Principios Biblicos para la Familia

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Principio #1 Mi familia es propiedad de Dios

Introducción:
Que bien se escucha para la mayoría decir: Mi familia. Pero es mucho mejor decir: Mi familia es Dios.
Este es el primer principio a tomar en cuenta en nuestras familias.:
Mi familia es propiedad de Dios
Cuando hablamos del pueblo de Israel básicamente hablamos de la gran familia de Israel. Dios escogió a Abraham y su familia nuclear, pero también a su familia extendida, su clan para posteriormente formar de los hijos de Jacob las doce tribus, la gran familia, el pueblo que el escogió.
Pero ahora, en Cristo, nos escogió de toda tribu, y nación para ser su pueblo, no engendrados de carne y sangre, ni de voluntad de hombre, sino en Jesucristo nuestro Salvador.
Jeremías 31.1 RVR60
1 En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo.
Cuan significativo es pues para nosotros escuchar estas dos palabras: Mi pueblo, entendiendo que están relacionadas con el hecho de que mi familia es propiedad de Dios.
Que bueno es pensar, que en manera especial nuestra familia, es también parte de ese pueblo que El escogió como heredad para si.
Salmo 33.12 RVR60
12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, El pueblo que él escogió como heredad para sí.
Todas las naciones son suyas, el mundo entero esta bajo su poder, pero es bueno decir, que nuestra familia es su familia porque el la escogió, es su mas valiosa posesión, lo que el hizo por ella es mas que lo que ha hecho por otros, la compro con su sangre, la atrajo hacia el mismo, la hizo conforme a su corazón, la amo como amor eterno, con el amor que las muchas aguas no podrán apagar, y que a través del tiempo no veremos disminuir.
Si tu familia es propiedad de Dios, podrás contestar con seguridad las siguientes preguntas:
¿Puedes por la fe, ver a tu familia como propiedad de Dios?
Como Josue has dicho ya, yo y mi casa serviremos a Jehova
¿Pueden como familia decir: Mi Señor y mi Dios? Entendiendo que es suyo porque por la relación que tienen con Dios pueden llamarle: Padre. Suyo, porque le han consagrado a el sus vidas, por lo cual se deleitan en agradarle a El.
¿Pueden como familia leer la Palabra de Dios y encontrar en ella el camino a la salvación y la sabiduría para vivir?
¿Pueden con humilde fe, descansar en los méritos de la obra de Cristo y confiar en su gracia para perdón y restauración?
Si tu puedes decir que tu familia es familia de Dios, y Cristo es el dueño de hogar entonces puedes esperar maravillosas bendiciones y favores que han sido destinadas para ti y tu familia por el que dijo:
Génesis 12.3 RVR60
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Principio #2 Los hijos honran a su padre y su Madre

Inicio con las palabras con que empezaba uno de sus mensaje el gran reformador del siglo 16, Juan Calvino:
Sermones sobre Efesios Sermón 43 (6:1–4)

No venimos al sermón solo para oír lo que nos era desconocido, sino para ser incitados a hacer nuestro deber, y para ser despertados, cuando seamos vagos y perezosos, por buenas y santas admoniciones, y para ser redargüidos cuando haya alguna rebelión y malicia en nosotros.

El diccionario de lengua española Vox dice que, un principio es un criterio o norma moral que guía la conducta de una persona o una comunidad.
Estamos hablando de los principios que guían la familia y establecen las pautas para su buen funcionamiento.
Nuestro principio #2 es: Los hijos honran a su padre y a su madre.
Este es el quinto mandamiento de la ley dada a Moisés:
Éxodo 20.12 RVR60
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
Es reafirmado por el Señor Jesús:
Mateo 15.4 RVR60
4 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
y aplicado a la conducta del creyente por el apóstol Pablo:
Efesios 6.2–3 RVR60
2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Este mandamiento se repite por lo menos 9 veces a lo largo de la Biblia.
En el contexto bíblico de la lengua hebrea, la palabra honrar, su significado primario es, ser pesado. Honrar es dar peso, dar valor. También podemos decir que significa distinguir, ser de renombre, darle a alguien un estatus alto. En algunos contextos, implica un crecimiento o cambio de estatus financiero.
El «honor» era un término comercial el cual significaba «dar el peso adecuado a». Refleja el concepto del AT de que aquello que era «pesado» era valioso.
¿Porque es importante este principio?

