Habitos espirituales dentro de la familia de Dios

La familia de Dios y los ataques del enemigo  •  Sermon  •  Submitted
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Los habitos espirituales son ejercicios o disciplinas regulares que mantienen viva la fe y activo nuestro espiritu. Como familias cristianas debemos desarrollar habitos espirituales que nos mantengan permanentemente unidos a Dios y fuertes ante los ataques del enemigo. Es importante individualmente pero es mucho mas importante crecer como familia.

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Hábitos espirituales dentro de la familia de Dios

Es imprescindible que como familias cristianas desarrollemos hábitos espirituales que nos mantengan permanentemente unidos a Dios y fortalecidos para resistir ante los ataques del enemigo. Pero cualquier habito que como individuo pretendamos practicar tendrá mejor resultado si lo practicamos como familia.
La biblia tiene suficientes ejemplos de como los hábitos espirituales dentro del circulo familiar afectan a cada individuo en particular.
Job 1.5 NVI
Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido en su corazón a Dios.» Para Job ésta era una costumbre cotidiana.
Job 1.1-5
Job 1.5
Job 1.1–5 LBLA
Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job; y era aquel hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Y le nacieron siete hijos y tres hijas. Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísima servidumbre; y era aquel hombre el más grande de todos los hijos del oriente. Sus hijos solían ir y hacer un banquete en la casa de cada uno por turno, e invitaban a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos. Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba por ellos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre.
Por la estructura familiar y el contexto del libro podemos afirmar que Job fue un hombre que vivió en el periodo patriarcal. Durante este periodo, el varón cabeza de familia salvaguardaba la salud espiritual de toda la familia y se encargaban de transmitir a las siguientes generaciones el temor de Dios. Job es el típico patriarca que velaba por la santidad de sus hijos y acostumbraba realizar cotidianamente sacrificios por cada hijo.
Sin duda Job amaba a sus hijos y se preocupaba por cada uno de ellos imparcialmente. Pero lo mas interesante de los hábitos espirituales de Job es que iban mas allá de ser rutinas superficiales. Su pensamiento era buscar el favor de Dios para sus hijos, por si ellos habían ofendido a Dios con sus vidas.
Los hábitos espirituales tienen la naturaleza de convertirse en estilo de vida consagrada. En el plan de Dios estaba incluido la transmisión de las practicas espirituales de los padres hacia los hijos. Pero no solo debían ser transmitidos a los hijos, sino grabados en el corazón del individuo. Es decir, lograr que cada persona desarrollara un estilo de vida centrado en Dios y que todas sus relaciones tuvieran el mismo sentido. Como resultado de todo esto la vida de los descendientes seria prolongada sobre la tierra.
Deuteronomio 11.18–21 NVI
Grábense estas palabras en el corazón y en la mente; átenlas en sus manos como un signo, y llévenlas en su frente como una marca. Enséñenselas a sus hijos y repítanselas cuando estén en su casa y cuando anden por el camino, cuando se acuesten y cuando se levanten; escríbanlas en los postes de su casa y en los portones de sus ciudades. Así, mientras existan los cielos sobre la tierra, ustedes y sus descendientes prolongarán su vida sobre la tierra que el Señor juró a los antepasados de ustedes que les daría.
Deuteronomio 11.18–25 LBLA
Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos. Y enseñadlas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y escríbelas en los postes de tu casa y en tus puertas, para que tus días y los días de tus hijos sean multiplicados en la tierra que el Señor juró dar a tus padres, por todo el tiempo que los cielos permanezcan sobre la tierra. Porque si guardáis cuidadosamente todo este mandamiento que os ordeno para cumplirlo, amando al Señor vuestro Dios, andando en todos sus caminos y allegándoos a El, entonces el Señor expulsará de delante de vosotros a todas estas naciones, y vosotros desposeeréis a naciones más grandes y más poderosas que vosotros. Todo lugar donde pise la planta de vuestro pie será vuestro; vuestras fronteras serán desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río, el río Eufrates, hasta el mar occidental. Nadie os podrá hacer frente; el Señor vuestro Dios infundirá, como El os ha dicho, espanto y temor de vosotros en toda la tierra que pise vuestro pie.
Deuteronomio 11.18-21
Deuteronomio 12 LBLA
