Esperando la venida del Señor

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Introducción

Cuando vivimos tiempos como el que estamos viviendo es posible perder la noción del tiempo.
Al estar preocupados por tener suficiente comida, papel higiénico, aguas, etc., se nos olvida que día es hoy.
Cuando los hijos van a la escuela, esto normalmente le da cierto ritmo/rutina a la vida. Ahora que las escuelas están cerrados es posible olvidar si hoy es entre semana o fin de semana.
Todos deseamos que la vida vuelva a la normalidad. Pero la verdad es que nadie sabe cuando será esto.
Como creyentes, no debemos perder de vista nuestra fe y confianza en que Cristo vendrá por segunda vez a esta tierra.
Algún día, tal como vino la primera vez, hace 2,000 años - ¡Cristo vendrá!
Cristo vendrá de manera visible, física, corporal.
Pablo expresa el deseo de los Cristianos - por la segunda venida de Cristo de esta manera:
Tito 2.13 RVR60
aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
Tito 2.3 RVR60
Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien;
Tito 2.13 NVI
mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Somos aquel pueblo que fue redimido por la sangre de Cristo y lo que más anhelamos es que venga a este mundo para:
Acabar con el pecado
Acabar con la maldad
Acabar con todo lo que corrompe a la creación
Traer a cumplimiento lo que la Biblia llama que él haría nuevos cielos y nueva tierra.
Por tanto, hoy nos concentraremos en las palabras de . Parece que estas palabras fueron escritas justo para este tiempo.
Esperamos la venida del Señor
No demos lugar a la queja unos contra otros
Esperamos la venida del Señor con paciencia

I. Esperamos la venida del Señor

Santiago inicia recordando la realidad de la venida del Señor:
Santiago 5.7 RVR60
Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Santiago afirma que Jesús vendrá por segunda vez.
Es una promesa que hizo Jesús y se repite en el Nuevo Testamento.
Juan 14.3 RVR60
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Jesús vendrá para que siempre estemos con él.
Por tanto Santiago nos ánima a considerar la hermosa realidad que algún día vendrá Jesús por segunda vez de tal manera que nunca estaremos separados de nuestro amado Señor y Salvador.
En el versículo 8 nos dice:
Santiago 5.8 RVR60
Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.
“la venida del Señor se acerca”
No es una realidad lejana.
Es una realidad que cada día está más y más cerca a cumplirse.
Alguien preguntará que si el “coronavirus” es una señal de la venida de Jesús o del fin del mundo.
Muchos están espantados porque ven en este virus el fin del mundo.
Lo mismo dijeron durante la “plaga negra” 30-60% de la población en Europa en el siglo 14.
Lo mismo dijeron durante la segunda guerra mundial que mató a casi 56 millones de personas.
Y lo mismo dirán de cada evento natural, o epidemia, o guerra, que se manifiesta sobre el planeta.
La Biblia no me permite decir que este virus es la señal de que Jesús ya viene porque “el día y la hora” de su venida - nadie lo sabe sino solo el Padre.
Lo que si puedo decir es que estamos en los últimos tiempos desde que el Espíritu Santo fue derramado en el Aposento Alto hace 2,000 años.
Lo que si puedo decir es que estas crisis mundiales son parte de lo que la Biblia llama “principio de dolores”
Mateo 24.7–8 RVR60
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.
Mateo 24.8 RVR60
Y todo esto será principio de dolores.
Lo que si podemos decir es que Jesús ordena a su iglesia a velar y orar, a estar preparada para su venida, porque nadie sabe la hora en que vendrá - lo que si sabemos es que cuando venga será un el principio de un gozo que durará por toda la eternidad.

