VENCIENDO LA PANDEMIA
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VENCIENDO LA PANDEMIA
VENCIENDO LA PANDEMIA
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
mateo 28:20 “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
1.La Pandemia de nuestra Era: COVID-19 a la luz de la soberanía de Dios, el Evangelio y la Iglesia
El impacto de COVID-19 fue visto por primera vez en Wuhan, China, extendiéndose eventualmente al resto del país y al resto de Asia. Irán pronto siguió, que ha sido hasta el día de hoy el país más afectado en el Medio Oriente. Europa no se salvó del coronavirus
Estamos viviendo un epoca sin precedentes. No ha habido desde la gripa española de 1918 tal perturbación en nuestra vida cotidiana como la que estamos viviendo con COVID-19. Cuando el 11 de marzo de 2020, el NBA (National Basketball Association) suspendió su temporada después de que uno de sus jugadores salió positivo por el virus, el Occidente quedó en estado de shock.[1] El NHL (Liga Nacional de Hockey) y varias otras ligas deportivas de alto perfil siguieron rápidamente su ejemplo.[2] Para entender un poco la importancia de estas suspensiones, fiscalmente, estamos hablando de una pérdida multimillonaria (¿o billonario?) en la industria del deporte, lo cual no es un número insignificante. Y pensar que estas suspensiones fueron sólo el comienzo del impacto de COVID-19 en América del Norte. Las acciones han estado en caída libre, una recesión global se ha acelerado, el Presidente de los Estados Unidos suspendió a todos los visitantes europeos por 30 días y anunció una emergencia nacional, la Cámara de los Comunes de Canadá suspendió sus operaciones, las escuelas públicas en todo el país extendieron su March break por dos semanas adicionales, los campus universitarios han cerrado, los lugares de trabajo están enviando a sus empleados a casa.Todo esto y más se ha desarrollado en cuestión de pocos días. Con todo el pánico y la histeria que viene con la palabra “pandemia”, la sociedad occidental ha sido arrojada al pandemonio absoluto.
Las pandemias no son nuevas, se han producido muchas veces en el pasado En 1918 la pandemia de la gripa española un tercio de la población terrestre estaba infectada, y se estima que entre 20 y 50 millones de personas habían muerto. El susto más reciente en el Occidente antes de COVID-19 fue el SARS, que surgió en 2002 y 2003 como una especie del coronavirus(EPIDEMIA). Aunque el SARS cruzó océanos y devastó a muchos en su camino, nunca cumplió las condiciones necesarias para ser declarado una “pandemia”, y dada su tasa de mortalidad del 10%, todos deberíamos estar agradecidos por ese hecho.
· Este virus se ha propagado a más de 115 naciones
· Es a la luz de nuestra realidad global, a la luz de estos acontecimientos recientes, y a la luz de lo que ha estado sucediendo en nuestra cultura, que deseo abordar tres hechos relevantes pero a menudo pasados por alto:
1. Dios sigue siendo Soberano
Sí, es verdad. Dios sigue siendo soberano. Tiene el control de todas las cosas a pesar de lo que vemos en el mundo. Y así como Dios es soberano, también es bueno. Esto es lo que podemos entender de la autorrevelación de Dios:
· Salmo 135:6 “Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos”.
· Isaías 46:9-10 “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 10que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”
· Lucas 13:4-5“O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.”
· Salmo 34:8 “Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él”.
Si Dios es soberano, y si Dios es bueno, como enseña la Escritura, entonces lógicamente tiene una razón moralmente suficiente para por qué ha permitido que COVID-19 exista, del mismo modo que tiene una razón moralmente suficiente para la existencia (temporal) del mal y del sufrimiento. Tal vez no lo entendamos nosotros mismos, después de todo, estamos en el tiempo y en el espacio, estamos en este mundo caído, pero Dios en Su infinita sabiduría sabe el por qué detrás de todo, y un día, tal vez desde la eternidad, llegaremos a entender el “por qué”. Job, durante el tiempo de prueba y sufrimiento, después de haber sido asombrado por el poder y la maravilla de Dios, se dio cuenta de que incluso si Dios hubiera proporcionado por qué detrás de su sufrimiento, no lo habría entendido en lo más mínimo. Como dijo Job, “‘¿Quién es este que oculta el consejo sin entendimiento?’. Por tanto, he declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía” (Job 42:3).
· Y es al presuponer estas verdades bíblicas, de la soberanía y la bondad de Dios, que podemos tomar en serio lo que J.C. Ryle escribió en respuesta a un brote de cólera en 1866:
“Los oficiales pueden no cumplir con su deber, y los gobiernos pueden ser lentos en actuar. Los hospitales pueden estar superpoblados y los médicos pueden fallar. Pero el Señor reina y no tenemos motivos para desesperarnos… Esta es la mano del Señor, sea calmados. La mano que hizo el mundo es demasiado sabia para errar. La mano que fue clavada en la cruz es demasiado amorosa para poner sobre nosotros más de lo que podemos soportar. El cólera es un enemigo que no puede hacer más de lo que Dios se complace en permitir.”
Podríamos reformular esas últimas palabras de la siguiente manera: “COVID-19 es un enemigo que no puede hacer más de lo que Dios se complace en permitir.”
