¿Cómo enfrentamos una crisis?

Fe y confianza en Dios  •  Sermon  •  Submitted
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Cuando enfrentamos una crisis, debemos ver más allá de ella y no dejarnos llevar por ella.

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Introducción:

Cuándo enfrentamos tiempos de Crisis, siempre va a depender de nosotros los resultados que obtengamos, podemos tomar as medidas correctas o no, y podemos también a travesar nuestras propias tormentas poniendo nuestra confianza en el Señor.
El relato de , nos muestra una crisis de liderazgo, de toma de decisiones , pero también nos muestra qué comportamiento debemos tomar ante la crisis.
El relato nos cuenta la travesía de Pablo, donde vemos el asunto de la grandeza de su liderazgo, la historia de su dirección emergente durante un viaje lleno de tormentas por el mar Mediterráneo, y el consecuente naufragio, se desarrolla en cuatro etapas: el comienzo, la espera, la tormenta y el naufragio.

El comienzo:

Hechos EL COMIENZO

El viaje comenzó cuando entregaron en custodia a Pablo y a algunos otros presos con destino a Roma desde Cesarea a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta.

El viaje comenzó cuando entregaron en custodia a Pablo y a algunos otros presos con destino a Roma desde Cesarea a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta.
Julio puso su grupo de soldados, prisioneros y siervos a bordo de una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia.
Los versos del 1- 12, nos describen todo lo que tuvieron que hacer , cambios de rumbos porque los vientos no eran favorables, retraso de la nave en Buenos puertos, porque la navegación era peligrosa, al parecer en el verso 10-12, específicamente, los marinos y Julio tuvieron una discusión para planificar qué medidas debían tomar. A Pablo, viajero experimentado, le permitieron hablar.
Haciéndose a la vela desde Sidón, Pablo y sus compañeros de viaje navegaron a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. Pasaron entre Chipre y tierra firme, manteniéndose en el lado de sotavento de la isla en busca de refugio de los vientos predominantes del oeste.
En la reunión, Pablo les amonestaba, diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas.
El barco continuó su viaje a través del Mediterráneo del nordeste, navegando por la costa frente a Cilicia y Panfilia. Esas regiones eran muy conocidas para Pablo, quien era originario de Cilicia ()
Sabiamente, el apóstol les aconsejó no arriesgarse; ya había experimentado tres naufragios () y no estaba ansioso de sufrir el cuarto.
Aquí encontramos un primer principio: Debemos aprender a escuchar.
Pablo advirtió que el barco debía invernar allí en Buenos Puertos.
He aquí también una característica del buen liderazgo: sabiduría y cuidado para tomar riesgos (en este caso con las vidas de los viajeros y la valiosa carga del barco).
No escuchar trajo consigo problemas:
Pablo no fue escuchado , de modo lamentable (pero comprensible), el centurión dio más crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía.
El verso 12 dice que era incómodo para ellos el albergue para invernar, entonces decidieron zarpar.

2. La tormenta.

No mucho tiempo después, al soplar una brisa del sur, los marineros decidiendo que habían recibido las condiciones que deseaban, levaron anclas, salieron de Buenos Puertos e iban costeando Creta.
Así mismo llegó también el desastre, Rugiendo desde las montañas de Creta al este y nordeste venía un viento huracanado llamado Euroclidón (una palabra híbrida de la expresión griega euros: “viento del este”, y la palabra del latín aquilo: “viento del norte”)
Esta poderosa y peligrosa tempestad era temida por todos los que navegaban en el Mediterráneo. Al ser arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, los marineros no tuvieron más remedio que abandonarse al clima y dejarse llevar.
Hechos LA TORMENTA

Esta poderosa y peligrosa tempestad era temida por todos los que navegaban en el Mediterráneo. Al ser arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, los marineros no tuvieron más remedio que abandonarse al clima y dejarse llevar.

