Jesús el Heroe de Apocalipsis

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Introducción

He platicado con algunas personas que me han externado que el libro de Apocalipsis les causa pesadillas. Para algunos quizás les hubiera gustado que la Biblia concluyera con el libro de Judas, habría sido mejor tener 65 libros en lugar de 66!.
Algunas personas me han externado sus irracionales temores sobre el fin del tiempo de gracia, el tiempo de angustia, las últimas siete plagas y el saberse perdidos. Los paraliza el pensamiento de tener un pecado no confesado.
Sus experiencias de temor acerca del dragón de siete cabezas y diez cuernos, la bestia del mar, la bestia de la tierra y la ramera de Babilonia y aunado a esto la incertidumbre, han provocado rechazo y poco deseo para leer el libro de Apocalipsis.
Sin embargo, en el libro de Apocalipsis usted podrá encontrar mensajes de gracia, esperanza, consuelo, ánimo y confianza absoluta. Descubrirá que Apocalipsis nos garantiza que la victoria ya ha sido ganada, y que no tenemos nada que temer mientras estemos con Jesús, nuestro amante Salvador.
Al estudiar el Apocalipsis lo invito a que lo haga buscando encontrar retratos de Jesús, el libro en algún momento lo mostrará como la Fuente de nuestra esperanza, en otro como nuestro Libertador y aún otro como nuestro defensor.
En conjunto, todas las imágenes que encontremos de Jesús en el Apocalipsis transmitirán verdadera paz a nuestras mentes y corazones.
Estoy seguro que para algunos es difícil poder encontrar la imagen de Jesús en este libro, tanto así que si preguntáramos ¿Quién en Jesús para ti? Quizás recurriríamos a otros libros de la Biblia para creer dar una mejor respuesta. El Apocalipsis no sería el primer libro que nos vendría a la mente para contestar la pregunta, quizás para algunos sería el último.

Apocalipsis capítulo 1: 1-7 (Jesús el que nos ama)