Provee una norma de equilibrio en las relaciones familiares

El quinto mandamiento es el primer mandamiento que establece como debe ser la relación con nuestros semejantes, empezando desde la familia, porque si la familia anda bien, la sociedad lo refleja.
Según el comentarista Mathew Henry, dar honra incluye:
1. Respeto a sus personas, apreciándoles interiormente con una estima que se exprese exteriormente en todo tiempo en nuestra conducta.
2. Obediencia a sus mandatos legítimos; así se expone en Efesios 6:1–3: Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, desde un principio de amor. Aunque llegues a decir: No quiero, arrepiéntete después y obedece (Mt. 21:29).
3. Sumisión a sus reproches, instrucciones y correcciones; no sólo a los buenos y amables, sino también a los difíciles e impertinentes, por conciencia y en el Señor. Esforzándose en todo por servir de alivio y consuelo a sus padres, haciéndoles llevadera la vejez.
Una actitud que honra siempre va establecer un equilibrio adecuado para el ejercicio de la autoridad paternal y maternal, la practica del amor filial y el respeto entre hermanos.
Una actitud que busca honrar a Dios, siempre implicará el reconocimiento de lo importante que son las relaciones familiares basadas en el amor de Dios, el temor a Dios y la confianza en El.

Provee un respaldo al futuro del padre y la madre

El honrar a nuestros padres implica mantenerlos si se encuentran en necesidad, como recalcó especialmente nuestro Salvador al referirse a este mandamiento.
Mateo 15.4–6 RVR60
4 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. 5 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, 6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.
Aquí esta claro que Jesús recordó este mandamiento a los judíos en el contexto de la provisión familiar que los hijos deben dar a sus padres aun sobre sus responsabilidades o aspiraciones personales.
Los hijos debemos tener la capacidad de dar honra a nuestros padres
En la sociedad romana por la ley de la patria potestad, el hijo estaba obligado a la obediencia y el respeto de los padres quienes podían en el nacimiento disponer de la vida de sus hijos e hijas según su capricho.
En la enseñanza cristiana se nos ordena no por la ley del temor, sino por la ley del amor, la gratitud y la esperanza del cumplimiento de una hermosa promesa en nuestras vida. Recuerdalo...
Deuteronomio 5.16 RVR60
16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.

Provee de un seguro de vida para los hijos

Este mandamiento tiene un doble enfoque: divino e interpersonal, lo que demuestra que la fe para Dios era de central importancia para la familia. este es la única ley que tiene un mensaje enteramente positivo y una oferta de recompensa.
Esto no es una profecía, es un dicho o proverbio, cuya valides es demostrada por la experiencia de la vida.
Dios establece de manera práctica las condiciones para la bendición de los hijos en la tierra a través de la aplicación de este principio bíblico.
Los israelitas lo entendian perfectamente, pero la dureza de su corazón idolatra los saco de ese camino de bendición.
Ezequiel 22.7 RVR60
7 Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con violencia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.
Los hijos cristianos deberían también entenderlo y mantener sus corazones sensibles para obedecer el mandamiento que como dice el apóstol PabloÑ Para que te vaya bien y seas de larga vida en la tierra.
Comentario Al Nuevo Testamento PADRES E HIJOS (Efesios 6:1–4) (conclusión)

Benjamin West nos cuenta cómo llegó a ser pintor. Cierto día su madre se marchó dejándole a cargo de su hermanita Sally. Durante la ausencia de su madre descubrió algunos frascos de tintas de colores, y se puso a pintar el retrato de Sally, manchando sin querer de tinta un montón de cosas. Cuando volvió su madre, vio el estropicio pero no dijo nada. Al echar mano al papel vio el dibujo: «¡Oye! —dijo— ¡Es Sally!». Y se inclinó y le dio un beso. Tras aquello Benjamín West solía decir: «El beso de mi madre me hizo un pintor».

No tienes que ser gran observador para darte cuenta de la diferencia que hay entre un hijo o hija que honra a sus padres o no, las experiencias de muchos jóvenes hoy lo revelan.
Dar honor, dar valor a lo que nuestros padres han hecho en nosotros, es darnos valor a nosotros mismos, pues ellos han querido imprimir en nosotros los mejores trazos de la pintura de su vida.
La Palabra de Dios nos da tres razones porque es importante dar honra a nuestros padres para que reflexionemos en nuestra conducta hacia ellos.
¿Quieres tomar en cuenta estas razones y cambiar tu actitud como hijo hacia tus padres?
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