Estos son los estatutos y los decretos que observaréis cuidadosamente en la tierra que el Señor, el Dios de tus padres, te ha dado para que la poseáis todos los días que viváis sobre su suelo. Destruiréis completamente todos los lugares donde las naciones que desposeeréis sirven a sus dioses: sobre los montes altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso. Y demoleréis sus altares, quebraréis sus pilares sagrados, quemaréis a fuego sus imágenes de Asera, derribaréis las imágenes talladas de sus dioses y borraréis su nombre de aquel lugar. No procederéis así con el Señor vuestro Dios, sino que buscaréis al Señor en el lugar en que el Señor vuestro Dios escoja de todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su morada, y allí vendréis. Y allí traeréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la contribución de vuestra mano, vuestras ofrendas votivas, vuestras ofrendas voluntarias, y el primogénito de vuestras vacas y de vuestras ovejas. Allí también vosotros y vuestras familias comeréis en presencia del Señor vuestro Dios, y os alegraréis en todas vuestras empresas en las cuales el Señor vuestro Dios os ha bendecido. De ninguna manera haréis lo que hacemos aquí hoy, que cada cual hace lo que le parece bien a sus propios ojos; porque todavía no habéis llegado al lugar de reposo y a la heredad que el Señor vuestro Dios os da. Cuando crucéis el Jordán y habitéis en la tierra que el Señor vuestro Dios os da en heredad, y El os dé descanso de todos vuestros enemigos alrededor de vosotros para que habitéis seguros, entonces sucederá que al lugar que el Señor vuestro Dios escoja para morada de su nombre, allí traeréis todo lo que yo os mando: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y la ofrenda alzada de vuestra mano, y todo lo más selecto de vuestras ofrendas votivas que habéis prometido al Señor. Y os alegraréis en presencia del Señor vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que vive dentro de vuestras puertas, ya que no tiene parte ni heredad entre vosotros. Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que veas, sino en el lugar que el Señor escoja en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando. Sin embargo, podrás matar y comer carne dentro de todas tus puertas, conforme a tu deseo, según la bendición que el Señor tu Dios te ha dado; el inmundo y el limpio podrán comerla, como si fuera de gacela o de ciervo. Sólo que no comeréis la sangre; la derramaréis como agua sobre la tierra. No te es permitido comer dentro de tus ciudades el diezmo de tu grano, de tu mosto, o de tu aceite, ni de los primogénitos de tus vacas o de tus ovejas, ni ninguna de las ofrendas votivas que prometas, ni tus ofrendas voluntarias, ni la ofrenda alzada de tu mano, sino que lo comerás en presencia del Señor tu Dios en el lugar que el Señor tu Dios escoja, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive dentro de tus puertas; y te alegrarás en presencia del Señor tu Dios de toda la obra de tus manos. Cuídate de no desamparar al levita mientras vivas en tu tierra. Cuando el Señor tu Dios haya extendido tus fronteras como te ha prometido, y tú digas: “Comeré carne”, porque deseas comer carne, entonces podrás comer carne, toda la que desees. Si el lugar que el Señor tu Dios escoge para poner su nombre está muy lejos de ti, entonces podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que el Señor te ha dado, como te he ordenado, y podrás comer dentro de tus ciudades todo lo que desees. Tal como se come la gacela y el ciervo, así la podrás comer; el inmundo y el limpio podrán comer de ella. Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne. No la comerás; la derramarás como agua sobre la tierra. No la comerás, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, porque estarás haciendo lo que es justo delante del Señor. Solamente las cosas sagradas que tengas y tus ofrendas votivas, las tomarás e irás al lugar que el Señor escoja. Y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar del Señor tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar del Señor tu Dios, y podrás comer la carne. Escucha con cuidado todas estas palabras que te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, porque estarás haciendo lo que es bueno y justo delante del Señor tu Dios. Cuando el Señor tu Dios haya destruido delante de ti las naciones que vas a desposeer, y las hayas desposeído y habites en su tierra, cuídate de no caer en una trampa imitándolas, después que hayan sido destruidas delante de ti, y de no buscar sus dioses, diciendo: “¿Cómo servían estas naciones a sus dioses para que yo haga lo mismo?” No procederás así para con el Señor tu Dios, porque toda acción abominable que el Señor odia ellos la han hecho en honor de sus dioses; porque aun a sus hijos y a sus hijas queman en el fuego en honor a sus dioses. Cuidarás de hacer todo lo que te mando; nada le añadirás ni le quitarás.