II. No demos lugar a la queja unos contra otros

Cuando pasamos tiempos de dificultad, como el que estamos pasando ahorita, tendemos a irritarnos, a preocuparnos, a enfadarnos a causa de la situación tan incomoda que estamos viviendo.
Por eso Santiago exhorta a la iglesia al decir:
Santiago 5.9 RVR60
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.
No nos quejemos unos contra otros.
No nos irritemos contra los hermanos.
No nos irritemos contra nuestros familiares.
Mantengamos un espíritu quieto y amable.
Todos estamos preocupados.
Todos estamos en alerta.
Estas situaciones hacen salir lo peor de la humanidad.
Lo podemos ver cuando en las redes sociales suben videos de mujeres peleando por un paquete de papel higiénico.
Lo vemos cuando vemos personas entrando a las tiendas corriendo para llevarse las pocas cajas de agua embotellada que restan.
Santiago nos exhorta a evitar estos comportamientos.
Es comprensible irritarnos, molestarnos, etc.
Sin embargo, estas reacciones muestran nuestra falta de fe y confianza en Dios - a pesar de todo lo que sucede.
Si estamos faltos de fe y tendemos a irritarnos, debemos ir a los pies de Cristo y pedirle al Señor que nos dé fe y paz en medio de la angustia.

III. Esperamos la venida del Señor con paciencia

Es muy posible que todos queramos que la venida del Señor sea hoy mismo.
Es muy posible que los creyentes que vivieron crisis anteriores también tuvieron el mismo anhelo.
Sin embargo, muchos murieron sin ver el cumplimiento de la venida del Señor.
Amados hermanos, es por eso que Santiago nos dice que debemos esperar la venida del Señor con “paciencia”.
Santiago 5.7 RVR60
Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Santiago 5.8 RVR60
Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.
Debemos esperar la venida del Señor así como el que siembra la semilla, espera con paciencia que la semilla germine, brote, crezca, y con el tiempo dé el fruto.
El labrador no sabe en qué momento preciso va a tener la fruta en sus manos.
Su trabajo de siembra es un acto de fe pues él no determina el éxito de su siembra.
Sin embargo, el labrador día tras día riega su campo, limpia el huerto, pone una cerca alrededor, y mira con esperanza hacía los cielos esperando que venga la buena lluvia.
Así es el creyente todos los días prepara su vida, se santifica, se consagra al Señor, ora, lee su Biblia para escuchar la voz de Dios.
Así el creyente todos los días mira al cielo porque hoy podría ser el día en que Cristo regresará. Hoy podría ser el día de su venida pues “la venida del Señor se acerca”.
Santiago nos da el ejemplo de los profetas y de Job para ilustrar como ellos esperaron con paciencia en las promesas de Dios.
Santiago 5.10 RVR60
Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.
Santiago 5.11 RVR60
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Los profetas sufrieron el rechazo del pueblo, persecución, el exilio, y muchos de ellos sufrieron la misma muerte - pero su esperanza estaba puesta en la promesa de Dios. Ellos cumplieron su deber de seguir predicando la palabra de Dios tal como Dios se las había encomendado.
Santiago 7.10
Santiago 5.11 RVR60
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Santiago también presenta a Job a quién lo consideramos un ejemplo de fe y paciencia.
El libro de Job narra su sufrimiento de como perdió hijos, hogar, fortuna, el amor de su esposa, y su misma salud.
Job lo había perdido todo.
Pero, en ningún momento reprochó a Dios sino que se mantuvo confiado en Dios.
¿Cómo es que Job pudo seguir confiando en Dios?
Job había “visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo”.
Job conocía la bondad de Dios.
Job conocía que Dios es un Dios bueno, un Dios que cuida a su pueblo, un Dios que aunque permite que pasemos por luchas y por pruebas ha prometido no dejarnos, y no abandonarnos, nunca!
Esta confianza de Job fue lo que le permitió exclamar:
Job 19.25–27 RVR60
Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

Conclusión

Hoy más que nunca nos aferramos a confiar en la bondad y misericordia de Dios.
No tenemos a nadie más que ir.
Él es nuestro todo y ha prometida estar con nosotros hasta el fin del mundo.
…y jamás olvidemos que su venida está cerca, su venida está a la puerta, miremos a los cielos con esa esperanza.
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