!De Gran Estima es la Muerte de un Santo!

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La Biblia de las Américas Salmo 116

15 Estimada a los ojos del SEÑOR

es la muerte de sus santos.

16 ¡Ah, SEÑOR! Ciertamente yo soy tu siervo,

siervo tuyo soy, hijo de tu sierva;

tú desataste mis ataduras.

Reina Valera Revisada (1960) Salmo 116

15Estimada es a los ojos de Jehová

La muerte de sus santos.

16Oh Jehová, ciertamente yo soy tu siervo,

Siervo tuyo soy, hijo de tu sierva;

Tú has roto mis prisiones.

La Biblia de las Américas Salmo 72

14 Rescatará su vidaa de la opresión y de la violencia,

y su sangre será preciosa ante sus ojos.

Reina Valera Revisada (1960) Salmo 72

14De engaño y de violencia redimirá sus almas,

Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.

Su muerte es preciosa (akar); la palabra del texto es “preciosa, de gran estimación es”. Ved cómo es traducida la palabra hebrea en otros textos: 1.- Honrosa (Is. 43: 4) “jakarta”: “tu eras precioso a mi vista, tú has sido honorable”. 2.- “Muy famoso” (1 Samuel 18: 30) “su nombre se hizo muy famoso”. 3.- “Querida (Jeremias 31: 20): “Anfilius (jakkir) “Efraín es mi hijo querido”. 4.- Espléndida, famosa o gloriosa (Job 31: 26) “la luna avanzaba en resplandor (jaker). SAMUEL TORSHELL

Consideremos por un momento éste Valor o Estimación que Nuestro Buen Salvador tiene cuando uno de los suyos muere:

Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos. Porque si es una dicha tan grande el ser aceptable a su vista ¿Qué felicidad no será el ser precioso a su vista? Cuando Dios, en la creación, miró todas sus obras, se dice que vio que todas ellas eran buenas en gran manera; pero no dice que ninguna de ellas fuera preciosa a su vista. ¿Cómo, pues, llega la muerte a ser preciosa a su vista, cuando no lo era ninguna de sus obras, sino que es destructora de sus obras? ¿Es posible que una cosa que destruye a sus criaturas tenga un título de más valor a su vista que las mismas criaturas? ¡Oh alma mía!, éste es uno de los milagros de sus santos, y quizás uno de aquellos que Cristo daba a entender cuando dijo a sus discípulos que ellos harían milagros mayores que los que El había hecho; porque ¿qué mayor milagro que éste, de la muerte, que por si es una cosa vil a la vista de Dios, pero una vez abrazada por sus santos, como si fuera por su solo contacto, pasa a ser preciosa a su vista? El cambiar una cosa de modo que pase a ser vil a preciosa, ¿no es un milagro mayor que el de transformar el agua en vino? de veras lo es; la muerte no daña a sus santos, sino que sus santos dignifican la muerte. La muerte no quita nada de felicidad de sus santos, sino que sus santos añaden lustre a la vileza de la muerte. Si hay gloria preparada para los que mueren en el Señor, mucho más serán glorificados los que mueren por el Señor. SIR RICHARD BAKER
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos. No morirán prematuramente; no verán la muerte hasta que hayan terminado su obra; y cuando llegue su tiempo para morir, entonces sus muertes serán preciosas. El Señor vela sobre sus lechos de muerte, alisa su almohada, sostiene su corazón y recibe sus almas. Los que son redimidos por la preciosa sangre, son tan queridos de Dios que incluso su muerte es preciosa para El. El lecho de muerte de los santos es muy precioso para la Iglesia; la Iglesia aprende mucho de ellos. Son tan preciosos para todos los creyentes, que éstos se deleitan en atesorar las últimas palabras de los que parten. Pero son más preciosos aún para el mismo Señor Jehová, que ve con sagrado deleite la muerte triunfante de aquellos de los que tiene misericordia. Si hemos andado con Él en la tierra de los vivientes, no tenemos porqué temer el morir delante de El cuando se acerque la hora de nuestra partida. C.H.S.
¡Cuánto ha progresado la causa de la religión por la muerte paciente de Ignacio, Policarpo, Latimar, Ridley, Huss y Jerónimo de Praga y toda la hueste de mártires! ¡Cuánto debe el mundo y la causa de la religión a estas escenas que ocurrieron en los lechos de muerte de Baxter, Thomas Scott, Halyburton y Payson!. ¡Qué argumento para la verdad de la religión, qué ilustración para su poder sostenedor, qué fuente de consuelo para los que están a punto de morir, el reflexionar que la religión no deja al creyente cuando éste necesita más su apoyo y consolación; que puede sostenernos en la prueba más severa de nuestra condición aquí; que puede iluminar lo que nos parece el más oscuro, triste y repulsivo de todos los lugares: “el valle de sombra de muerte”. ALBERT BARNES.
La muerte ha visitado muchas veces a tu casa, como ha hecho ahora la mía, y en realidad ha hecho estragos en nuestro bienestar. Sin embargo, seremos vengados de este enemigo, este rey de los terrores. No puedo por menos, a veces, de acercarle el puño a la cara y rugir en mi agonía y angustia: “Tu serás absorbidas en victoria!” Hay, incluso ahora, también, esta consolación: “Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?” JOHN JAMESON
Los angolanos despreciaban tanto a sus esclavos que a veces trocaban veinte y más de ellos por un perro de caza… Pero Cristo prefiere el alma de uno de sus siervos a todo el mundo, puesto que murió para que tuvieran más capacidad para entrar en la felicidad eterna.
Por haber roto un vaso, un romano echó a su esclavo en el estanque para que lo devoraran las morenas (anguilas). Pero el Hijo de Dios descendió del cielo a la tierra, para liberar a la Humanidad -sus siervos infieles, ingratos y viles- de los colmillos de la serpiente, y salvarlos como a Jonás de la ballena. ¿No es su sangre preciosa a su vista? THOMAS LE BLANC
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