El engendramiento eterno del hijo

EL ENGENDRAMIENTO ETERNO DEL HIJO

Hay dos formas de engendrar:

1. El engendramiento transeúnte: se engendra un hijo y una vez engendrado ya es independiente de mi, y puedo engendrar otro hijo.

2. El engendramiento inmanente (asociado a Dios y el Hijo): Significa que no termina nunca.

Cuando uno termina de engendrar le comunica todo lo de uno al niño, eso en el engendrar transeúnte, pero en Jesús como engendramiento inmanente, tiene que decir en Juan 17.10 “y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos”.

Porque está siendo engendrado continuamente, no termina, porque si terminase ese engendramiento, Dios podría engendrar otro hijo técnicamente.

Por eso la biblia dice en Hebreos 1.5: “Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy”.

Y este texto tiene un error idiomático, es decir, te he engendrado, es un pasado perfecto y no puede ir acompañado de un, hoy, que es un presente.

La idea idiomática es el engendramiento eterno continuo desde la perspectiva de la trinidad y la unidad consustancial del ser Dios y por consiguiente el hijo sigue estando en el seno del padre.

Por eso dice Juan 1.18 “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”.