Ninguna condenación temo ahora
Romanos 8:1: “Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu”
¡Jesús, y todo en él, es mío!
Romanos 8:32: “El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas?”. Pablo no quiere decir que toda comodidad o todo lo que nos gusta nos será concedido, sino a todo lo que es bueno para nosotros (mientras confiemos en él), y en el fin, a la vida eterna, a cada bendición posible, y a un gozo con Dios cada vez mayor.
Vivo en él [en Cristo], mi Señor viviente