Sin embargo, miren que Apocalipsis 1:1 comienza diciéndonos que es la revelación de Jesucristo, el propósito del libro junto con revelarnos el futuro, es revelar a Jesucristo a un mundo que necesita desesperadamente ver al Salvador. Su propósito es darnos esperanza, garantizarnos la victoria y aliviar nuestras atribuladas vidas.
¿Quién es Jesús? Jesús es el General que nos garantiza la victoria. Y la garantía de la victoria fortalece al ejército. Jesús sabe que enfrentamos una batalla terrible, y que las que enfrentaremos hacia el futuro serán aún peores, sin embargo, no quiere que sus hijos tengan temor. Nos garantiza que no hay razón para temer, porque él ya conoce el resultado final de la batalla, ¡Jesús triunfará!
Apocalipsis 1: 4-7 nos muestra la salutación de apertura de Juan.
Primeramente se presentan dos dones: la gracia y la paz. La gracia es el don inmerecido y gratuito de Dios para nuestra salvación. R. C. Charles define la paz como “la restauración de la armonía entre Dios y los seres humanos por medio de Cristo”. Una relación correcta con Dios. Y son los dos dones que necesitamos recordar hoy, la gracia de Cristo que aún no se acaba, esta abierta aún para todos los que deseen venir a Jesús, y la paz que necesitamos para que nuestros corazones atemorizados se llenen de ella.
Recordemos que algunas de las iglesias de Asia que fueron las receptoras de estos mensajes, estaban siendo perseguidas. A ellas se les dijo después de la descripción de Jesús del versículo 5, aún en medio de la persecución que Jesús les ama “al que nos ama”. De acuerdo a la pregunta de, ¿Quién es Jesús? Desde el primer capítulo ya nos inicia diciendo que una imagen de Jesús es de alguien que nos ama. Esta revelación de Jesús fue escrita para que no perdamos la calma. ¡Sabemos que alguien nos ama profundamente! ¡Nuestros pecados han sido perdonados! Nuestra salvación está garantizada. Una verdad poderosa que no debemos olvidar aún en medio de las dificultades que vivimos en estos tiempos.
Jesús es el testigo fiel. Por ello, podemos tener confianza en que todo lo que dice es verdadero y exacto.
El versículo 5 también les recuerda a los que están pasando por momentos de angustia, a los que están pasando por el martirio, así como hoy a los que están pasando por valle de sombra y de muerte, que Jesús ya ha ganado la victoria sobre la muerte. No tienen nada que temer de la tumba y la muerte. Jesús como el primogénito de los muertos, aunque muriéramos un día nos levantará para irnos con él a vivir por la eternidad.
También el verso 5 nos presenta a Jesús como el soberano, el que gobierna a los reyes de la tierra, aunque tu seas de los que creas que el gobierno está dirigiendo todo esto, quiero decirte que no tenemos nada que temer de los gobernantes de este mundo. Jesús es el verdadero poder detrás de todos los poderes de este mundo y estos no pueden hacer nada sin que él lo permita.
Inclusive antes de que Juan intentara revelarnos los eventos asombrosos y aterradores que aún debían suceder, procuró sosegar a sus lectores, al recordarles la verdad más importante que el mundo debe conocer: Jesús vendrá otra vez. Es como si Juan dijera a sus lectores: “Ahora bien voy a contarles algunas cosas atemorizantes, pero no se alarmen. Ustedes son hijos especiales de Dios, y él los cuidará. En último término, Jesús ganará la guerra; por eso, no dejen que las batallas los desanimen”.
¡Sólo un Dios de amor podría prometer algo semejante! Nada tiene sentido sin el regreso de Cristo. Sin la Segunda Venida, no hay salvación, ni esperanza, ni futuro. Por el contrario, esta promesa se convierte en la promesa más reconfortante de la Escritura.
Jesús en el primer capítulo del libro ya nos está revelando el final del libro antes de que lo leamos, y lo hace para desterrar nuestros temores. Es como si estuviera diciendo: sé que en el presente las perspectivas te producen mucho temor, pero ya he visto el fin y sé quién vencerá. Yo saldré triunfador y tú también, porque estás de mi lado. ¡Confía en mí! ¡Todo va a estar bien!
Por cuanto sabemos cómo termina la historia, no debemos sentir temor.

(Jesús el que nos da esperanza)

El Apocalipsis nos anima a no rendirnos jamás, a nunca darnos por vencidos. Jesús sabía que habría días cuando sería difícil que siguiéramos adelante, días cuando tendríamos deseos de darnos por vencidos. Sabía que habría momentos de desánimos, pérdida, persecución y dificultades.
Es así que Jesús hizo provisión para estos momentos de desánimo. El Apocalipsis no fue escrito en primer lugar para relatarnos el futuro. Fue escrito para contarnos quién es el que controla el futuro. El valor de una promesa depende de quién la haga, y las nuestras las ha hecho nuestro Dios que no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que arrepienta.

Apocalipsis 15-18 (Jesús nuestro vengador)

