Vida de fe
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· 10 viewsEl camino por el que viajan los creyentes a través de este mundo y hacia la vida venidera. Jesucristo mismo es el camino a la vida.
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La vida vista como caminar con Dios
La vida vista como caminar con Dios
Caminando con Dios
Caminando con Dios
Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: «Yo soy El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”. Sírveme con fidelidad y lleva una vida intachable.
Ver también Gn 5.22; Gn 5.24; Gn 6.9; Gn 48.15; Sal 56.13; Sal 89.15; Mi 4.5; Zac 10.12
Caminando de lo viejo a lo nuevo
Caminando de lo viejo a lo nuevo
Pues estoy a punto de hacer algo nuevo.
¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves?
Haré un camino a través del desierto;
crearé ríos en la tierra árida y baldía.
Ver también Éx 18.8; Is 40.3–5; Mi 2.13
La guía de Dios a través del camino
La guía de Dios a través del camino
El Señor iba delante de ellos, y los guiaba durante el día mediante una columna de nube y les daba luz durante la noche con una columna de fuego. Esto les permitía viajar de día y de noche.
Ver también Éx 23.20; Dt 1.32–33; Dt 8.2; Neh 9.12; Neh 9.19; Sal 25.9; Jr 2.17; Gl 5.25
Los caminos de Dios
Los caminos de Dios
Caminando en el camino de Dios
Caminando en el camino de Dios
Is 35.8; 1 Jn 2.6
Ver también Gn 18.19; Éx 18.20; Dt 10.12–13; Dt 13.5; Dt 28.9; Jos 22.5; Job 23.10–12; Sal 1.1–2; Sal 18.30; 2 Ti 3.10
Dios instruye a los creyentes en su camino
Dios instruye a los creyentes en su camino
Esto dice el Señor,
tu Redentor, el Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios,
que te enseña lo que te conviene
y te guía por las sendas que debes seguir.
Ver también 1 Sm 12.23; 1 Re 8.35–36; Sal 25.8–9; Sal 25.12; Sal 86.11; Sal 119.30; Pr 6.23; Is 2.3; Is 30.20–21
Las características del camino de la vida incluyen santidad, obediencia, confianza, humildad, gozo y paz:
Las características del camino de la vida incluyen santidad, obediencia, confianza, humildad, gozo y paz:
Sal 16.11; Sal 23.2; Pr 8.20; Jr 6.16; Mi 6.8; Gl 5.22–23
Los pecadores se rehusan a seguir el camino de Dios
Los pecadores se rehusan a seguir el camino de Dios
Is 53.6 Var también; Is 56.11; Hch 14.16; 2 P 2.15
Todos los otros caminos terminan en muerte
Todos los otros caminos terminan en muerte
Delante de cada persona hay un camino que parece correcto,
pero termina en muerte.
Ver también Dt 11.28; Dt 31.29; Jue 2.17; 2 Re 21.22; Sal 1.6; Pr 15.10; Pr 16.25
Los que caminan el camino de Dios son bendecidos
Los que caminan el camino de Dios son bendecidos
El camino de los justos es como la primera luz del amanecer,
que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor.
Ver también Dt 5.33; 1 Re 8.23; Pr 11.5; Is 26.7–8; Mt 5.3–12
Jesucristo es el camino a la vida
Jesucristo es el camino a la vida
Jesús le contestó:
—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.
Ver también Jn 8.12; He 12.2
“el Camino” fue una designación temprana del cristianismo, sugestiva del contenido del mensaje de la iglesia que Jesucristo es el camino a la vida:
“el Camino” fue una designación temprana del cristianismo, sugestiva del contenido del mensaje de la iglesia que Jesucristo es el camino a la vida:
Hch 9.2; Hch 19.9; Hch 19.23; Hch 22.4; Hch 24.14; Hch 24.22
La entrada al camino hacia la vida
La entrada al camino hacia la vida
La entrada es restringida
La entrada es restringida
»Sólo puedes entrar en el reino de Dios a través de la puerta angosta. La carretera al infierno es amplia y la puerta es ancha para los muchos que escogen ese camino. Sin embargo, la puerta de acceso a la vida es muy angosta y el camino es difícil, y son sólo unos pocos los que alguna vez lo encuentran.
Ver también Jn 10.9; Jn 14.6
La entrada es por la fe
La entrada es por la fe
Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba. Incluso cuando llegó a la tierra que Dios le había prometido, vivió allí por fe, pues era como un extranjero que vive en carpas de campaña. Lo mismo hicieron Isaac y Jacob, quienes heredaron la misma promesa. Abraham esperaba con confianza una ciudad de cimientos eternos, una ciudad diseñada y construida por Dios.
Ver también Jn 3.15–16; 2 Co 5.7; He 11.6; He 11.13–16