¿ESTÁN CONSTADOS NUESTROS DÍAS?
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I. ESTÁN CONTADOS POR EL DIOS SOBERANO
I. ESTÁN CONTADOS POR EL DIOS SOBERANO
No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee. Ec 8.8
Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. 1 Cr 17.11
II. ESTÁN CONTADOS, PERO PUEDEN SER ALARGADOS
II. ESTÁN CONTADOS, PERO PUEDEN SER ALARGADOS
Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Ef 6.2–3
En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Is 38.1
Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años. Is 38.4–6
III. ESTÁN CONTADOS, PERO PUEDEN SER ACORTADOS
III. ESTÁN CONTADOS, PERO PUEDEN SER ACORTADOS
¿Quieres tú seguir la senda antigua, Que pisaron los hombres perversos, Los cuales fueron cortados antes de tiempo, ¿Cuyo fundamento fue como un río derramado? Decían a Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Omnipotente? Job 22.15–17
El debilitó mi fuerza en el camino; Acortó mis días. Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; Por generación de generaciones son tus años. Sal 102.23–24
el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. 1 Co 5.5
IV. ESTÁN CONTADOS, PERO PUEDEN SER ETERNOS EN EL CIELO
IV. ESTÁN CONTADOS, PERO PUEDEN SER ETERNOS EN EL CIELO
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. Jn 11.25–27).