05 - EL LIBRO DE DEUTERONOMIO
El Deuteronomio es un libro que tiene un gran valor religioso para hoy. El amor es la clave de la vida divina. A Dios se le debe toda la lealtad del corazón humano por su misericordia. El Deuteronomio fue uno de los libros preferidos de nuestro Señor. (Compárese Mateo 4:4, 7, 10; 22:37.)
Through types and prophecy, Deuteronomy also points to Christ. He is the Passover Lamb (16:1 note) and the coming Prophet (18:15–19 note). Moses, the founder of Israel’s theocracy, mediated the old covenant, but Jesus Christ, the Son of God, mediated the new covenant (Jer. 31:31–34; Heb. 3:1–6). Whereas the old covenant was written on tablets of stone, Christ writes the new covenant through the Spirit of the living God on the tablets of human hearts (2 Cor. 3:3). The old covenant called for shedding the blood of animals; the everlasting new covenant was instituted once and for all by the blood of Christ (Jer. 32:40; Heb. 9:11–28). The old covenant calls for a heart religion, but it failed through human weakness and became obsolete after its fulfillment at Calvary (Rom. 8:3; Heb. 7:12; 8:13).
CHRIST IN DEUTERONOMY
According to Deut. 17:14–20, the Israelite king was to meditate daily on the teaching set out in Deuteronomy 5–26 and live by it. As the divinely chosen heir to the Davidic dynasty, Jesus undoubtedly knew well the contents of the book of Deuteronomy and quoted it when tempted by Satan (Matt. 4:1–11; Luke 4:1–13).
Through types and prophecy, Deuteronomy also points to Christ. He is the Passover Lamb (16:1 note) and the coming Prophet (18:15–19 note). Moses, the founder of Israel’s theocracy, mediated the old covenant, but Jesus Christ, the Son of God, mediated the new covenant (Jer. 31:31–34; Heb. 3:1–6). Whereas the old covenant was written on tablets of stone, Christ writes the new covenant through the Spirit of the living God on the tablets of human hearts (2 Cor. 3:3). The old covenant called for shedding the blood of animals; the everlasting new covenant was instituted once and for all by the blood of Christ (Jer. 32:40; Heb. 9:11–28). The old covenant calls for a heart religion, but it failed through human weakness and became obsolete after its fulfillment at Calvary (Rom. 8:3; Heb. 7:12; 8:13).
ENSEÑANZAS IMPORTANTES
• El requerimiento básico para el creyente es el amor y la obediencia a Dios.
• La relación de Dios hacia Su pueblo, bajo el pacto es de amor más que de legalismo.
• El temor a Dios significa: reverencia, adoración, respeto, y obedecerlo.
• La idolatría es el mayor peligro y debe de ser rechazada con severidad.
• Dios recompensa la obediencia y permite las consecuencias de la desobediencia.
• Enseñar la Palabra de Dios a otros, es nuestro deber.
• Como Dios es santo, él pide que vivamos como un pueblo santo.
• Dios nos da la libertad de escoger si le obedecemos o no.
• Hay cosas que no han sido reveladas por Dios, pero las que ya ha revelado, Dios espera que sean obedecidas.
¿Qué beneficio obtenemos al leer lo escrito por Moisés? Lutero explicó:
Primero que nada, Moisés enseña la piedad. Predica la fe de una manera amplia y abundante. Agrega las ceremonias más bellas, por las cuales la gente común se sostiene.… Después se ocupa de la organización del gobierno civil, del alimento que da el amor mutuo, y dirige y dispone todo con las leyes más adecuadas y justas. No se encuentra en esto nada necio ni inútil, así como lo comprenderá el que sabe lo que es dirigir el gobierno.
5. Tema
El tema del libro de Deuteronomio es la bendición de la obediencia, y la palabra clave es obediencia. En todo el libro sobresale el deseo ferviente del escritor de que el pueblo, una vez que se hubiera establecido en la tierra a la cual Jehová lo introducía, debía obedecer a Dios. Tal obediencia le traería abundantes bendiciones, y prosperidad en todo sentido.
Deuteronomio nos enseña que la lealtad a Dios es la esencia de la verdadera piedad. Esto nos impide comprometernos con lo que es desagradable a Dios y nos invita a separarnos de todas las relaciones y prácticas ilegítimas.
La verdad que aquí también se ha de enfatizar es que la tarea verdaderamente difícil no debe ser emprendida por nosotros. Ha sido cumplida a favor nuestro por Cristo. Es él quien descendió de los cielos, habitó entre nosotros como en una tienda (Jn. 1:14), sufrió las agonías del infierno por nosotros, murió, fue sepultado, resucitó, ascendió el cielo. ¡La tarea difícil fue cumplida por él! Por consiguiente, todo esfuerzo de parte nuestra por subir al cielo para bajar a Cristo sería equivalente a la más desagradecida negación de la realidad y del valor de la encarnación de Cristo.