La naturaleza de la Misericordia de Dios
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Casa de Adoración, Alabanza & Fortaleza
La naturaleza de la Misericordia de Dios
Pastor Azael Carcamo / General
Miqueas 7.18
Un aspecto central del carácter de Dios, expresado en su relación de los pactos con
gente inmerecedora.
Dios es misericordioso
Daniel 9.9 RVR60
9 De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos
hemos rebelado,
Ver también 2 Sm 24.14; Neh 9.31; Sal 5.7; Sal 25.6; Jr 3.12; Lc 1.78; 1 Ti 1.2;
Stg 5.11; 1 P 1.3; 2 Jn 3; Jud 2
Perdón sin rencor.
El pastor evangélico alemán, Martín Niemoeller, fue encarcelado por el gobierno de
Hitler durante 8 años, a consecuencia de su lucha contra la política hitleriana. En los
primeros tiempos de su reclusión, su idea era huir o que quizá fuera liberado. Pero,
con el tiempo, este hombre empezó a abandonar cualquier clase de rencor y, en
cambio, dio prioridad al perdón.
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Delante de su celda estaba el patíbulo donde ejecutaban a los condenados y, día tras
día, él podía ver cómo hombres y mujeres morían.
Aquellas escenas le hacían reflexionar sobre su propia persona y se hacía preguntas
como éstas:
–¿Qué haré cuando yo me enfrente a esta prueba?
–¿Cuáles serán mis últimas palabras?
–¿Diré «Padre perdónalos», o gritaré: ¡Criminales, asesinos!?
La respuesta le vino de muchos de aquellos que eran ajusticiados; ellos le enseñaron
a perdonar. Al final la lección llegó a cuajar en su alma, recordando que Jesucristo –
que era millones de veces más importante que él– había sabido reaccionar sin rencor
y que gracias a esa actitud, nació en el mundo la realidad y la efectividad del perdón.
La misericordia de Dios es expresada
en su fidelidad a su pacto con su pueblo
Miqueas 7.18–20 RVR60
18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su
heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. 19 El
volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo
profundo del mar todos nuestros pecados. 20 Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham
la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.
Ver también Dt 4.31; Dt 7.9; 1 Re 8.23–24; Neh 1.5; Neh 9.30–31; Sal 143.1; Is
63.9; Lc 1.54–55; Lc 1.69–75
La fidelidad y la misericordia de Dios nunca terminan
Salmo 103.17 RVR60
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los
que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
Ver también Sal 25.6; Sal 106.1; Sal 119.132
La misericordia y la gracia de Dios son vistas en Jesucristo
Juan 1.14 RVR60
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Ver también Ro 3.22–24; Ro 5.15; Ef 1.7; He 4.16; Jud 21
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La misericordia de Dios no está confinada a la nación judía
Romanos 3.29–30 RVR60
29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles?
Ciertamente, también de los gentiles. 30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a
los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.
Ver también Is 49.6; Jon 4.2; Ro 10.12; Ro 11.28–32; Ro 15.8–12; Gl 3.14; Ef
3.6–8; Col 1.27
Dios elige cómo y dónde ejercitar su misericordia
Romanos 9.15–16 RVR60
15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me
compadeceré del que yo me compadezca. 16 Así que no depende del que quiere, ni del
que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
Ver también Éx 33.19; Dt 7.7–8; Sal 33.12; Jn 15.16; 1 Co 1.27–29
Las respuestas de Dios en misericordia a aquellos que lo buscan
Salmo 6.9 RVR60
9 Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración.
Hay muchas apelaciones a la misericordia de Dios en el libro de los Salmos.
Ver también; 1 Re 8.28; 2 Cr 6.19; Job 9.15; Dn 9.18
Si recibes misericordia otorga misericordia
Perdonar es propio de Dios.
«Los españoles perdonamos pero no olvidamos.» Es la inscripción que
aparece al pie del cuadro del fusilamiento, por parte de los franceses, de
los amotinados el 2 de mayo de 1808–1814, tan magistralmente pintado
por Goya.
Aunque parece una contradicción, la verdad es que al ser humano no le
es fácil olvidar. El pasado queda grabado en el subconsciente y no es
posible borrarlo. Cuando un acto se repite, la memoria nos lleva al
archivo de los recuerdos. El único que puede perdonar y olvidar es Dios,
y solo Él puede darnos la facultad que sobrepone el olvido al rencor. No
basta, pues, perdonar –atributo exclusivo de Dios–, hay que olvidar. Lo
más que podemos hacer los seres humanos es «disculpar», esto es «no
culpar».
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Si fuésemos por la calle y un invidente chocara contra nosotros, le
disculparíamos, porque es ciego: esa misma clase de perdón hemos de
aplicar a quien nos ofende. Pero, aun así, necesitaremos la ayuda del
Espíritu de Dios: en nosotros no hay fuerza.
Parábola del deudor que no perdona
Mateo 18.21–35 RVR60
21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi
hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete,
sino aun hasta setenta veces siete. 23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a
un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.24 Y comenzando a hacer cuentas, le
fue presentado uno que le debía diez mil talentos.25 A éste, como no pudo pagar,
ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le
pagase la deuda.26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten
paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 27 El señor de aquel siervo, movido a
misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. 28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno
de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo:
Págame lo que me debes. 29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba
diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 30 Mas él no quiso, sino fue y
le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. 31 Viendo sus consiervos lo que
pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había
pasado. 32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda
te perdoné, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu
consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34 Entonces su señor, enojado, le entregó a
los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.35 Así también mi Padre celestial
hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus
ofensas.
Página . Exportado de Software Bíblico Logos, 11:17 17 de noviembre de 2019.
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