Aquí encontramos un nuevo principio.
Muchas veces cuando enfrentamos la tormenta, nuestra tendencia es dejarnos llevar.
Hechos de los Apóstoles 27.15 RVR60
15 Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos llevar.
En esos momentos difíciles algunos nos dejamos llevar por el mar del desanimo y el fatalismo.
A veces será por una mala decisión, otras veces, no tendremos el control, pero no debemos desanimarnos, ni ser fatalistas hermanos, no nos dejemos llevar a la deriva. lo primero que la crisis hará es llevarnos a la deriva, perdemos de vista el rumbo que llevamos, nuestras metas, nos olvidamos ciertamente de quienes somos y hacia a donde vamos.
Hermanos debemos hacer lo contrario, tenemos que agarrarnos con fuerza de nuestra fe, en nuestra esperanza.
Hebreos 10.23 RVR60
23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
No nos fijemos, en la tormenta, no nos fijemos en la crisis, fijémonos en aquel , fijémonos en aquel que es fiel, que ha hecho la promesa, ¨nuestro Dios¨
¿Qué más hicieron, los tripulantes de la nave?
Hechos de los Apóstoles 27.18–20 RVR60
18 Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a alijar,19 y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave.20 Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.
Se deshicieron de las cosas importantes:
a. Las cargas, posiblemente aquellas cosas preciadas y valiosas.
b. Los aparejos del barco, aquellas cosas que posiblemente podrían haberles ayudado a estabilizar el barco.
c. Posiblemente los alimentos.
d. Perdieron la esperanza de salvarse.
Hermanos, todo lo que decidieron dejar, era importante, pero perdieron la esperanza.
Hermanos, no perdamos las cosas que son importantes, que la crisis no te aleje de Dios, que la falta de asistir a un culto, no disminuya tu comunión con Dios, sigue haciendo las cosas que son importantes, como leer la Biblia, orar, hablar a otros de Cristo.
No pierdas tu testimonio Cristiano.
Pero sobre todas las cosas, no pierdas la esperanza.
Josué 23.8 RVR60
8 Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy.
Filipenses 1.27 RVR60
27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
Necesitamos esforzarnos, y esperar en nuestro Dios.
Salmo 31.24 RVR60
24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón.
Salmo 31.24 RVR60
24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón.
Salmo 42.5 RVR60
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Salmo 45.5 RVR60
5 Tus saetas agudas, Con que caerán pueblos debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.
Salmo 45.5 RVR60
5 Tus saetas agudas, Con que caerán pueblos debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.
Hermanos la palabra de Dios hoy para nosotros, es: ´No te desesperes, espera en Dios¨
siguiendo con la historia, veamos lo que hizo Pablo en medio de la tormenta.
Hechos de los Apóstoles 27.21–25 RVR60
21 Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida. 22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. 23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, 24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.
Hermanos Pablo se puso en pie en medio de ellos. No lo habían escuchado cuando estuvieron anclados con seguridad en Buenos Puertos, pero ahora estos no eran marineros profesionales o aficionados, sino solo un grupo de hombres desesperados luchando por sus vidas.
Pero ahora estos no eran marineros profesionales o aficionados, sino solo un grupo de hombres desesperados luchando por sus vidas.
Ahí nos da un gran ejemplo Pablo: Se levanta en medio de la Crisis, en medio de la tormenta, y les da palabra de ánimo!!
Y nos fueron cualquier palabras, fueron palabras de confianza:
¨Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo¨(versos 24)
Esta confianza que sólo está puesta en Dios.
Hermanos quizás no experimentemos como Pablo una aparición especial, pero tenemos lo que la gente común no tiene, tenemos a Cristo en nuestras vidas y conocemos su palabra, vivimos por sus promesas y tenemos el mensaje del evangelio para compartir.
Hermanos es necesario que en medio de la crisis nos levantemos, que seamos luz para los demás, sobre todo a aquellos que no tienen esperanza, o que el temor les abruma, ahí se necesitan a los cristianos.
Pablo pudo haber tomado la misma actitud que el resto pero, él tenía lo que los otros no tenían, fe y confianza en Dios.
Así es con nosotros ahora, necesitamos ponernos de pie y hablar a otros, decirles, que hay un Dios poderosos, que hay un Cristo que salva y que les quiere ayudar en este tiempo de Crisis.
Así le siguieron largas noches , después de tiempos difíciles, descritos en los versos 27-44, sólo Pablo mantenía la calma, estaba tranquilo, prudente y bajo control, porque él tenía su confianza puesta en Dios. Dios le había dicho que salvaría a todos a través del Ángel.