Deuteronomio 11.1–10 LBLA
Amarás, pues, al Señor tu Dios, y guardarás siempre sus mandatos, sus estatutos, sus ordenanzas y sus mandamientos. Y comprended hoy que no estoy hablando con vuestros hijos, los cuales no han visto la disciplina del Señor vuestro Dios: su grandeza, su mano poderosa, su brazo extendido, sus señales y sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón, rey de Egipto, y a toda su tierra; lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros, al hacer que el agua del mar Rojo los cubriera cuando os perseguían, y el Señor los destruyó completamente; lo que os hizo en el desierto hasta que llegasteis a este lugar, y lo que hizo a Datán y Abiram, los hijos de Eliab, hijo de Rubén, cuando la tierra abrió su boca y los tragó a ellos, a sus familias, a sus tiendas y a todo ser viviente que los seguía, en medio de todo Israel. Pero vuestros ojos han visto toda la gran obra que el Señor ha hecho. Guardad, pues, todos los mandamientos que os ordeno hoy, para que seáis fuertes, y entréis y toméis posesión de la tierra a la cual entráis para poseerla; para que prolonguéis vuestros días en la tierra que el Señor juró dar a vuestros padres y a su descendencia, una tierra que mana leche y miel. Porque la tierra a la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde vinisteis, donde sembrabas tu semilla, y la regabas con el pie como una huerta de hortalizas,
Grabar un habito en nosotros y en nuestros hijos no es una tarea que requiere solo un par de días, en realidad requiere de toda nuestra vida. En realidad a todos nos cuesta adoptar hábitos que nos benefician en nuestra vida cotidiana. Pero si estamos hablando de hábitos espirituales debemos ser consientes que serán doblemente difícil e irregulares en su comienzo. Sin embargo, no debemos perder de vista que los hábitos nos harán mas fuertes y nos mantendrán mas cerca de Dios.
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Identifiquemos algunos hábitos que pueden ayudar a que nuestra familia se fortalezca en el Señor para salir triunfantes en la batalla contra satanás.
Devocionales periódicos en familia
Job 1.5 LBLA
Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba por ellos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre.
El relato de los hábitos de Job, describe que Job hacia sacrificios por cada hijo. No le parece a usted que esta es una buena manera de mantener a nuestra familia cerca de Dios, Job tenia diez hijos y juzgaba sus actos de manera espiritual, porque tenia la visión de Dios. Este habito no es un reemplazo para los cultos o reuniones eclesiales. Hacer devocionales en nuestras casas con nuestras familias es llevar la iglesia a nuestros hogares. El resultado de una vida devocional en familia trae paz y armonía al hogar. Este habito puede ser practicado por lo menos una vez a la semana, a la hora que todos los miembros de la familia estén en casa.
El relato de los hábitos de Job, describe que Job hacia sacrificios por cada hijo. No le parece a usted que esta es una buena manera de mantener a nuestra familia cerca de Dios, Job tenia diez hijos y juzgaba sus actos de manera espiritual, porque tenia la visión de Dios. Este habito no es un reemplazo para los cultos o reuniones eclesiales. Hacer devocionales en nuestras casas con nuestras familias es llevar la iglesia a nuestros hogares. El resultado de una vida devocional en familia trae paz y armonía al hogar. Este habito puede ser practicado por lo menos una vez a la semana, a la hora que todos los miembros de la familia estén en casa.
Intimidad con Dios
Aunque la intimidad con Dios esta relacionada con todos los aspectos de nuestra vida. Debemos hablar de la oración como el momento en que nuestro espíritu se comunica con Dios. Este es uno de los hábitos mas recomendados por las escrituras pero es el menos practicado por los cristianos.
Marcos 1.35–37 RVR60
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. Y le buscó Simón, y los que con él estaban; y hallándole, le dijeron: Todos te buscan.
omunica con Dios.
Lucas 11.1 LBLA
Y aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos.
Lucas 11
El anhelo del discípulo por aprender a orar como Jesús, surgió por el ejemplo que el maestro les daba. No solo era aprender a recitar una oración, sino aprender a tener intimidad con Dios.
1 Tesalonicenses 5.17 NVI
oren sin cesar,
Aliento del cielo para la familia Pecados que debilitan y destruyen a la familia

