¿DEBEMOS DAR LA CENA DEL SEÑOR ONLINE?

Por: Wilfor Galindo, el 01 de mayo de 2020

Hola mi amado hermano y pastor William, te saludo en el amor del Señor, con un abrazo fraternal. Primeramente quiero dar gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te ha puesto por fiel ministro en Su obra, a través de la iglesia local de Aposento Alto Restauración Familiar; admiró lo que el Señor, por Su gracia, hace en ti cada día por medio de los frutos que yo he podido evidenciar en el ejemplo de amor, conducta, fe, palabra y piedad que eres para mí. Eres de los pocos hombres de Dios, fieles y temerosos, que conozco y que se esfuerzan en la gracia de Dios y el poder de Su Espíritu, para reflejar a Cristo, no sólo en la iglesia, sino en tu matrimonio, con tus hijos, familia, trabajo, amigos y comunidad.

El motivo de esta carta, como el titulo de la misma tiene, es con el fin de que, a la luz de las Sagradas Escrituras, puedas con diligencia y sinceridad considerar mi pregunta: ¿debemos celebrar o dar la Cena del Señor Online?, y leer los argumentos bíblicos que doy como respuesta negativa a la misma. Cabe aclarar hermano, que NO hay en mi corazón interés de generar división con este tema, ni busco vana gloria, Dios me libre de ello, sino con el amor de Dios, hablar desde las Escrituras para que el nombre de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo sea glorificado y honrado.

Sé que hace unas semanas, tocamos el tema con los directores de culto, pero para ser sincero, si bien las respuestas dadas fueron honestas, con un corazón que busca agradar al Señor, mi conciencia no quedo tranquila. Alguien dijo una vez: “¡ir contra la conciencia no es bueno!”, y mas si esa conciencia es inquietada por el Espíritu Santo.

También entiendo que la Cena del Señor, tal vez para alguien podría llegar a ser algo secundario, pero como bien lo sabemos, la solememnidad que implica este mandato de nuestro Señor Jesucristo, amerita las razones que expongo, del por qué, a la luz de la Biblia, considero (y solicitó respetuosamente) que la Cena del Señor no sea dada virtualmente en adelante:

I. ¿Es un tema secundario la Cena del Señor?:

Es posible que alguno de nosotros piense que la Cena del Señor es secundaria, comparado con otros temas trascendentes del Evangelio y la doctrina bíblica. Y aunque en apariencia podría resultar como secundario, es un tema que es muy importante para nosotros, al punto en considerarlo en uno primario, dado su significado para la vida del creyente, el cuál expondré en el otro punto, y que es posible que tu ya conozcas.

II. La Solemnidad y el significado de la Cena del Señor:

La Institución de la Cena del Señor tiene algunos significados muy solemnes:

Es recordar o hacer memoria de lo que nuestro Señor Jesucristo hizo por nosotros (Su iglesia) en la Cruz del Calvario (1 Cor 11.24-25), donde participamos en la sangre y el cuerpo de Cristo con la copa y el pan que partimos y compartimos (1 Cor 10.16-17).

Es la proclamación o anunciación de la muerte del Señor hasta Su regreso o venida, con la maravillosa promesa de que un día comeremos la Gran Cena de las Bodas del Cordero (Ap 19.9) en el reino de Dios Padre (1 Cor 11.25; Mat 26.29b).

Cuando celebramos la cena, estamos también recordando el nuevo pacto en Su sangre, que el Señor Jesucristo estableció para el perdón de nuestros pecados (Mat 26.28).

La participación de la Cena del Señor, que es una sombra de la Gran Cena que un día será celebrada en el reino de Dios (Lc 14.15), es aceptar la invitación que Dios nos hace por medio de Su Hijo, este hecho le da al creyente un mayor grado de gozo, de gratitud, de confianza y de amor por Su Señor.

Es la comunión del cuerpo de Cristo (los santos- Hech 2.42-) reunidos y sentados a Su mesa (1 Cor 11.33, 10.21) con la Cabeza del cuerpo, que es el Señor Jesucristo.

Puede que al llevar a cabo estos significados en la “cena online” en apariencia no vamos a tener ningún problema, pero creo que antes de llegar a dicha conclusión, debemos evaluar otros factores que presento, para mirar realmente la conclusión final, no basada en nuestra subjetiva opinión o buena intención de corazón, sino lo que dice el Señor realmente en Su Palabra.

