Si, Dios también puede hacer eso

Ilustración:

Frase transicional: Solemos creer que Jesús puede realizar cualquier cosa, excepto perdonarnos. Ahora, miraremos la realidad y saldremos de aquí convencidos que él puede perdonar tantos pecados como el quiera.

INTRODUCCIÓN

El capítulo 9 sigue una progresión que ha comenzado desde el capítulo 7: la autoridad de Jesús

Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Jesús tiene la autoridad para enseñar y por ello habla con seguridad , tanta que el pueblo se asombra al escuchar la sana doctrina de Jesús

Jesús tiene autoridad para hacer eso y muchas cosas más, él es Dios, tiene autoridad sobre todas las cosas

El capítulo 8 nos demuestra que Jesús tiene autoridad sobre:

La enfermedad (el leproso curado)

La naturaleza (La calma de la tempestad)

Los demonios (El poseso gadareno)

Ahora, en su casa, mostrará su autoridad que al reconocerla el hombre es llenado de paz en su corazón.

Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad (Mateo 9:1)

En breve, Jesús regresa a Capernaúm, su casa, su ciudad, el centro de control de su ministerio.

Cuando Jesús inicia su ministerio, Mateo dice que lo desarrollo realizando tres actividades especificas (Mateo 4:23)

Enseñando

Predicando

Sanando

Ahora, al ser despreciado del otro lado del mar de Galilea ,decide regresar a el lugar en el que desarrollaría la mayor parte de su ministerio, el lugar en el que pasaría el tiempo suficiente para que los evangelistas le llamaran “su casa” (Marcos 2:1)

Sin embargo, al estar en casa sucede algo muy interesante

Le trajeron un paralítico

CUERPO

A. Un encuentro intencional puede ser excepcional

Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. (Mateo 9:2)

¿Un enfermo en la casa del doctor?

¿Cómo es posible? HAY UN ENFERMO EN LA CASA DE JESÚS, ¡EN SU PUEBLO!

Este hombre estaba en la casa de Jesús, vivían en la misma ciudad, pero estaba enfermo. No está de más entonces decir que:

Nunca se había conocido

Jamás se habían topado

En ningún momento sus miradas se habían cruzado

Vivía en la misma casa pero no conocía a Jesús

Demasiado cerca del camino pero al mismo tiempo tan perdido

¿Sientes que tu vida es así?

Estás aquí pero estás en una búsqueda constante pues aun no has encontrado a Dios

O, tal vez, ya estás cansado, has buscado por demasiado tiempo sin éxito alguno y lo que queda es llora amargamente por tu el fracaso

Ya no sabes cómo hacerlo, no sabes cómo llegar, sabes que él está aquí pero por más que lo intentas, nunca hallas nada.

La pobreza y miseria espiritual te acompañan como condena

Estas paralitico espiritualmente

B. El verdadero problema

Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. (Mateo 9:2)

La respuesta a la pregunta pudiera parecer obvia pero se complica conforme más nos adentramos a ella.

¿Que impedía al paralítico ir a Jesús?

Jesús, con amor observó al pobre hombre que, recostado en una camilla era llevado a él.

Inmediatamente reconoció el problema, no se trataba de sus pies, ¡era su corazón!

Antes que poder caminar, este hombre deseaba ser feliz, deseaba tener paz, deseaba vaciar su corazón.

Las palabras de Jesús hicieron un eco en la mente de aquel angustiado hombre:

Ten animo, tus pecados te son perdonados.

Era lo que su corazón necesitaba escuchar.

Había tenido que cargar con la culpa del pecado, había tenido que luchar con la miseria en la que este lo había hundido.

Había caído en la desesperanza, en la tristeza, en el sufrimiento y con un gran dolor en el corazón no encontraba una solución.

Pero en ese momento Jesús le decía:

hijo, es momento de volver a sonreír

Es momento de dejar las cargas atrás, déjame llevarlas por ti. No tienes porque cargar con tu culpa, ya hice lo necesario para que puedas regresar.

