Sermón sin título (18)

Introducción

Sobre el Bautismo

1. Qué es

2. ¿Cuál es su propósito?

3. Lo que significan las palabras de la institución del bautismo.

4. En qué consiste el uso legal del bautismo.

5. Las formas de discurso que se utilizan con respecto a él.

6. Los sujetos propios del bautismo.

7. De qué bautismo ha tomado el lugar.

8. En qué bautismo y circuncisión concuerdan y difieren

. QUE ES EL BAUTISMO?

La palabra bautismo proviene del griego baptizo , que significa sumergirse, lavarse o rociar con agua. En al iglesia oriental la iglesia acostumbra sumergir a los bautizados, en la oriental por rociamiento, la forma no importa ya que un lavamiento puede hacerse de ambas formas.

El Catecismo define el bautismo como un lavamiento externo con agua instituido por Cristo añadiendo esta promesa, que tan ciertamente soy lavado con su sangre y Espíritu de las inmundicias de mi alma, es a saber, de todos mis pecados, como soy rociado y lavado exteriormente con el agua, con la cual se suelen limpiar las suciedades del cuerpo.

También puede definirse así:

el bautismo es un rito sagrado instituido por Cristo en el Nuevo Testamento, por el cual somos lavados con agua en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, para significar que Dios nos recibe en su favor, a causa de la sangre que su Hijo derramó por nosotros y que somos regenerados por su Espíritu; por otro lado, el bautismo testifica que hemos sido unimos a ejercer fe en Dios y a vivir en obediencia a él.

Es un sacramento del Nuevo Testamento instituido por Cristo, que sella a los fieles, que son bautizados en el nombre de el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, la remisión de todos sus pecados, el don del Espíritu Santo, y que han sido injertados en el cuerpo de Cristo, la iglesia; mientras ellos, por otro lado, confiesan que reciben estas bendiciones, y que deben vivir para él.

Es un lavado con agua designada por el Hijo de Dios, en que se repiten estas palabras: te bautizo en el nombre del Padre, y de el Hijo, y del Espíritu Santo, para declarar que el que es así lavado, ya sea por inmersión o rociamiento; está reconciliado con Dios por fe, y es santificado por el Espíritu Santo para vida eterna.

Las palabras de la institución del bautismo confirma esta definición Mateo 28:19-20 es decir, la señal del bautismo testifica, que somos recibidos por el favor del Padre a causa del Hijo, y que somos santificados por su Espíritu. "El que cree y es bautizado será salvo ". (Marcos 1: 4; 16:16)

El bautismo, por lo tanto, incluye estas tres cosas:

1. La señal, que es agua y la ceremonia que está conectada con ella.

2. Las cosas que se significan, incluyen la remisión de los pecados, la mortificación del viejo hombre, y la nueva vida en Cristo.

3. La ordenanza y la promesa de Cristo, del cual el signo obtiene su autoridad y poder de confirmar.

El bautismo sin la promesa, es un mero signo sin significado.

2. ¿Cuál es su propósito?

El fin principal del bautismo es la confirmación de nuestra fe, o una solemne declaración por la cual Cristo testifica que nos lava con su sangre y espíritu, y nos confiere la remisión de los pecados, y ademas nos da el Espíritu Santo, que nos regenera y nos santifica para siempre.

Es una señal u un sello de la promesa de gracia, es decir, de nuestra justificación y regeneración, y una declaración de la voluntad de Dios, en este sentido, que concede estos dones a aquellos que son bautizados. Dios mismo nos bautiza de la mano del ministro y nos declara sus promesas.

Que el bautismo es una declaración y confirmación de la voluntad de Dios con respecto a nuestra salvación que él promete efectuar.... Por este acto somos entregados a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nos declara propiedad suya. Dios declara por medio de este acto que salvará a los que creen y se bautizan. Marcos 16.16

De esto es evidente por qué el bautismo no se repite; porque es la señal de nuestra recepción en el favor y el pacto de Dios, que permanece siempre seguro y válido en el caso de aquellos que se arrepeienten.

De hecho, esa regeneración no tiene lugar más de una vez en el mismo individuo Nacemos una vez, y renovamos una vez (Juan 6:37) por lo tanto, es suficiente que el bautismo que es el lavado de la regeneración, debe recibirse una vez, especialmente porque que la regeneración y la salvación no dependen en absoluto del bautismo; de lo contrario sería necesario que seamos rebautizados tan a menudo como podamos pecar. Por estas razones aún podemos agregar que el bautismo ha tomado el lugar de la circuncision, que nunca se realizó más de una vez.

Otro fin del bautismo es la declaración de nuestro deber hacia Dios, y la unión de nosotros mismos y la Iglesia a la gratitud, o a la Fe y arrepentimiento.

El bautismo fue designado para ser el signo de nuestra entrada y recepción en la iglesia; porque Dios tendrá a todos los que son miembros de su iglesia para ser admitidos de esta manera, de modo que aquellos que no se bautizan, cuando disfrutan de suficientes oportunidades se excluyen de la iglesia.

Es por esta razón también que la Cena del Señor se da solo a los que son bautizados: porque solo ellos han sido recibidos en la Iglesia. Lo mismo también es establecido por la sustitución del bautismo en el lugar de la circuncisión, que fue el sacramento de la recepción en la Iglesia judía.

El bautismo sirve como una marca por la cual la verdadera iglesia puede ser distinguida de todas las diversas sectas que existen en el mundo. Dios reune a su iglesia por su palabra y el bautismo. Otro fin a ser efectuado por el bautismo es declarar la unidad de la iglesia, y para establecer ese artículo del Credo: creo en la santa Iglesia católica, la comunión de los santos

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Hay en el bautismo un lavado doble: un lavado externo con agua y un lavado interno con la sangre y el espíritu de Cristo. Lo interno está significado y sellado por lo que es externo, y siempre se une con él en el uso adecuado de baptismo. Este lavado interno es nuevamente doble, siendo un lavado con la sangre y el espíritu de Cristo.

Ser lavado con la sangre de Cristo, es recibir el perdón de pecado, o ser justificado por su sangre derramada. A él se lavó con el Espíritu de Cristo, debe ser regenerado por el Espíritu Santo, que consiste en un cambio de inclinaciones malvadas en aquellas que son buenos, que el Espíritu Santo obra en la voluntad y el corazón, para que para producir en nosotros odio al pecado y un deseo de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.

Que este doble lavado del pecado está representado por el sacramento del bautismo, es evidente a partir de estas declaraciones de las Escrituras.

Si Cristo no nos lava, nosotros no tenemos parte en él, y el que no tiene el Espíritu de Cristo no es de él.

Estos beneficios, sin embargo, difieren entre sí.

Justificación, que es por la sangre de Cristo, es completa y perpetua afecta en esta vida por imputación, porque "no hay condenación para los que están en Cristo Jesús ". (Rom. 8: 1)

Regeneración, se efectúa por el Espíritu de Cristo, y consiste en un cambio de nuestra naturaleza malvada; ahora el creyente tiene un deseo sincero de obedecer a Dios en todas las cosas, y siente aflicción por sus defectos y la corrupción remanente.

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