III. Lo físico y espiritual de la Cena en una Naturaleza Corporativa o Congregacional:

Este es un punto importante a considerar. Quiero que veamos la implicación que tienen estos dos aspectos en la Cena del Señor, los cuales fueron ordenados por Dios. Te hablo como a un hombre sabio, juzga por favor lo que digo. El Señor, por medio del Apóstol Pablo nos enseña y ordena que:

1. La Cena debe ser comprendida en una unidad física e invariable:

En el capítulo 10 y 11 de 1 de Corintios (1 Cor 10-11) Pablo empieza a hablar acerca de la importancia de la Cena en la que los Corintios debían ser corregidos. Del verso 1 al 4 vemos que Pablo usa el ejemplo de Israel para decir que fue bautizado en la nube y en el mar, luego que todos comieron y bebieron del mismo alimento y bebida espiritual. Ya en el versículo 16 (1 Cor 10.16) Pablo por inspiración del Espíritu Santo, dice que hay una sóla copa de bendición que se comparte y que hay un único pan partido y compartido entre los creyentes”. Por tanto, podemos observar que la celebración de la Cena del Señor, refleja una unidad de la copa y una unidad del pan (elementos físicos ordenados por el Señor Jesús en la pascua - Mar 14.22-26). Está unidad física e invariable dada por el Señor Jesús, se transgrede totalmente en una “cena online”, puesto que cada familia en sus casas, toma su propio pan y su propio jugo de uva/vino, cuando vemos que debe ser el mismo vino compartido (así sea en diferentes copas) y el mismo pan partido para compartir entre todos (un sólo pan).

Ahora, sabemos que la celebración de la Cena no se limita meramente a lo físico de sus elementos, sino que dichos elementos contienen las propiedades de la realidad Espiritual en la unión con Cristo mediante la participación de Su sangre y cuerpo por medio de la copa y del pan, donde recordamos simbólicamente por medio de los elementos, su cuerpo molido y su sangre derramada para el perdón de nuestros pecados. Sin embargo, no podemos utilizar el hecho de que nuestra unión compartida con Cristo es una realidad espiritual constituida por el Espíritu inmaterial de Dios, para neutralizar la fisicalidad especificada de la Cena”.

2. La Cena sólo es dada en una Naturaleza Congregacional:

Así que, para poder cumplir la ordenanza especifica de que debemos participar de una misma copa y un mismo pan (1 Cor 10.16-17), esta realidad sólo puede ser dada durante la reunión congregacional de los santos, donde hay una participación compartida en el cuerpo y la sangre de Cristo. La Cena debe ser celebrada, en el acto unido de una iglesia reunida que parte y comparte un único pan y un sólo vino/jugo. Claramente esto, no podría ser obedecido en una “cena online”, ya que como dije, cada persona o familia tomará su propio pan y su propio vino/jugo.

Pablo, en 1 Cor 11.18, 20, 22 hace una distinción entre la iglesia y las casas, porque hace una diferencia “cuando os reunís como iglesia”, y que “si alguno tiene hambre vaya coma a su casa”; el énfasis del apóstol Pablo aquí en estos versículos es que los hermanos que van a celebrar la Cena del Señor deben hacerlo al mismo tiempo y en comunión (koinonea), donde: “cuando os reunís para comer, esperaos unos a otros”. Esta ordenanza en una “cena online” claramente se viola, ya que al estar cada hermano o familia en sus casas, no se está compartiendo todos en comunión física, y no sólo esto, sino que tampoco del único pan y de un sólo vino.

Es posible, que algunos piensen que no debemos darle tanto valor a la forma y elementos físicos de la Cena, principalmente con las razones que acabo de mencionar en este punto, y lo que ellos representan; ya que lo más importante es examinar cómo está mi corazón con el Señor, cómo está mi comunión con Él, mi conducta y transformación constante y cómo me estoy preparando durante la semana para el domingo tomar la Cena. Estas afirmaciones son loables y brotan de un corazón que busca la piedad, y por sí solas estas afirmaciones las comparto y son bíblicas; pero, con todo, estas buenas intenciones no deben pormenorizar las implicaciones ya expuestas en mis dos anteriores puntos, pues Dios nos ordena celebrar la Cena con: un mismo pan y una misma copa en el contexto Congregacional, de compartir físicamente reunidos como un cuerpo y que en dicho acto se encuentre la Cabeza del Cuerpo, el Señor Cristo.

