Tres Advertencias del Juicio de Dios
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Introducción
Introducción
La memoria es un elemento importante de la experiencia humana.
Nuestras memorias nos ayudar recordar las experiencias del pasado.
Nuestras memorias tienden a fallar con el tiempo.
En cambio, en muchas personas, las memorias de la infancia regresan para confortarnos en la vejez.
Recordar el pasado no es importante solo porque nos da consuelo y permite recordar los buenos tiempos de nuestra vida - sino porque como dijo el filosofo español George Santayana:
“Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”
Cuando no recordamos los errores del pasado, tarde o temprano cometeremos las mismas atrocidades.
Cuando no recordamos como hemos fallado como humanidad, tarde o temprano vamos a cometer los mismos errores contra nuestro prójimo.
Como seres humanos, y sobre todo como cristianos, somos muy olvidadizos.
Es por eso que en varias ocasiones la Biblia contiene la palabra “recordar”. Algunos ejemplos:
Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.
Acordaos de la mujer de Lot.
Las historias del Antiguo Testamento no tienen la intención de entretenernos.
Los acontecimientos del Antiguo Testamento son un testimonio de como:
Dios ha obrado en su pueblo.
Como Dios obrará en su pueblo.
Cada historia de la Biblia nos refleja el carácter de Dios y nos permite conocer mejor a Dios.
Así como nosotros conocemos mejor a nuestros padres al ver lo que les gusta, cómo hablan, cómo tratan a las personas, cómo actuaban en diferentes situaciones; así también nosotros aprendemos acerca de Dios cuando vemos cómo ha obrado en el pasado.
Hoy tenemos la oportunidad de considerar tres historias del Antiguo Testamento que nos exhortan acerca del juicio venidero. Hoy consideraremos:
La necesidad de hablar del juicio venidero
Tres recordatorios del juicio de Dios
Dios juzgará a los que no creen
Nadie escapará del juicio de Dios
El juicio de Dios será eterno
I. La necesidad de hablar del juicio venidero
I. La necesidad de hablar del juicio venidero
Antes de ver estos tres ejemplos notemos que cada uno de ellos menciona el concepto del juicio de Dios:
“después destruyó a los que no creyeron”, v5
“el juicio del gran día”, v6
“sufriendo el castigo del fuego eterno”, v7
Judas da por hecho que sus lectores creían en el juicio de Dios.
El juicio de Dios es un tema que se revela desde las primeras páginas de la Biblia, en Génesis.
El hombre fue expulsado del huerto del Edén por causa de su pecado. El juicio divino vino sobre Adán y Eva al experimentar los efectos del pecado en su separación de Dios y su mortalidad.
El juicio de Dios fue revelado en varias ocasiones en el Antiguo Testamento:
La esposa de Lot que se convirtió en estatua de sal por volver su mirada hacía Sodoma y Gomorra
Las plagas sobre Egipto
La lepra del rey Uzías
Pero, el juicio de Dios también lo vemos revelado en el Nuevo Testamento:
La muerte del rey Herodes, comido por gusanos
La muerte de Ananías y Sáfira por su mentira
Es un concepto equivocado pensar que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios de juicio y de ira mientras que el Dios revelado en el Nuevo Testamento es un Dios de amor.
El mismo Dios del Antiguo Testamento es el Dios del Nuevo Testamento.
El mismo Jesús lleno de amor y bondad, quien dijo “dejad a los niños venir a mi” es el mismo Jesús del Apocalipsis:
Está vestido de un manto empapado en sangre, y Su nombre es: El Verbo (La Palabra) de Dios.
Los ejércitos que están en los cielos, vestidos de lino fino, blanco y limpio, Lo seguían sobre caballos blancos.
De Su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones y las regirá con vara de hierro. El mismo pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso.
Hablamos mucho del amor y misericordia de Dios, y es correcto; pero no debemos olvidar la realidad que se avecina el gran juicio final en que todo ser humano ha de comparecer ante el gran juez.
De hecho, todos los que han muerto han experimentado parte del juicio divino.
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
Pero este no es el juicio final. Hay un juicio que está reservado para el último día en que todos hemos de comparecer ante el gran juez.
Vi un gran trono blanco y a Aquél que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos.
También vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros (rollos) fueron abiertos. Otro libro (rollo) fue abierto, que es el Libro de la Vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros (rollos), según sus obras.
El mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades (la región de los muertos) entregaron a los muertos que estaban en ellos. Y fueron juzgados, cada uno según sus obras.
El pueblo de Dios cree en esta verdad al confesar:
“al tercer día resucitó de entre los muertos; ascendió al cielo, y se sentó a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.”
II. Tres recordatorios del juicio de Dios
II. Tres recordatorios del juicio de Dios
Estos tres ejemplos que veremos nos enseñan como es que Dios ha juzgado en el pasado para que sirvan de amonestación/advertencia para nosotros.
Dios juzgará a los que no creen
Dios juzgará a los que no creen
Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.
Judas nos invita a recordar el Éxodo de Egipto.
Dios libró a todo el pueblo de Israel.
