Intimidad en la distancia

De la libertad a la esclavitud

La semana pasada dejamos a José en una cisterna.

José entró como un hombre libre a la cisterna pero salió como un esclavo.

Sus amables y considerados hermanos lo vendieron por 20 monedas.

Fue llevado a un mercado de esclavos al imperio más grande del mundo conocido donde no solo era uno más sino que era un esclavo.

Génesis 37.28 NVI

así que cuando los mercaderes madianitas se acercaron, sacaron a José de la cisterna y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Fue así como se llevaron a José a Egipto.

José pudo haber soñado con un rescate, quizá sus hermanos se arrepentían o su padre vendría a salvarlo. Tal vez Dios se acordaría de él y lo salvaría milagrosamente; pero nada de esto ocurrió.

De soñador engreído a esclavo sin nombre

José se enfrenta a la terrible injusticia de ser mercancía.

José pasó de ser alguien que soñaba a ser algo de poco valor.

De convivir con su familia bajo los cuidados, protección y preferencias de su padre a ser maltratado y denigrado. Antes se jactaba de ser el preferido, ahora solo podría jactarse de ser elegido para ser comprado.

Génesis 37.36 NVI

En Egipto, los madianitas lo vendieron a un tal Potifar, funcionario del faraón y capitán de la guardia.

Génesis 37

Génesis 39.1 NVI

Cuando José fue llevado a Egipto, los ismaelitas que lo habían trasladado allá lo vendieron a Potifar, un egipcio que era funcionario del faraón y capitán de su guardia.

Génesis 39.1

Hoy sabemos que años más tarde José sería llevado ante Faraón para después ocupar un puesto importante. Seguramente muchos de los conocimientos adquiridos en casa de Potifar le sirvieron al ser ascendido como primer ministro.

Todo lo que estés viviendo en esta etapa, sea cual sea en la que estés, servirá para el ejercicio de la siguiente etapa. Pero si no aprendes lo pertinente en esta no estarás preparado para la siguiente.

Aquel miserable éxito podría no ser nada para un hombre libre, pero para un esclavo podría ser un sueño.

Tenemos que aprender a ver, valorar y celebrar nuestros pequeños éxitos, aun si no son todavía lo que esperamos. Nunca sabremos valorar las grandes bendiciones si no aprendemos a valorar los detalles.

Concéntrate en aquello que puedes valorar hoy. Lo que tienes a la mano porque el mañana no está asegurado y si hoy fuera tu último día, ¿cómo lo vivirías? ¿Dejarías que una pandemia arruine el último día de tu vida?

Éxito en la esclavitud

José tenía algo que los demás no tenían: Dios estaba con él.

Sus condiciones sociales eran las mismas pero había una diferencia: Dios.

Nunca podemos despreciar la presencia de Dios en nuestras vidas.

La presencia de Dios en nuestras vidas no siempre significa mejores condiciones; José seguía siendo esclavo aunque Dios estaba con Él.

¿Conoces a Dios? El Dios de los enfermos, los rechazados, los pobres…el Dios de todos. Para Él no hay clases sociales y está más interesado en lo que pasa dentro de tu corazón que lo que pasa afuera.

Génesis 39.2

Génesis 39.2 NVI

Ahora bien, el Señor estaba con José y las cosas le salían muy bien. Mientras José vivía en la casa de su patrón egipcio,

Dios estaba con José y por eso todo le salía muy bien.

Cuando Dios ha puesto su Espíritu en ti y te ha hecho parte de su propósito no hay casa o condición en la que no prosperes. Asciendes en cualquier trabajo y tienes éxito en todo lo que hagas porque no es el contexto el que te define sino tu corazón.

El éxito no está en las circunstancias sino en que Dios esté contigo.

No vale tanto la bendición como el que bendice.

Es grandioso que Dios iba con José incluso a la esclavitud de Egipto.

A Dios no le asombran ni lo espantan las circunstancias. Él no tiene miedo de lo que pase, por eso va contigo aunque tú si tengas miedo.