. Tenemos el privilegio de saber que nuestro Dios bueno y soberano tiene todas las cosas en Sus manos. Tal vez no entendamos el porqué, como Dios dijo por medio del profeta Isaías:
· Isaías 55:8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”
· Sin embargo, lo que sí sabemos por la autorrevelación de Dios es que Dios es bueno y que es soberano, y debemos tener fe en que Él, quien proporcionó los medios para nuestra salvación a un gran costo a Sí mismo, es el mismo que llevará a la eventual restauración toda la creación. Él será glorificado, y participaremos de esa gloria si confiamos en Él de todo corazón. El mal y el sufrimiento serán puestos a su fin de una vez por todas de acuerdo a su tiempo señalado:
· 1 Cor. 15:24-26 “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.”
· Es esta esperanza la que debe ser evidente en nuestro testimonio diario, especialmente durante esta pandemia.
2.¿Por qué más entraría la gente en pánico? ¿Porque no habrá suficiente comida en los estantes de las tiendas? que esa prospectiva es más fantasía que realidad. No, el miedo que reside en el corazón del hombre caído es la muerte. Tal temor es antinatural cuando consideramos que la humanidad no fue creada para morir, sino para vivir para siempre en la presencia y la comunión de Dios. Y, sin embargo, lo tememos porque es una realidad, un recuerdo triste del pecado de nuestros primeros padres, de nuestro propio pecado, porque “la paga del pecado es muerte” (Rom. 6:23).
, un Rey sobre toda la creación, el Dios-hombre sin pecado, Jesucristo.
Es en tales condiciones culturales que el hombre debe escuchar el Evangelio.
La manera de salir del cautiverio espiritual del hombre es por medio del (i) arrepentimiento y (ii) la fe en el Hijo de Dios. Que seamos audaces e intencionales en nuestro testimonio de este mensaje del Evangelio.
“Pero, ¿cómo?” Puedes preguntar. Después de todo, tenemos que ejercer el distanciamiento social, ¿no? En estos tiempos podemos y, de hecho, deberíamos ser muy creativos en cuanto a cómo testificamos y compartimos el Evangelio. Algunas iglesias, por ejemplo, han comenzado a ayudar a sus barrios ofreciéndose a comprar y entregar alimentos para los ancianos y otras personas de “alto riesgo”. Al hacer todo lo posible, están demostrando amor y preocupación por el bienestar de sus prójimos, y sin duda estas manifestaciones van acompañadas con la proclamación de las buenas nuevas.
Además,
3.La Iglesia sigue siendo Importante
3.La Iglesia sigue siendo Importante
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
.Cuando el pueblo de Dios sea arrebatado del mundo,el poder maligno del reino de reino de Satanás será desatado de una forma sin precedentes(2 Ts 2:7-12). Después,pasarán solo siete años para que el mundo se deslice hasta el borde del infierno(Dn9:27);Ap 6-9)
!Cuidado!
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Por último, pero no menos importante, dado el creciente número de iglesias en las Américas que están cancelando sus servicios dominicales para las próximas semanas, es necesario decir lo siguiente:
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Puede ser tentador sentarse en el sofá un domingo por la mañana y reemplazar su servicio dominical habitual con Netflix, pero la iglesia, en términos de la reunión de los santos, no está “de vacaciones”. Por el contrario, ahora tenemos que considerar cómo los santos pueden reunirse.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
“Comenzó Jonás a adentrarse en la ciudad, y caminó todo un día predicando y diciendo: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!». Los hombres de Nínive creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el más pequeño, se vistieron con ropas ásperas... Vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino, y se arrepintió del mal que había anunciado hacerles, y no lo hizo”. Jonás 3.4–5, 10
¡Cuán fuerte debe ser el deseo de nuestro Dios de bendecir al hombre que aun en las peores circunstancias está dispuesto a hacer marcha atrás y buscar el menor indicio de arrepentimiento! Su accionar no depende tanto de lo completo de nuestro quebranto sino más bien de su corazón compasivo. Este es el mismo mensaje que había hablado al profeta Jeremías: «si esas naciones se convierten de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de esas naciones y de esos reinos, para edificar y para plantar» (Jer 18.8–9).
Todo accionar de Dios tiene como propósito final la restauración de lo que se ha perdido, nunca el castigo y la destrucción. Esta última opción es solamente el camino a seguir cuando se han agotado todos los otros medios para llegar a la reconciliación. En su corazón, no obstante, el Señor anhela que volvamos a caminar en intimidad con él, disfrutando de sus tesoros y compartiendo con otros lo que recibimos de su mano.
En general, las pandemias han cambiado el mundo a medida que avanzan, particularmente en lo que respecta al cuidado de salud, tal vez cambiaria la forma en que funcionamos misionalmente como iglesia, tanto a nivel colectivo como localizado. No importa lo que puede ocurrir en estas próximas semanas o meses, sólo podemos orar, además del paso de esta pandemia: “Señor, que el Evangelio en nosotros brille brillantemente en este período de tinieblas.” Ciertamente no habrá escasez de oportunidades ministeriales ante nosotros.