HOGAR CELESTIAL
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HOGAR CELESTIAL
HOGAR CELESTIAL
En los anos pasados escuchamos las noticias
de muchos deslaves
Y la gente se les empezó a pedir que abandonaran sus casas
El hogar por el cual tanto trabajaron
Gastaron sus ahorros
Su vida...
Quien quisiera irse ?
Nadie...
Nadie quiere dejar el mundo, que es nuestro hogar actual...
MUCHOS PORQUE NO SABEMOS QUE HAY OTRO HOGAR...
NO SABEMOS QUE EXISTE OTRO UN CAMINO PARA EL NUEVO HOGAR..
TU LO SABES?
EXISTEN PERSONAS QUE ESTAN TRABAJANDO PARA DESVIARNOS DEL CAMINO DE DIOS
LOS GOBIERNOS
LOS REYES
LOS GOBERNANTES
LOS LIDERES ECONOMISTAS
LA AVARICIA
HAMBRE DE PODER
Quieren convencernos que no tenemos opción mas que este mundo donde vivimos...
Nos ofrecen otro planeta, como Marte o una estación interplanetaria, donde tenemos la opción de vivir con una tecnología muy avanzada...
Nos han vendido la idea de que estamos preparados par ir a el espacion
Mi pregunta seria
Podemos?
Estamos?
Somos?
Usted cree que esta invitacion es para todos?
Si en la ctualidad lo que tienen los gobiernos es para los poderosos de cada pais....
usted cree que nos llevarian a todos en naves espaciales, cuando en la actualidad, son los mismos gobiernos que actian bajo una agenda de poder sobre los pobres, de razas no deseadas...
Que ellos concidaran no deberian de existir, sino solo siertas razas, con alta origen etnico...
Cuando en especialmente en estos tiempos se han dado a la tarea de destruir la tranquilidad de los pueblos pobres, sus economias...
CON TODO ESTO CREES QUE TIENES ESPERANZA?
YO CREO QUE SI TENGO UNA ESPERANZA....
HAY UN HOGAR CELESTIAL?
Seran las moradas finales de los santos?
Sabias esto?
O por que hay tantos cristianos que les creias a los predicadores que decian que solo venia prosperidad, y denigraron un evangeli que daba esperanza al pobre de un mejor lugar…
No aqui en la tierra...
1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. 18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; 19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. 25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. 26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. 27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
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1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.
7 ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. 15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.
20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
Apocalipsis ; )
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. 19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
25 Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. 27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. 28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. 29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. 30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. 31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.
)
PRIMERO: JUAN EL APOSTOL DECRISBE LA IMPORTANCIA DE LABAR NUESTRAS ROPAS
PRIMERO: JUAN EL APOSTOL DECRISBE LA IMPORTANCIA DE LABAR NUESTRAS ROPAS
ES ESCRITOS DEL EL EVANGELIO DE JUAN
1RA, 2DA, 3RA DE JUAN
Y EL LIBRO DE REVELACIONES O APOCALIPSIS
Se pronuncia la dicha sobre los que han lavado sus ropas y, por lo tanto, la salvación en Cristo les concede el entrar a gozar de la vida eterna.
Estos son los mismos que se conservan puros por su firme negativa de acatar las demandas de la bestia
4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
).
Sus vestiduras han sido emblanquecidas a causa del poder de “la sangre del Cordero”
14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
).
Conductas del tipo enumerado aquí no pueden coexistir con la vida redimida.
Este versículo resalta su parte activa en este proceso: los que lavan sus vestiduras.
El lavamiento de sus vestiduras indica:
la voluntad de identificarse con el Señor Jesucristo en su muerte
y resurrección,
y también conlleva el pensamiento de martirio durante la penosa experiencia de los santos (comp.
11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
SOSTENER UNA FORMA DE VIDA DERRIMIDA
POR UNA SANGRE QUE SANTIFICA
Y MANTENER UNA VIDA SANTIFICADA ASTA LA VENIDA DE NUESTRO SALVADOR NO SERA FACIL ANTE TANTA TENTACION
El Apocalipsis de San Juan La Venida de Jesucristo Está Cerca
El Jesús que confesamos en adoración como Señor exige una obediencia concreta que puede ser costosa (pero afuera se quedarán los pervertidos, los que practican la brujería, etc.).
Comentario de la Biblia Matthew Henry CAPÍTULO XXII
—Nunca pensemos que una fe muerta o desobediente nos salvará, porque el Primero y el Último ha declarado que son bienaventurados solo los que hacen sus mandamientos
Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis A. Retorno de Jesús (22:6–17)
a los que lavan sus ropas. Da a entender que sus ropas están sucias debido al pecado, que puede quitarse sólo por medio de la sangre de Cristo.
ES UN CONSTANTE RECORDATORIO A LAVARSE LAS ROPAS...
14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
SANTOS EN EL CIELO Y SANTOS EN LA TIERRA
Mientras que las palabras del anciano se dirigen a los santos celestiales,
cuyas ropas han sido lavadas una vez por todas (tiempo aoristo),
Jesús habla a los santos en la tierra y,
por implicación, los insta a que laven sus ropas una y otra vez (tiempo presente).
Una actitud de limpieza continua
10 En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.
8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis A. Retorno de Jesús (22:6–17)
con Mt. 22:11–13
11 Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. 13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
DESPUES DE LO PRIMERO TIENES DERECHO A LO SEGUNDO...
DESPUES DE LO PRIMERO TIENES DERECHO A LO SEGUNDO...
Un lugar seguro para los tesoros
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Contiene un archivo de los santos
Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
Lugar para todos los creyentes
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
El Cristo glorificado entró en
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
Construido por la mano de Dios
Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. ()
porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Los redimidos de todas las naciones, reunidos en
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; ()
La obediencia, condición para entrar
* Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.