Al acercarnos a los días finales de la tierra, nos aguardan tiempos más difíciles de los que estamos viviendo. Apocalipsis 15 al 18 nos describe las siete postreras plagas, se nos habla de la ira de Dios que desciende sobre los que adoran a la trinidad satánica y sobre Babilonia la ramera.
Sin embargo, al leer estos capítulos, no olvide el cuadro general del Apocalipsis: Dios triunfa sobre Satanás y el pueblo de Dios triunfa juntamente con él.
En el versículo 2, Juan ve a los redimidos de pie en el cielo junto al mar de cristal. Esto revela el final de la historia, antes siquiera de que haya sucedido en estos capítulos. Juan utiliza esta técnica para mostrarnos cuán segura es la victoria y, de esta manera, animarnos a luchar las batallas de cada día.
Antes de que las plagas sean derramadas Juan describe a los redimidos como si ya hubieran atravesado por los eventos catastróficos que sucederán antes del regreso de Cristo. Juan nos dice que los que confían en Dios van a poder enfrentar las plagas sin sufrir daño alguno.
Los que son fieles a Jesús llegarán al final de la prueba como triunfadores y entonarán “el cántico de Moisés […] y el cántico del Cordero” (Apoc. 15:3).
Este cántico se centra en Dios, y esta es la esencia de la verdadera adoración. La verdadera adoración siempre le da gloria a él.
El versículo 6 nos dice que los siete ángeles que sostienen las siete plagas están preparándose para derramar la ira de Dios sobre la tierra. Las plagas han sido reservadas para los que hayan elegido rechazar a Dios y desobedecer sus mandamientos. Las plagas son una respuesta a su negativa de arrepentirse.
El versículo 8 nos dice que nadie puede ingresar al templo, mientras las plagas están siendo derramadas. El templo es el lugar del perdón, pero en este momento, el lugar del perdón está cerrado. Aquellos que reciben las plagas han rechazado el llamado de Dios al arrepentimiento.
Para esta altura, la suerte de estas personas ya está sellada. El tiempo de gracia ha terminado.
Esta es la primera vez que vemos la ira de Dios en estado puro, sin estar combinada con su misericordia. Antes sus juicios siempre habían sido diseñados para producir arrepentimiento. Tal fue el caso en las primeras siete plagas (las trompetas del 8:2 - 11: 19). Que van desde la crucifixión hasta la segunda venida.
Ahora ya las últimas plagas no conducirán a nadie al arrepentimiento. Se derraman sobre aquellos que, como el faraón, endurecieron su corazón contra el amor redentor de Dios.
Las primeras cuatro plagas: literales.
En el quinto sello del capítulo 6 se describe a los mártires que están clamando por justicia. Con la frase “¿Hasta cuándo?” desde los días de Abel hasta el momento en el que Dios finalmente juzgará y vengará “la sangre de sus siervos” (19:2). Las siete últimas plagas son la respuesta de Dios al clamor de ellos. No tenemos nada que temer de las plagas, porque ellas no caen sobre el pueblo de Dios.
Primera plaga: Úlcera maligna y pestilente, la segunda y tercera: convierten en sangre todas las fuentes de las aguas, ríos y mares.
Estas primeras tres plagas son similares a las plagas que Dios derramó sobre Egipto a fin de liberar a su pueblo. Estas de Apocalipsis tienen el propósito de liberar al Israel espiritual de la esclavitud del pecado y de este mundo de dolor y sufrimiento, en nuestra travesía hacia el cielo, la tierra prometida definitiva.
Dios derrotó a Egipto por medio de plagas y ahora derrota a la Babilonia espiritual de la misma manera.
Cuarta plaga sobre el sol, quemaba a los hombres con el gran calor.
Nadie se arrepiente como resultado de estas plagas. Su odio contra Dios y su pueblo solo se hace más intenso.
Es por ello que este tiempo que vivimos en la actualidad, este tiempo de covid-19 debe ser un tiempo de arrepentimiento. Un tiempo de acercarse más a Dios. De buscar a Dios. Estos capítulos nos muestran, que en los momentos difíciles el pueblo de Dios se arrepiente y se acerca a Dios, mientras que los impíos no lo hacen.
Las últimas tres plagas: espirituales