ESTUDIO BÍBLICO EN FAMILIA

José, injustamente fue tomado por esclavo; Jesús, injustamente fue tomado por malhechor.

Dios estaba con José pero ¿José estaba con Dios?

Qué favorecido ese José, con un Dios ayudándole a tener éxito pero ¿era recíproco?

¿Era solo el favor de Dios sobre José o José también honraba a su Dios? ¿Por qué permanecía Dios con José?

Por un lado, recordemos que José era parte de una promesa y tenía un propósito que cumplir como parte de esa promesa.

Pero además, la vida de José era una carta abierta para su propio jefe.

José pudo haberse sentido avergonzado de honrar a un Dios que no le había rescatado de la esclavitud. ¿Tu Dios permite que te pasen cosas malas?

La relación de José con Dios no solo se trataba del cumplimiento de rituales familiares y religiosos sino de llevar una vida integral:

José tenía una tremenda actitud que no se decaía por las circunstancias (fortaleza mental).

José servía diligentemente y con honradez, por eso Potifar se fijó en él (integridad).

José aprendía rápido, por eso Potifar lo puso a cargo de todo, incluso sus campos (riqueza, negocios) y de administrar su casa. No era un esclavo que hacía trabajos forzados sino uno que vivía en una lujosa mansión y administraba.

Génesis 39.3 NVI

éste se dio cuenta de que el Señor estaba con José y lo hacía prosperar en todo.

A José le tomó tiempo ser descubierto por Potifar, tuvo que mantenerse haciendo lo mismo una y otra vez hasta que lo observaran. Conocemos que un día fue visto pero hubo mil días en que nadie lo vio y debió mantenerse haciendo lo mismo.

¿Cómo mantenemos la motivación en un momento así? Cuando estamos en el anonimato y nadie nos ve, cuando nadie reconoce lo que hacemos. Hay que hacerlo por mil días más para que llegue el día.

¿Cómo se dio cuenta Potifar que a José lo bendecía su Dios?

Potifar tuvo que ver a José de cerca y en su diario actuar notar algo.

Potifar se dio cuenta porque la vida de José demostraba la relación con Dios.

José está a cientos de km de su padre, lejos de su familia. En una tierra extraña donde nadie juzgará sus acciones o creencias. ¿Por qué seguía honrando a Dios?

La pregunta verdaderamente importante es: ¿seguirías honrando y sirviendo a Dios si fueras separado de tu tierra?

Preparándose para propósitos misteriosos

Hoy sabemos que años más tarde José sería llevado ante Faraón para después ocupar un puesto importante. Seguramente muchos de los conocimientos adquiridos en casa de Potifar le sirvieron al ser ascendido como primer ministro.

Todo lo que estés viviendo en esta etapa, sea cual sea en la que estés, servirá para el ejercicio de la siguiente etapa. Pero si no aprendes lo pertinente en esta no estarás preparado para la siguiente.

Génesis 39.5–6 NVI

Por causa de José, el Señor bendijo la casa del egipcio Potifar a partir del momento en que puso a José a cargo de su casa y de todos sus bienes. La bendición del Señor se extendió sobre todo lo que tenía el egipcio, tanto en la casa como en el campo. Por esto Potifar dejó todo a cargo de José, y tan sólo se preocupaba por lo que tenía que comer. José tenía muy buen físico y era muy atractivo.

¡Cuánto pudo aprender José en casa de Potifar! Tuvo que relacionarse con personas importantes, aprender a expresarse y manejar términos clave para interactuar y ocuparse de los asuntos de su señor.

No conoces para qué Dios te está preparando así que adopta una actitud de aprendiz, con hambre de crecer y de dejarte formar. No estarás preparado para tu destino si no aprendes en la prueba que estás atravesando

Cuando Dios te bendice, bendice todo lo que está a tu alrededor. Cuando Dios te prospera, hace prosperar todo a tu alrededor. Por eso pide el favor de Dios, pide ser próspero porque la prosperidad que Dios da no es egoísta o exclusiva sino inclusiva. Dios te da para que des.

Cuando Dios te bendice, bendice todo lo que está a tu alrededor. Cuando Dios te hace prosperar