Es momento de que sonrías pues he visto tu corazón y perdonado tu pecado. Ya no existe cosa alguna que pueda separarnos

Ten animo, todo está bien ahora,

¿Podemos mirar las lagrimas del hombre justificado delante de Dios?

Es un regalo tan grande que las lagrimas son el reflejo del corazón

La culpa de nuestras acciones sobrecarga nuestro corazón pero al escuchar a Jesús decir “te perdono”, nuestro corazón es desgarrado completamente dejando salir toda esa culpa para despues ser llenado de su amor.

Duele saber que hemos fallado pero el dolor se anestesiado por el tierno abrazo de Jesús que poco a poco, sana el alma.

Que hermoso saber que Jesús puede mirar nuestro interior y hablar lo que necesitamos escuchar.

Muchas veces lo que nos impide acercarnos a Jesús no es nuestra vida espiritual rota, no es nuestra falta de tiempo, es la culpa con la que cargamos.

LLevamos sobre nuestros hombros un pesada carga que nos impide caminar, no podemos movernos, estamos incapacitados para ir a Jesús y las acusaciones son severas.

C. Una solución tan sencilla que no podemos aceptarla

Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. (Mateo 9:3)

Es tan sencillo que no podemos aceptarlo y nuestra consciencia nos culpa haciéndonos creer que hemos caído lo suficientemente profundo que la mano de Jesús no puede alcanzarnos o que la hipocresía es nuestro verdadero caso.

Inmediatamente las acusaciones aparecieron aquella habitación

¿Cual fue el verdadero motivo para que los escribas cuestionaran la veracidad de la declaración de Jesús?

Muchas veces creemos que debemos hacer algo para expiar nuestros pecados que una solución tan sencilla es impensable.

Solemos creer que Jesús puede hacer cualquier cosa, excepto perdonarnos, no puede ser tan fácil

Necesito expiar, necesito hacer algo, no creo que solo la palabra de Jesús sea suficiente y nos hundimos en una ola de pensamientos al conocer una verdad tan perturbadora

Perturba nuestra mente, nuestra individualidad pero, de esto se trata

Que esto no puedes hacerlo tu, solo Jesús puede realizarlo mientras tu miras asombrado como aquello en lo que tu fracasaste el con una simple palabra lo convierte en una realidad

Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? (Mateo 9:4-5)

Jesús observa el corazón de los escribas que no pueden creer lo que Jesús está diciendo porque les parece descabellado

¿Por que pensáis mal?

No te equivoques pensando que no puede ser así, porque así es

¿Por qué es mas fácil creer que Dios sane a un niño con cáncer en comparación a que pueda salvar al pobre hombre que lucha con el vicio del alcohol?

¿Por qué es mas fácil creer que Dios puede ayudarte en tu crisis financiera que creer que cuando él te perdona jamás recuerda tu pecado?

Cuando Jesús perdona, olvida, ¿quien eres tu para acusar?

Cuando Jesús te perdona, olvida, ¿quién puede acusarte?

Jesús puede hacer cualquier cosa, incluso perdonarte y no se cansará de hacerlo, ¿ por qué? Por que odia que el pecado te separe de él.

CONCLUSIÓN

Es momento de creer

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. (Mateo 9:6)

¿Qué es lo único que necesitas hoy? Fácil, creer.

Dejemos de cuestionar el poder de Dios y comencemos a creer en un Dios que trasciende mas allá de lo que nosotros imaginamos

Jesús tiene el poder de borrar tu pecado

Si Jesús dice que te perdona, te lo tienes que creer.

¿Qué esperas para dar el salto para regresar a Jesús?

¿Qué esperas para que él pueda quitar el pecado que los separa?

Está mas interesado que tu en hacer que dejes de cargar con tu culpa y que puedas por fin estar en paz con el y vivir una vida llena de felicidad

Hoy cuando Satanás intente acusarte una vez mas de que Dios no puede perdonarte contestas: Si, Dios también puede hacer eso