Enfrentado el Temor
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HABLEMOS DE LA VIDA
HABLEMOS DE LA VIDA
Todo lo que es nuevo suscita algún temor, esta situación es algo muy humano. Los miedos afloran cuando menos lo esperamos. Las situaciones de inseguridad que vivimos se muestran amenazantes y acabamos ver peligros por todas partes. Responsamos a las siguientes preguntas:
El miedo es una reacción emocional humana. Posiblemente es la mejor defensa contra aquellas realidades que nos pueden dañar o nos hacen peligrar. Pero también es una emoción que puede bloquearnos y dejarnos paralizados. Responsamos a las siguientes preguntas:
— ¿Cuáles son mis temores hoy ante el COVID-19?
— ¿Dónde veo amenazas concretas en mi vida y en mi futuro?
— ¿Qué piensas, qué sientes, qué decisiones tomarás?
— ¿Tiene algo que enseñarnos nuestro Maestro Jesús, el pedagogo por excelencia?
ESCUCHEMOS A DIOS
ESCUCHEMOS A DIOS
Jesús de Nazaret es uno de estos hombres que tuvo que hacer frente a situaciones que se siguen viviendo en la actualidad. Y no solo las vivió él, sino que acompañó, situaciones muy diversas en sus diferentes encuentros con las personas de su tiempo. Vamos a escuchar a Mateo recordando lo que vivió Jesús con sus discípulos.
22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Mateo 14.22-25
22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
Mateo 14.22-
Los discípulos están solos. Esta vez no los acompaña Jesús. Se ha quedado a solas en un monte cercano hablando con su Padre en el silencio de la noche. Mateo describe con rasgos certeros la situación: los discípulos se encuentran solos, «muy lejos de la orilla», en medio de la inseguridad del mar; la barca está «sacudida por las olas», desbordada por fuerzas adversas; «el viento es contrario», todo se vuelve en contra. Además, se ha hecho de noche y las tinieblas lo envuelven todo.
24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Mateo 14.
24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
Los cristianos que escuchan este relato lo entienden enseguida. Conocen el lenguaje de los salmos y saben que «las aguas profundas», «la tempestad», «las tinieblas de la noche»... son símbolo de inseguridad, angustia e incertidumbre. ¿No es ésta la situación de aquellas comunidades, amenazadas por la persecución, el abandono de sus hogares y aún las amenazas de muerte y tentadas desde dentro por el miedo y la poca fe? ¿No es ésta nuestra situación?
25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
Mateo 14.25-26
Los discípulos están solos. Esta vez no los acompaña Jesús. Se ha quedado a solas en un monte cercano hablando con su Padre en el silencio de la noche. Mateo describe con rasgos certeros la situación: los
26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
Mateo 14.
Entre las tres y las seis de la mañana, se les acerca Jesús andando sobre las aguas. Nunca ha dejado de pensar en ellos. Pero los discípulos no son capaces de reconocerlo en medio de la tempestad y las tinieblas. Jesús les parece «un fantasma», algo no real, una ilusión falsa... Los miedos en la comunidad cristiana son uno de los mayores obstáculos para reconocer a Jesús y seguirle con fe como «Hijo de Dios» que nos acompaña y nos salva en las crisis.
27 Pero enseguida Jesús les dijo: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!»
Entre las tres y las seis de la mañana, se les acerca Jesús andando sobre las aguas. Nunca ha dejado de pensar en ellos. Pero los discípulos no son capaces de reconocerlo en medio de la tempestad y las tinieblas. Jesús les parece «un fantasma», algo no real, una ilusión falsa... Los miedos en la comunidad cristiana son uno de los mayores obstáculos para reconocer a Jesús y seguirle con fe como «Hijo de Dios» que nos acompaña y nos salva en las crisis.
Mateo 14.27
Jesús les dice las tres palabras que necesitan escuchar: «Ánimo. Soy yo. No tengáis miedo». Estas tres palabras las iremos escuchando en el trasfondo de todo el relato de los evangelios. «Ánimo»: Jesús viene a infundir ánimo y sembrar esperanza en el mundo. «Soy yo»: (Ex. 3.14) No es un fantasma, sino alguien vivo, lleno de fuerza salvadora. «No tengáis miedo»: hemos de aprender a reconocerlo junto a nosotros en medio de las crisis, peligros y dificultades. ¿No es esto lo que necesitamos escuchar hoy los cristianos?
Jesús les dice las tres palabras que necesitan escuchar: «Ánimo. Soy yo. No tengáis miedo». Estas tres palabras las iremos escuchando en el trasfondo de todo el relato de los evangelios. «Ánimo»: Jesús viene a infundir ánimo y sembrar esperanza en el mundo. «Soy yo»: No es un fantasma, sino alguien vivo, lleno de fuerza salvadora. «No tengáis miedo»: hemos de aprender a reconocerlo junto a nosotros en medio de las crisis, peligros y dificultades. ¿No es esto lo que necesitamos escuchar hoy los cristianos?
RESPONDAMOS A LA VIDA
RESPONDAMOS A LA VIDA
¿Cómo me ha afectado a mí este tiempo de crisis, de miedo, de incertidumbre? ¿Está mi fe en crisis, se va apagando o se está creciendo? ¿Cómo me siento por dentro?
–- ¿Cómo me ha afectado a mí este tiempo de crisis, de miedo, de incertidumbre? ¿Está mi fe en crisis, se va apagando o se está creciendo? ¿Cómo me siento por dentro?
— ¿Dónde y cómo puedo yo sentir a Jesús como una mano tendida que me sostiene, me quita los miedos y no deja que me hunda?
— ¿Qué estamos aportando a la sociedad y a la Iglesia los que estamos escuchando el evangelio de Jesús?¿Ánimo o desaliento? ¿Esperanza o pesimismo? ¿Palabras o compromiso?
Dile a tu familia: Ánimo. Soy yo. No tengas miedo. Puedes responder: Si eres tú, sálvame y ayúdame.