IV. Algunas Implicaciones más a Considerar:

Antes de llegar mi conclusión quiero que consideres algunas implicaciones que tiene celebrar la “cena online”:

1. La Celebración de la Cena del Señor le fue conferida a la Iglesia:

Los mandamientos de Dios y sus aplicaciones, normalmente pueden llegar a afectar cinco esferas de la vida del ser humano: el individuo, la familia, la iglesia, el Estado y la Sociedad. Por lo tanto, como la responsabilidad de la Cena del Señor fue dada sólo a la iglesia, y no al individuo, o la familia o el Estado, una celebración “online” quedaría relegada en la familia o en el individuo, aún estando guiada por un director de culto desde la pantalla. Cuando digo que esta responsabilidad es delegada a la iglesia, hablo que la Cena se debe celebrar en el marco de una reunión congregacional y no en casas en familia o individualmente.

Cuando este principio se viola, vemos claras consecuencias y juicios de Dios en contra. Por ejemplo, cuando el rey Uzías, siendo gobernador de Judá, asignado por Dios en un rol particular, decidió quemar incienso al Señor, Dios trajo lepra hasta el día de su muerte (2 Cron 26.16-21). La labor de quemar incienso al Señor en el templo, sólo le correspondía a los sacerdotes, no a un gobernante. De manera similar, traspasar el mandamiento de la Cena del Señor, que es dado y mandado por Dios en la esfera de la Iglesia, y ponerlo en los hombros de las familias y el individuo con la “cena online”, podría traer una disciplina de parte de Dios a ti y a los directores de culto, con posibles consecuencias serias.

2. ¿Quién debe participar de la Cena?:

Como lo advertimos normalmente al momento de celebrar la Cena, las personas que deben participar deben ser creyentes que han hecho de Cristo, Su Señor y Salvador; incluso hemos mencionado que deben ser personas bautizadas, pues este sacramento representa el comienzo de un compromiso serio en la vida del creyente, que se identifica públicamente con la muerte y resurrección de Cristo. Y finalmente, como lo hemos dicho anteriormente, también debe participar todo creyente que examina su corazón con el Señor para tomarla dignamente.

Teniendo en cuenta que Dios te ha hecho obispo de esta iglesia local para pastorearla (Hech 20.28), una de las funciones principales del obispo es ser un sobreveedor, que vigilia, supervisa, cuida y dirige la grey del Señor. Por lo anterior, al tomar la “cena online”, desde la casa no podrías supervisar/sobreveer que las personas que no se han bautizado no participen, así mismo como alguna persona que aún no ha entregado su vida a Cristo; o en algún caso eventual si llegase a haber algún hermano en disciplina. Al tomar la cena online, estás transfiriendo está responsabilidad al individuo o al líder de la familia, cuando es una responsabilidad dada a la iglesia, por medio de ti y los directores de culto. A demás de que por omisión estaríamos trayendo juicio sobre la vida de estas personas que no estarían discerniendo realmente el significado de la Cena del Señor.

V. Conclusión:

Mi amado hermano en el Señor, por los cuatro motivos expuestos (III.1 y 2; IV. 1 y 2), quiero solicitar consideres el no continuar celebrando la Cena del Señor “online”. Sé que mi solicitud podría parecer un tanto absurda, porque entonces nos preguntamos: ¿si no celebramos la “cena online”, entonces hasta cuándo? Y la respuesta es: “hasta que podamos volver a reunirnos como Congregación”, unidos en un sólo cuerpo como miembros los unos de los otros. Podrían pasar varias semanas y meses, por esta pandemia, pero el hecho de que no podamos celebrar la Cena del Señor nos debe llevar a cada individuo de está iglesia a lamentarnos y afligirnos profundamente por no hacerlo, donde en cada uno haya un deseo y anhelo fervientemente en nuestros corazones y espíritus, de volver a reunirnos pronto para celebrar el culto y la Cena del Señor; pues como tu lo has dicho, es probable que Dios esté usando este virus para disciplinar a Su iglesia, la cual venía llevando una vida de religiosidad y apariencia, con vidas tibias y corazones duros que no dan frutos de arrepentimiento y que no se humillan delante de Dios.

La Cena del Señor debe ser celebrada en le marco del Culto Congregacional, y sabemos que la transmisión en Facebook, no cumple con todos los elementos necesarios de un reunión dominical (esto es alabanza y adoración unidos a una sola voz exaltando al Señor, oración mutua, el sermón o mensaje principal-que es lo único que sí cumple-, la recolecta de las ofrendas, exhortarnos, consolarnos, animarnos de manera física, y expresar el amor con besos y abrazos fraternales); por lo tanto si no es un culto, por qué queremos persistir en celebrar la cena?

Agradezco tu tiempo para leer esta carta, y estaré atento a tu respuesta.

Gracia y paz en Cristo hermano,