Estudio de Galatas 5
Galatas 5.1
El versículo anterior describe la posición del creyente —es libre—. Este primer versículo se refiere a su práctica —debería vivir como libre—. Aquí tenemos una buena ilustración de la diferencia entre la ley y la gracia. La ley diría: «Si te ganas tu libertad, te harás libre». Pero la gracia dice: «Has sido hecho libre al precio enorme de la muerte de Cristo. En gratitud a Él, deberías mantenerte firme en la libertad con que Cristo te hizo libre». La ley manda pero no capacita. La gracia provee lo que la ley exige, y luego capacita al hombre a vivir una vida consecuente con su posición por el poder del Espíritu Santo, y le recompensa por hacerlo así.
Aun si una persona pudiera guardar toda la ley durante toda su vida, si violara un solo mandamiento durante su último minuto sobre la tierra, perdería la salvación
Es fácil entender por qué Pablo declaró que “todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gá. 3:10). En vista de que la norma de Dios era imposible de alcanzar, esa verdad citada en Deuteronomio 27:26 debió haber compelido a todos los judíos a depender de su gracia y misericordia.