La liberación de Dios del pecado
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Casa de Adoracion, Alabanza & Fortaleza
La liberación de Dios del pecado
Pastor Azael Carcamo / General / 03/22/2020
Mateo 15.1–20
El evangelio revela el propósito y el poder de Dios para tratar con el pecado y todas sus
consecuencias. Las Escrituras utilizan una serie de imágenes para expresar la amplitud
de la salvación.
Contaminación
La contaminación se ha convertido en un problema importante en el mundo moderno,
y leemos y oímos mucho al respecto. El aire, la tierra, los ríos y lagos, e incluso los
océanos se han contaminado hasta un grado tal que se creía imposible solo una
generación atrás.
La Biblia también tiene mucho que decir acerca de la contaminación, pero esta
contaminación ha plagado a la humanidad desde su comienzo. Es una contaminación
que no se puede ver, oler, saborear o medir. Sin embargo, es más letal que todo
aquello a lo que los ambientalistas se oponen. El Nuevo Testamento utiliza cinco
diferentes verbos, tres sustantivos, y un adjetivo para representar la idea de
contaminación, o profanación, y varias formas de esos términos se usan docenas de
veces. Los cinco usos en el texto actual de la palabra contamina (vv. 11, 18, 20) son
todos formas del verbo koinoō, que significa hacer común, impuro, o contaminado.
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Dios se preocupa por la contaminación en toda su creación, pero en especial por la
corrupción del ser humano, quien está hecho a su imagen, y de manera más especial
por la contaminación de sus propios hijos redimidos. Santiago amonesta a los
cristianos a mantener “la religión pura y sin mácula” (Stg. 1:27), y Pablo advierte
contra las conciencias que son débiles y contaminadas (1 Co. 8:7). Es un asunto muy
serio que los cristianos se contaminen, porque sus cuerpos son templos del Espíritu
Santo (1 Co. 3:16–17). El Señor elogia a la iglesia en Sardis por no haber manchado
o contaminado sus vestiduras (Ap. 3:4), y en el reino celestial eterno no habrá objeto
o persona que estén contaminados (Ap. 14:4; 21:27). Pero aun en nuestra actual vida
terrenal se nos manda crecer en la semejanza de nuestro Señor Jesucristo (Ef. 4:13),
quien es “santo, inocente, sin mancha” (He. 7:26). Al igual que el Hijo de Dios, su
pueblo debe ser limpio, puro, santo, sin mancha, e irreprensible (2 Co. 11:2; Ef. 5:27;
2 P. 3:14).
La eliminación del pecado por parte de Dios
Expiación por el pecado
Isaías 6.7 RVR60
7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada
tu culpa, y limpio tu pecado.
Ver también Éx 32.30; Lv 4.27–31; Pr 16.6; Ro 3.25; He 2.17
El perdón del pecado
Hechos de los Apóstoles 13.38 RVR60
38 Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón
de pecados,
Ver también Mi 7.18; 1 Re 8.35–36; 2 Cr 30.18–20; Sal 103.2–3; Is 33.24;
Is 55.7; Jl 3.21; Mt 26.27–28; Lc 24.46–47; Ef 1.7; 1 Jn 1.9
La cancelación de una deuda
Mateo 6.12 RVR60
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.
Ver también Mt 18.21–35; Lc 7.41–50
Una cobertura sobre el pecado
1 Pedro 4.8 RVR60
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Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud
de pecados.
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Hay una relación estrecha entre la “cobertura sobre el pecado” y la “expiación
por el pecado”. Ver también; Sal 32.1; Sal 85.2; Stg 5.20
La eliminación del pecado
Salmo 103.12 RVR60
12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras
rebeliones.
Ver también 2 Sm 12.13; Is 6.6–7; Zac 3.4; Jn 1.29; He 9.28; 1 Jn 3.5
Al no recordar más el pecado
Isaías 43.25 RVR60
25 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré
de tus pecados.
Ver también Sal 25.7; Jr 31.33–34; 2 Co 5.19
La liberación de Dios para el pecador
La salvación de los pecadores
1 Timoteo 1.15 RVR60
15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo
para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Ver también Sal 28.8–9; Mt 1.21; Lc 19.9–10; Jn 3.17; He 7.25
La imagen de sanidad
Lucas 5.31–32 RVR60
31 Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de
médico, sino los enfermos. 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al
arrepentimiento.
Ver también 2 Cr 7.14; Is 53.5; Is 57.18–19; Os 14.4; 1 P 2.24
Una transición de la muerte a la vida
Colosenses 2.13 RVR60
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Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra
carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
13
Ver también Lc 15.22–24; Ef 2.4–5
La recepción de la vida eterna
Romanos 6.23 RVR60
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.
Ver también Jn 3.16; Jn 3.36; Jn 5.24
La imagen de limpieza
Salmo 51.2 RVR60
2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
Ver también Lv 16.30; Ez 36.25; Jn 13.1–11; Hch 22.16; He 10.22; 1 Jn 1.9
La redención por Dios
Salmo 130.8 RVR60
8 Y él redimirá a Israel De todos sus pecados.
Ver también Is 44.22; Tit 2.14; 1 P 1.18–19
La justificación ante Dios
Gálatas 2.16 RVR60
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la
fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie
será justificado.
Ver también Is 53.11; Ro 3.24–26; Ro 4.5; Ro 4.25; Ro 5.16–19; Ro 8.33
La libertad de la condenación
Romanos 8.1 RVR60
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que
no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Ver también Jn 3.18; Jn 8.3–11; Ro 8.34
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La paz con Dios
Romanos 5.1 RVR60
1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo;
Ver también Is 53.5; Lc 2.14; Ef 2.17
La reconciliación con Dios
2 Corintios 5.18 RVR60
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y
nos dio el ministerio de la reconciliación;
Ver también Ro 5.9–11; Col 1.19–20
La santificación hacia Dios
Hebreos 10.10 RVR60
10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo
hecha una vez para siempre.
Ver también 1 Co 6.11; Ef 5.25–26; Col 1.22
La libertad del pecado y de la naturaleza pecaminosa
1 Pedro 2.24 RVR60
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida
fuisteis sanados.
Ver también Ro 7.24; Ro 6.1–18; Ro 8.1–9; Gl 5.24
Página . Exportado de Software Bíblico Logos, 13:08 22 de marzo de 2020.
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