ESTUDIO COLOSENSES - En quién creemos
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ESTUDIO COLOSENSES - En quién creemos.
ESTUDIO COLOSENSES - En quién creemos.
CRISTO:
CRISTO:
La imagen de Dios.
La imagen de Dios.
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
En estos versículos, Pablo, presenta primero a Cristo como Señor del Universo:
«La imagen (gr. eikón, semejanza como se halla en una estatua de la persona) del Dios invisible» (v. 15a). Aunque esta expresión no alcanza la profundidad que tiene en Hebreos;
Strong - χαρακτήρ (charaktēr): representación exacta, reproducción idéntica, representación fiel… la esencia.
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
Lo que acá quiere Pablo poner de relieve es que en Cristo es donde únicamente se puede contemplar al Invisible.
A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.
Justamente la tarea del Diablo es cegarnos para que no veamos a Dios en Cristo.
en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Lo único que nos puede sostener es ver a Cristo.
Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
EL CREADOR.
EL CREADOR.
El título “primogénito de toda creación” no significa que Cristo sea parte de la creación, el primer ser que Dios creó.
El pensamiento de Pablo es precisamente lo contrario: su propósito es mostrar que Cristo no es uno de los muchos intermediarios que se supone Dios ha creado y puesto entre sí mismo y el hombre, pues no solamente no fue Cristo creado, sino que Él es el Creador.
Él es antes, después y sobre todas las cosas: esto es, de hecho, lo que significa el título “primogénito de toda creación”. En este caso, “El primogénito” no significa aquel que nació primero, sino aquel que es el único heredero, a quien pertenecen la propiedad y la autoridad de todo.
Cristo no es el primero en el tiempo, sino el primero en autoridad. Él es sobre todas las cosas. Este significado se ve en el salmo 89:
Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra.
Y todo esto lo describe en los siguientes versículos (16-17).
Cristo es el Dueño y Señor del universo, porque Él es su comienzo y su fin, el Alfa y la Omega, su origen y su meta, y todo lo que vincula lo uno con lo otro.
Es Él quien creó “todas las cosas que hay en los cielos”: la inmensa multitud de estrellas, el sol, la luna, las galaxias...
Es Él quien creó “todas las cosas… que hay en la tierra”, en particular la vida en todos sus sentidos y expresiones, la naturaleza, los animales, etc.
Una vez más, es Él quien creó “todas las cosas… visibles e invisibles”: el mundo material y el mundo espiritual.
En relación con esto, Pablo hace inmediatamente una relación de esas cosas invisibles a las que los falsos maestros de Colosas, evidentemente, atribuían gran importancia: “Tronos, dominios, principados, potestades.”
Los judíos habían dividido el Cielo en diferentes zonas, y habían establecido toda una jerarquía de poderes espirituales.
El paganismo asimismo tenía sus sistemas y supersticiones religiosas (2:8–10, 15).
Pablo solamente se refiere a estas controversias para declarar que, aun si estos poderes invisibles tienen alguna realidad, Jesucristo no puede ser puesto al mismo nivel que ellos. Él está por encima de todo.
Él no sólo es el Creador, sino también aquel en quien “todas las cosas subsisten.” Él no dejó solo el mundo después de crearlo; aún está a cargo y lo sustenta.
Aún en medio del caos donde pensamos que él perdió el control, y la gente se pregunta dónde está Dios.
Y aunque la maldad pareciera estar gobernando, o reinando, Cristo sigue teniendo el control.
Éste fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz.
Sin embargo, Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio.
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Él es el propósito final en que concurren todos los poderes del universo y todos los acontecimientos de la Historia. “Todo fue creado… para él.” Es imposible explicar el futuro o el pasado, el fin o el principio del universo o del hombre aparte de Jesucristo.
El fin del mundo es, su regreso, y el establecimiento de un nuevo mundo y una nueva Humanidad.
Sin esta esperanza, no hay sino desesperación, vacío y muerte. Sólo cuando entendemos realmente esto, nuestras vidas llegan a tener significado. El universo es la realización de la gran obra maestra de Dios, que tiene su origen, su enfoque y su cumplimiento en Jesucristo.
LA CABEZA. EL PRIMERO.
LA CABEZA. EL PRIMERO.
y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
“…y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia.”
La iglesia, por naturaleza, no es una organización, no es una institución humana, no es una asociación, tampoco es una empresa. Y aunque está formada por seres humanos no es humana; la iglesia de Cristo es sobrenatural, divina, espiritual y por sobre todo el Cuerpo de Cristo y por lo tanto un “Organismo Vivo”.
Pablo les dice a los Efesios:
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
“…Él que es el principio”
«Él es el principio» (gr. arkhé,) ἀρχή, ῆς, ἡ. Comienzo, principio, origen, fuente, fundamento, cimiento, punto de partida, primera causa, cumbre, autoridad, mando, poder, dominación, soberanía, imperio.
