebreos habían perdido su identidad, se habían vuelto egipcios, se habían acomodado a la cultura, Josué 24:14 nos aclara este punto:
Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová.
Es fácil llevar a un pueblo a la esclavitud si no puede distinguir entre una ley buena de una mala, como mencioné al principio, por ejemplo cuando tantos cristianos protestan porque el Estado debe proveerles mas seguridad es señal de que ya eres esclavo.
No podemos pensar que Dios perdió control de la historia por estos eventos donde un rey tirano afligía a los hebreos sino que primeramente Dios estaba por cumplir su promesa a Abraham de liberarlos, pero también era tiempo de que retomaran su verdadera identidad como Pueblo de Dios.
Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
Leemos que la razón que más temía Faraón era la de que los hebreos se multiplicaran aún más, porque traería consecuencias fatales a su gobierno, la primera consecuencia era de que existía la posibilidad de que se aliaran con sus enemigos y peleara en contra de Faraón, razón bastante obvia, y la segunda para que no se fueran de la tierra, entonces Faraón reconocía también la necesidad de tenerles cerca. (Abraham, Isaac, José)
Este asunto debía ser atendido con premura, asi que las palabras de Faraón fueron “seamos sabios para con el” esto implicaba una política que controlaría tanto el crecimiento como su fuerza de trabajo; sus palabras también implicarían una medida bien pensada que les mantendría controlados y sin oportunidades de poder huir.
La solución, mas que latigazos fueron los impuestos. Si recordamos, los hebreos tenían una mentalidad egipcia para el momento, su concepto de gobierno era el egipcio, un Faraón sobre toda la tierra, un gobierno centralizado. Entonces una mente estatista recibiría el aumento de impuestos sin problema. Tenemos el ejemplo de la rana en un balde de agua donde poco a poco se incrementa la temperatura hasta que hierve, la rana nunca se da cuenta de que la temperatura va incrementando. Así el hombre de mentalidad estatista, recibe la carga de los impuestos de una manera hasta natural y pensando que son necesarios. Seguramente los israelitas llegaron a decir, “sin el gobierno, ¿quién construiría las pirámides?
Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; V. 11
Tal vez para nuestra generación que nacimos bajo un gobierno centralizado, requiere meditar bastante para identificar que los impuestos más que necesarios son una manera efectiva de esclavizar a un pueblo. Los impuestos excesivos deben ser considerados inmorales porque atentan directamente en contra de la libertad y del mandato de sojuzgar la tierra, de ser fructíferos y de llenarla. Hace unos días hablábamos en casa acerca de como podíamos comprar cosas que tal vez ahora pudieran parecer un lujo, gracias a los impuestos sobre todo lo que consumimos. Seguramente todos hemos oído historias de como los abuelos o incluso nuestros padres se hicieron de su casa, tal vez a una edad relativamente joven, y de una casa grande, ahora con trabajo puedes sacar una mini huevito de Infonavit para terminarlo de pagar a tus 60 años y ay de ti que te atrases con los pagos porque lo terminas de pagar a tus 80 años; que de las familias, ¿Cuántos hijos tenían antes? 8 o hasta 10 hijos, aunque costaba trabajo sacarlos adelante no era imposible, ahora 1 o 2 máximo, no porque no quieras más, sino porque es imposible mantenerlos.
Entonces vemos que es bien efectiva la estrategia de los impuestos para esclavizar a un pueblo.
Pudiéramos llegar a pensar, ¿Por qué simplemente los israelitas no huían? Por la misma razón que tu o yo, porque no se puede. Pero Dios es fiel.
12Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. 13Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, 14y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.
Pero dice la Escritura, que entre más los oprimían, más se multiplicaban, esto es un gran alivio, aunque podemos comparar la vida tan pesada que les hacían vivir los egipcios con la de nuestra época, trabajando mama y papa porque no alcanza por las cargas tan pesadas, toda la vida centrada mas que nada en sobrevivir mas que en vivir, debemos reconocer que Dios tiene el control de la historia. Dios estaba llamando a su pueblo a salir de ahí.
El llamado es a identificar nuestra propia condición y permanecer fieles a la Palabra de nuestro Rey, no podemos salir de la esclavitud acudiendo a quién nos esclavizó, sino al único que puede darnos verdadera libertad. Si en cambio estamos tan cómodos o ni siquiera nos hemos dado cuenta que estamos siendo oprimidos, nuestra mente sigue en Egipto. Recuerda es imposible servir a dos dioses.
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