Finalmente, después de dos semanas de esfuerzo y terror, su terrible experiencia mostró señales de concluir. Más o menos, a la medianoche de esa decimocuarta noche, los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra(verso 27).
Para confirmar sus sospechas, los marineros echaron la sonda (usando un peso atado a una longitud de cuerda) y hallaron que la profundidad del agua era de veinte brazas (cuarenta metros); y pasando un poco más adelante, volvieron a echar la sonda, y hallaron quince brazas (treinta metros)
Más adelante, nos dice que echaron cuatro anclas por la popa (para mantener la nave en su lugar y la proa apuntando hacia la orilla) y ansiaban que se hiciese de día.
El verso 30, nos muestra que no todos estaban en calma por el descubrimiento, Presos del pánico y eludiendo sus responsabilidades, insensatamente echaron el esquife al tormentoso mar, mientras aparentaban como que querían largar las anclas de proa, con la intención de tratar de escapar a la playa.
Pablo se dio cuenta de lo que ellos estaban haciendo. Otra vez , advirtiendo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros.
y mire lo que pasó:
Hechos de los Apóstoles 27.32 RVR60
32 Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y lo dejaron perderse.
Hechos de los Apóstoles 27.31 RVR60
31 Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros.
Aquí encontramos un nuevo principio.
Hermanos, en la crisis necesitamos permanecer juntos!!
La promesa de Dios de que todos se salvarían (v. 24) suponía que permanecieran juntos; la traición de los marineros amenazaba esa unidad, por lo que los soldados, cortaron las amarras y los dejaron perderse.
En las crisis algunos querrán hacer sus propios juicios y seguir sus propias ideas, debemos tener cuidado de eso, porque la desesperación los puede llevar a hacer cosas que no deben, e incluso ir en contra de la unidad; por último algunos se perderán por su desatino.
Finalmente, la larga noche de ansiosa espera terminó.
Hechos de los Apóstoles 27.33–38 RVR60
33 Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada. 34 Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. 35 Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. 36 Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también. 37 Y éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis. 38 Y ya satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar.
Pablo nuevamente les anima, a comer, ellos no podían hacer nada por ellos mismos, pero tenían la promesa de Dios a través del apóstol Pablo, que no perecerían, eso les ayudó a comer , Pablo partió el pan y dio gracias a Dios, y todos comieron.
Cuando depositamos nuestra confianza en Dios, vamos a estar tranquilos, volverá el hambre y y podremos comer sin problemas.
Los versos siguientes nos muestran que una vez satisfechos, comenzaron los preparativos para anclar el barco.
Pablo experimentó una nueva Crisis personal.Era evidente que el fin había llegado, y era hora de abandonar la embarcación, pero vea lo que pasa en los versos 43 en adelante:
Hechos de los Apóstoles 27.43 RVR60
43 Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra;
Hechos de los Apóstoles 27.43–44 RVR60
43 Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra;44 y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.
Hechos de los Apóstoles 27.43–44 RVR60
43 Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra;44 y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.
Hechos de los Apóstoles 27.42–44 RVR60
42 Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.43 Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra;44 y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.
Pablo todavía experimentó el peligro de la muerte, aquellos a quienes había ayudado, esos que se habían salvado por la promesa de Dios dada a él, ellos querían matarlo, por temor a que se escapara.
Pero ahí una vez más la mano de Dios, estaba con él, y Julio, el centurión le protegió .
Una vez más la mano de Dios se manifestó.
Hermanos, así aconteció que todos los 276 pasajeros a bordo se salvaron saliendo a tierra… exactamente como Dios había prometido.

Conclusión:

El poder y la providencia de Dios siempre triunfa , y su gloria se manifiesta en gran manera.
Cada uno de nosotros dependemos de él, la crisis no debe dominarnos, ni debe hacernos dudar y perder la esperanza que tenemos en el Señor.
El es fiel y espera que nosotros mantengamos nuestra confianza puesta en él y en sus promesas.
No importa la tormenta, no importa la tempestad, no importa la pandemia, Dios está a cargo, él va a salvarnos.
Si hay un amigo o amiga, quiero preguntarle, si tienen esta seguridad puesta en el Señor, si aún no la tiene, venga a Jesús en esta tarde y descanse en él.
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