Parece obvio que las primeras cuatro plagas son literales. Mientras que las siguientes tres podrían ser tomadas más bien en forma espiritual antes que literal.
Las cuatro primeras plagas afectaron a la población en general, la quinta difiere afectando directamente al “trono de la bestia”, oscuridad espiritual que se debe al rechazo del evangelio.
La sexta plaga, el río Eufrates debe ser entendido en sentido figurado porque representa a las naciones que apoyan a Babilonia. Esto quiere decir que las personas y las naciones le retirarán su apoyo a Babilonia y, en consecuencia, caerá.
Los reyes del oriente del versículo 12 se refieren a Cristo y su ejército de ángeles celestiales.
Los tres espíritus a manera de ranas, son un símbolo de impureza, mentiras y engaños. (Dragón [paganismo y espiritismo], la bestia que sube del mar [el catolicismo romano], y el falso profeta [el protestantismo apóstata].
El versículo 14 deja en claro que la actividad demoníaca se incrementará a medida que nos acerquemos al fin. Estos espíritus reúnen a los ejércitos del mundo para hacer la guerra contra Jesús y su ejército.
Los capítulos 17 y 18 amplifican esta plaga. 17: 1-2 Babilonia es presentada ahí como la Gran Ramera, símbolo del sistema religioso apóstata, y sus alianzas: las naciones, y todos sus poderes políticos, financieros y militares. Es la unión de la iglesia y el estado, que persigue al pueblo de Dios del tiempo del fin. El pueblo que ha permanecido fiel a Dios guardando sus mandamientos.
17:14 dice que unidos todos los poderes del mal “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles”. ¿Quién gana esta batalla? Jesús, y no sólo él la gana sino que también sus fieles seguidores salen victoriosos junto al Cordero.
En el 16:15 Es preciso que recordemos que las siete últimas plagas han sido diseñadas con el propósito de liberarnos y preparar al mundo para el regreso de Jesús. La Segunda Venida pondrá fin a todas las enfermedades, el pecado y el sufrimiento de este mundo.
Estas dos fuerzas, Cristo y sus ejércitos contra las fuerzas satánicas, se enfrentan en un lugar llamado Armagedón. Esta es una batalla más espiritual que física. El resultado será similar al del monte Carmelo pero a escala mundial, en la que Dios triunfará sobre las fuerzas de las tinieblas.
Las siete últimas plagas tienen el propósito de mostrarnos que Dios y los que confían en él finalmente alcanzarán el triunfo.
16:17 Finalmente, cuando llega el tiempo apropiado, la voz del trono de Dios clama: “¡Ya está hecho!”.
Cuando Jesús fue crucificado, clamó: “¡Consumado es!”, anunciando así su victoria sobre Satanás y el pecado. En esta ocasión, la misma voz anuncia: “¡Ya está hecho!”, para declarar el fin de la historia de la tierra y la victoria final de Cristo sobre Satanás.
18:4 “Salid de ella pueblo mío”. El deseo de Dios es que ninguna persona sufra la suerte de Babilonia sino que todos accedan a la Salvación. Es por eso que desde ahora nos ruega que rechacemos la mentira y aceptemos la verdad. Y la verdad es esta: Jesucristo nos ama, murió para salvarnos, va a volver a buscarnos, y cuidará de nosotros para que ningún mal nos afecte, si tan solo confiamos en él.
19: 1, 2, 6 Este es un cántico de victoria plena. Solo los que hayan aceptado a Cristo como su Señor y Salvador podrán entonarlo. Solo los que conozcan el gozo del gran don divino de la gracia podrán participar de él. Pero ninguno que haya recibido este don podrá permanecer en silencio. Todos cantarán y alabarán al que perfeccionó la salvación en sus vidas. Mi elección es estar entre ellos. ¿Y la suya?
Si estos tiempos que serán sumamente difíciles Dios nos dice que no tengamos temor, cuánto más los tiempos que vivimos ahora. El señor está entre nosotros con nosotros, tengamos fe y ánimo.
Dios está vengando la sangre inocente derramada. Sin embargo, no es la sangre derramada lo que provoca la ira de Dios. Dios vengará los intentos de Satanás de destruir a las personas por medio de sus mentiras. Dios detesta las doctrinas falsas. Dios detesta la mentira, y en especial las mentiras que apartan a las personas del camino de la salvación.
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