La Conciencia
Mujer en acto de adulterio
Ense~anza de Jesus
1. Cuán diligente predicador era Cristo: «Y de madrugada (lit.) se presentó de nuevo en el templo y … enseñaba» (v. 2). Tres detalles se nos hacen notar aquí acerca de esta enseñanza de Cristo en la presente ocasión: (A) El tiempo: de madrugada. Cuando hay que llevar a cabo una tarea importante, tanto para la gloria de Dios como para el servicio del prójimo, es menester madrugar para sacar el mayor provecho de las horas del día; (B) el lugar: en el templo. No tanto por ser un lugar consagrado, cuanto por ser un lugar concurrido; (C) Su postura: «sentándose, les enseñaba», como quien sienta cátedra con gran autoridad y competencia (comp. con 7:37, donde el contexto exige otra postura).
2. Cuán diligentemente acudía la gente a escucharle: «y todo el pueblo vino a Él» (v. 2). Aunque a los líderes les disgustaba el que la gente viniera a escucharle, ellos (esa «gente maldita»), venían a oír sus enseñanzas; y, aun cuando los líderes estaban furiosos con Jesús, Él no cesaba por eso de enseñar.
Las ense~anzas de Jesús siempre fueron dudadas por los fariseos, tanto asi que decian que Jesus enga~aba a l pueblo con mentiras;
‘Le trajeron una mujer sorprendida en adulterio’ v.6
El caso que le propusieron los escribas y los fariseos (v. 3), «tentándole para tener de qué acusarle» (v. 6):
(A) Le ponen delante al reo: Una mujer sorprendida en adulterio. Los convictos de este crimen habían de ser condenados a muerte de acuerdo con la ley judía. Los escribas y los fariseos la traen a Jesús y la ponen en medio, a la vista de todos y como dejándola enteramente al juicio de Cristo. El hecho de que la lleven a Jesús, y no al Sanedrín, tribunal competente en estos casos, demuestra que la traen únicamente para poner en aprieto al Maestro.
Acusados por su conciencia
Que es la conciencia?
CONCIENCIA El concepto de c. como voz interna, una facultad que permite al ser humano tener cierto discernimiento entre lo bueno y lo malo,
En la Biblia se usa generalmente en el sentido de la conciencia moral, el sentimiento del bien y del mal, el conocimiento íntimo de nuestra condición espiritual (Ro. 2:13–15