Solamente la comunión con Dios nos puede librar de esta clase de pecados.

No podemos tener una vida familiar consagrada sin una vida de oración. La oración nos mantiene en contacto con Dios, en una relación realmente estrecha con el.
Aliento del cielo para la familia Pecados que debilitan y destruyen a la familia

Hay acciones que envuelven a las personas hasta el punto de debilitarlos y destruirlos a ellos de forma individual, pero de igual manera esos actos los llevan a causar un desastre en su propia casa. Las consecuencias pueden ser fatales y terminar con las más fuertes relaciones existentes dentro del seno familiar.

Aliento del cielo para la familia Pecados que debilitan y destruyen a la familia

Hay acciones que envuelven a las personas hasta el punto de debilitarlos y destruirlos a ellos de forma individual, pero de igual manera esos actos los llevan a causar un desastre en su propia casa. Las consecuencias pueden ser fatales y terminar con las más fuertes relaciones existentes dentro del seno familiar. Se rompen lazos no sólo matrimoniales sino también entre padres e hijos. Solamente la comunión con Dios nos puede librar de esta clase de pecados.

Meditación de la palabra -
Jeremías 15.16 RVR60
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
Juan 5.39 LBLA
Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
Nuestra mente debe estar enfocada en Dios, esto no se trata de ciertos momentos, sino de todo el tiempo. Pero es necesario meditar en la palabra de Dios para mantenernos enfocados en él. Todas nuestras acciones necesitan de direccion y proposito, y solo Dios por medio de su palabra puede darlos.
Nuestra mente debe estar enfocada en Dios, esto no se trata de ciertos momentos, sino de todo el tiempo. Pero es necesario meditar en la palabra de Dios para mantenernos enfocados en él. Todas nuestras acciones necesitan de dirección y propósito, y solo Dios por medio de su palabra puede darlos. La palabra de Dios debe ser un deleite para el cristiano, pero se disfruta mejor si es en familia.
Dar espontáneamente -
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1 Corintios 16.2 LBLA
Que el primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas.
Corintios 16.2
Aunque el acto de ofrendar como iglesia se realiza un dia especifico de la semana (Domingo) el habito de dar o compartir no se rige a un solo dia, pues debemos convertir este habito en un estilo de vida. Los hijos desde temprana edad deben aprender que dar es una bendición, y este habito debe ser enseñado por los padres.
Lenguaje de bendición -
Lenguaje de bendición -

Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

Las palabras de bendición deben ser como el pan diario. En cada conversación, en cada respuesta debe estar el carácter espiritual de nuestras palabras. ¿Como nos dirigimos a nuestra pareja cuando hay discusión, o molestia? De la manera en como nos dirigimos a nuestra pareja así lo harán nuestros hijos. Pero tomemos en cuenta que cuando bendecimos con nuestras palabras entonces nosotros mismos somos bendecidos.
Congregarse constantemente
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Congregarse constantemente
Hebreos 10.24 LBLA
y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras,
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Hebreos 10.24–25 NVI
Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
El habito de congregarse constantemente es el reflejo de tener una vida familiar sintonizada con el señor y la iglesia. Es importante que todas las familias mantengan su comunión con la hermandad de manera activa y cercana. La palabra de Dios dice que Dios manda su bendición cuando el pueblo esta reunido en su nombre. La costumbre o el habito no debe ser no congregarnos como muchos cristianos lo hacen, mas bien el habito debe ser asistir a la iglesia todos los días que haya servicio. Es por eso que hablamos de hábitos, por eso es un estilo de vida personal y familiar.
Bendiciones.
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