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
Me quedo con primera causa, él que es la “primera causa” de toda la creación, también es «El primogénito de entre los muertos» es una imagen muy expresiva para indicar que fue el primero en salir del sepulcro, que lo retenía como con dolores de parto...
al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
Y mostrar el camino por el cuál vamos a pasar todos los demás que creemos en él, o sea la iglesia.
“...por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud.”
en él habita toda la plenitud de Dios. Más tarde, Pablo escribió:
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
“Plenitud” (plērōma), es una palabra clave en Colosenses... El sustantivo significa “lo que es completo” y se usa con un amplio número de elementos, incluyendo el ser de Dios, el cumplimiento del tiempo y el fin de la gracia en Cristo. Aquí se afirma que esta total y plena deidad, “habita” (katoikēsai, “morar permanentemente”) en Cristo.
“...y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas.”
A través de él, Dios reconcilia consigo todas las cosas. La frase “todas las cosas” que están destinadas a ser reconciliadas. Osea, desde el ser humano, la naturaleza y el mundo espiritual.
Desde los tiempos de la creación se generó un conflicto cósmico, comenzó una guerra espiritual, una batalla por el ser humano.
El final del conflicto fue la victoria y la paz que consiguió Jesús al morir en la cruz.
Esta reconciliación es como decir volver a poner todo en el orden que debía funcionar.
...así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Los cielos y la tierra, o sea, el territorio en el cual ejerce su gobierno el reino de Cristo.
Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Tanto el cielo, como la tierra entraron dentro del conflicto universal del pecado. Toda la creación subsiste en Cristo y por esto, toda la creación es afectada por su propiciación.
Parte de esta “Paz” que viene como resultado de la sangre de Jesús derramada en la cruz. Es lograda a través del juicio y la sentencia universal de todos los seres que se rebelaron contra Dios.
RECONCILIADOR.
RECONCILIADOR.
Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
“...Y también ustedes…!”
Antes, al igual que los gentiles paganos, estábamos lejos, sin esperanza alguna, ni deseo de acercarnos al Padre. Nuestra actitud era hostil, de enemigos. Sin embargo, él demostró su amor para con nosotros mandando a Cristo para que muriera y nos reconciliara.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
No lo merecíamos, pero a pesar nuestro, lo hizo. De manera que por haber confiado en Cristo tenemos esperanza de obtener la vida eterna y de ser considerados irreprensibles.
A pesar de la anterior enajenación, ahora que ha venido Cristo, Dios os ha reconciliado completamente, o restablecido nuevamente en su amistad
“…En su cuerpo de carne.”
La reconciliación de los pecadores con Dios se hace posible por su cuerpo de carne, por medio de la muerte (de Cristo).
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
La tendencia gnóstica de la herejía colosense, con su orientación platónica, negaba tanto la verdadera humanidad como la deidad de Cristo.
Por otro lado, los espíritus no mueren y “sin derramamiento de sangre no se hace remisión”. Para redimir a los seres humanos, Cristo tenía que ser plenamente humano. Por consiguiente, el cuerpo físico genuino y muerte real de Cristo eran necesarios para la salvación del hombre.
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
El propósito era presentaros santos … delante de él. Esto puede significar que el creyente viene a ser judicialmente irreprensible en su posición y espiritualmente perfecto en su condición.
Como Pablo escribió a los efesios:
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
Los cristianos son sin mancha “sin culpa” en Fil. 2:15 [NVI95]; “inmaculados” en Ef. 1:4 [BJ]; “sin tacha” en Ef. 5:27 y Jud. 24 [NVI95]) en Cristo y también son irreprensibles (anenklētous) delante de él. Tiene la connotación de uno que no ha sido acusado o contra el cual no existen denuncias.
Así que, los creyentes quedan libres de toda acusación por los méritos de Cristo. En él, los acusados son exculpados y los condenados quedan libres.
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
Estas tres cualidades logradas por Cristo a través de su muerte en la cruz, o sea “santos, sin mancha e irreprensibles”; no es algo que nosotros logramos, pero sí es algo en lo que nosotros debemos enfocar nuestra vida y trabajar.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
La muerte de Jesucristo es la única base sobre la cual puede descansar nuestra reconciliación con Dios. No hay otro medio posible.
“… si permanecéis.”
Esta reconciliación en Cristo viene con un condicionante, sólo por la fe constante, si … permanecéis … en la fe, les dice Pablo. Fundados, firmes y sin moveros.
Fundados, fijados sobre un cimiento, se refiere al cimiento sobre el cual descansan los creyentes; “firmes”, con una estabilidad permanente a pesar de...
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
La palabras griegas que se traducen sin moveros—“no removidos” por los maestros falsos. de la esperanza del evangelio que habéis oído.
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
El evangelio verdaderamente nos trae buenas noticias.
Pensa en alguien que necesita escuchar este mensaje
Pedile a Dios que te señale una persona con quien hablar de Jesucristo.
Pedile que él abra la puerta y que te dé la oportunidad de compartir estas buenas noticias esta semana.