Todos los israelitas salieron junto con Moisés hacía la tierra prometida.
Pero no todos los que salieron de Egipto llegaron sanos y salvos a la tierra prometida.
La Biblia nos enseña que aunque Dios libró a todo su pueblo de la esclavitud, muchos de ellos no creyeron en sus promesas.
En cierta ocasión fueron enviados algunos espías a conocer la tierra.
Dos de ellos, Josué y Caleb, llegaron animados sabiendo que Dios les daría la tierra que les había prometido. Ellos creyeron en las promesas de Dios.
Los demás espías desanimaron al pueblo al hablar de los gigantes que habitaban la tierra. En lugar de confiar en que Dios les daría la victoria, dudaron y temieron.
Cualquiera tendría miedo al entrar a un lugar donde hay gigantes.
Sin embargo, no olvidemos que para este tiempo Dios les había demostrado su poder al enviar las nueve plagas sobre Egipto, al abrir el Mar Rojo, al alimentarlos en el desierto - ¿acaso no los podía librar de los gigantes?
Pero, de los demás, la Biblia nos dice:
En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.
Dios declaró su juicio y declaró que los que dudaron morirían en el desierto y no entrarían a la tierra prometida.
Dios declaró su juicio simple y sencillamente porque no creyeron. Esto nos muestra lo serio que es no creer en lo que Dios ha prometido.
Oremos pues para que nuestros seres creídos crean en el evangelio, porque de otra manera el juicio de Dios se derramará sobre todo el que no cree en lo que Dios ha hablado en su palabra.
Nadie escapará del juicio de Dios
Nadie escapará del juicio de Dios
Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;
El segundo ejemplo nos habla del juicio de Dios sobre los ángeles.
No sabemos exactamente de qué está hablando este pasaje.
Hay dos opciones:
Puede estar hablando de los ángeles que se rebelaron contra Dios al seguir a Lucifer en sus rebelión contra Dios.
Puede estar hablando de los ángeles de Génesis 6 que abandonaron su morada celestial para unirse a ciertas mujeres y concebir hijos.
Realmente no es necesario identificar el pecado de estos ángeles.
Lo importante es entender que a estos seres elevados, hermosos, poderosos, privilegiados, les está reservado el juicio divino.
A pesar de su estado elevado, Dios no perdonará su falta y tiene guardado para ellos el juicio divino.
Han pasado milenios desde que pecaron (sin importarnos lo que haya sido) contra Dios; pero el juicio ha sido declarado y Dios ejecutará su juicio a su tiempo.
Como seres humanos podemos perder de vista la realidad del juicio de Dios porque han pasado unos 10,000 años desde la creación de Adán.
Pensamos que el juicio de Dios es ficción.
Pensamos que tal vez no es cierto eso que anuncian acerca del fin del mundo y del juicio final.
…la realidad es que el hecho que para nosotros parezca que el juicio de Dios se ha tardado no quiere decir que Dios no juzgará a la humanidad.
El juicio de Dios es verdadero y se cumplirá a su debido tiempo.
El juicio de Dios será eterno
El juicio de Dios será eterno
como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.
En este último ejemplo Judas nos invita a ver el juicio que Dios ya derramó sobre Sodoma y Gomorra.
No olvidemos que en estas ciudades abundaba los pecados de inmoralidad sexual.
Dios derramó su juicio al derramar fuego y azufre sobre estas dos ciudades.
En cierto momento se aplacaron las llamas y solo quedaron cenizas.
Pero, el juicio final no tendrá fin.
La Biblia dice que Sodoma y Gomorra, en su destrucción total, son solo un ejemplo menor de lo que será el juicio final que se manifestará en “el castigo del fuego eterno”.
El juicio de Dios arrasará con todo y destruirá lo que tanto ha ofendido su santidad:
Destruirá los gobiernos ateos
Destruirá al aborsionista
Destruirá el narcotráfico
Destruirá al asesino
Destruirá al que adora ídolos
Destruirá al adultero, al mentiroso, y al orgulloso
Será un juicio en el cual la condena será eterna y la llama nunca se apagará.
Conclusión
Conclusión
Cuando vemos estos tres ejemplos y nos damos cuenta que:
Dios juzgará a los que no creen
El juicio de Dios no tardará, sino que algún día será derramado
El juicio de Dios será eterno
Como seres humanos nos encontramos todos culpables ante la presencia de Dios. Es urgente pues entender si hay una esperanza para la humanidad.
Esa esperanza la tenemos en Jesucristo quién recibió sobre la cruz del calvario el castigo por nuestro pecado.
Jesucristo vivió en carne propia el juicio de Dios.
Jesús recibió el juicio de Dios de tal manera que si nosotros creemos en él, confesamos nuestro pecado, y recibimos su perdón, ya no sufriremos la condenación eterna.
Jesús es la única manera de escapar de la ira de Dios.
Es por esto que este mensaje se llama el evangelio/las buenas noticias porque podemos ser libres del juicio eterno al refugiarnos bajo la sangre de Jesucristo derramada en la cruz.