PELIGROS DE NOS CONGREGARSE
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PELIGROS DE NO CONGREGARSE
PELIGROS DE NO CONGREGARSE
42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Estamos en tiempos de Pandemia
Tiempos de estar en nuestras casas
Pero ya no tarda el día en que debemos congregarnos
Y ese día será de bien para nuestras almas
Los beneficios de congregarme
Estamos en el camino de Dios
Seguimos guardando su palabra
A pesar de luchas y tentaciones el Espiritu Santo y la plabra de Dios, nos han han guiado asta hoy
Somo personas diferente que lo que heramos antes
Nuestro Hogar tiene esperanza...
Que recuerdo de los que dejaron de congregarse
Han vuelto al pecado
Siguen su propio camino
Viven su propio evangelio
EL EFECTO NATURAL DEL ESPIRITU SANTO EN EL CREYENTE
43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
RECUERDAN A TOMAS, EL QUE NO CREIA QUE JESUS HABIA RESUCITADO?...
Los demás discípulos tuvieron el privilegio de ver a Jesús resucitado, pero Tomás se perdió ese momento.
Quién sabe dónde andaba.
II.- UNO SE PIERDE LA OCASIÓN PARA DESARROLLAR FE.
Cuando él sacó tiempo para ir con los discípulos, ellos le dijeron con verdad: “Al Señor hemos visto”
25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Pero, la reacción de Tomás fue la siguiente: “Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré”
25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Lo que él estaba diciendo en ese momento es:
NO LO CREO.
Es una total confesión de profunda incredulidad, todo por no haber estado en la reunión donde estaban los demás discípulos cuando Jesús realmente se presentó; pues si hubiese estado, no hubiese tenido incredulidad, sino más fe. Podría estar dando testimonio como los otros diciendo: “Al Señor hemos visto».
MUCHOS INCREDULOS REACCIONAN IGUAL QUE TOMAS
PRIMERO PONEN CONDICIONES...
Pero, además, por causa de su incredulidad, se atrevió a poner condiciones: “Si no viere en sus manos la señal de los clavos”, “Si no […] metiere mi dedo en el lugar de los clavos”, “Si no […] metiere mi mano en su costado…”;
y finalmente, además de sus condiciones, dijo: NO CREERÉ.
SI NO ES COMO YO DIGO… NO CREERE
Mientras tanto, su corazón estará desarrollando incredulidad.
Amados hermanos...
Amados hermanos...
lo que usted no aprende el día que usted no se congregue con los creyentes, será la causa del surgimiento de su incredulidad, porque no lo vio con sus propios ojos, ni entendió cómo es que funciona tal enseñanza o doctrina.
De repente, usted se encontrará diciendo: No es así, no es cierto, yo pienso que es de esta manera, etc…
Ya la incredulidad le estará invadiendo, y para que se quite no será fácil.
Podría acompañarle hasta el resto de su vida.
Y eso es peligroso.
El apóstol a los hebreos exhortó a los cristianos de su tiempo, diciéndoles:
El apóstol a los hebreos exhortó a los cristianos de su tiempo, diciéndoles:
12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
LA INCREDULIDAD ...
LA INCREDULIDAD ...
La incredulidad, aunque sea en su más mínima aparición, aparta de Dios a las personas,
endurece el corazón contra Dios y su verdad,
y arrastra hacia el pecado incluso a los que somos creyentes.
Dios no quiere incrédulos en esta amada iglesia de Dios en la que tenemos el privilegio de reunirnos, sino creyentes que desarrollan más fe.
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El tercer peligro espiritual que conlleva el no congregarse en la casa de Dios, es:
III.- UNO SE PIERDE RECIBIR PALABRAS DE BENDICIÓN.
III.- UNO SE PIERDE RECIBIR PALABRAS DE BENDICIÓN.
En aquella visita de Jesús en la reunión de los discípulos, según lo relata San Juan: “vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros”
19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
¿Saben qué es o por qué se dice esta frase: “Paz a vosotros?” Son palabras que se usan para expresar bendición al oyente.
Tomás se perdió estas importantes palabras de bendición.
Y vean en su Biblia lo que ocurrió en aquella visita extraordinaria de Jesús: “… Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros”
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
Otra bendición, y Tomás no estaba.
Tomás se perdió la bendición en dos oportunidades.
Afortunadamente, la siguiente semana vean lo que ocurrió. San Juan nos relata lo siguiente: “Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros”
25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Ahora, sí estaba Tomás, y pudo recibir la bendición de Jesús.
Tal bendición es importante, no se vaya como hacen algunos antes que termine la oración en la que el pastor pronuncia la bendición.
Tampoco llegue solamente para el final del culto para recibir la bendición, porque todo lo anterior que ocurre en el culto es igualmente de importante, necesario, y edificante.
En esta misión se imparte la bendición de Dios.
No se pierda usted el venir a la Casa de Dios, porque igualmente estará perdiendo la expresión de la bendición, y en consecuencia usted también estará perdiendo el poder que conlleva recibir la bendición en el Nombre de Dios.
Pero te diré lo que sí ocurre cuando dejas de congregarte:
Pero te diré lo que sí ocurre cuando dejas de congregarte:
1. Te acostumbras a hacerlo, es más fácil quedarse en casa que ir a la reunión
2. Con el tiempo pierdes el sentido de “responsabilidad” y lo reemplazas por “merezco descansar”
3. Justificas quedarte en casa con frases como, “Dios conoce mi corazón”, “Él entiende”, “Oraré en mi casa y escucharé una prédica en youtube”; aunque en verdad sabes que no lo harás, lo dices solo para silenciar tu conciencia. Y aunque sí lo hicieras, “jamás youtube reemplazará lo presencial”
4. Cuando dejas de congregarte comienzas a enfriarte, te pones duro de corazón, la indiferencia pronto se apodera de ti, la apatía espiritual ahora es parte de tu vida aunque no te das cuenta, bueno, algunos sí se dan cuenta pero están tan duros que no les importa
5. Cuando has dejado de congregarte por largo tiempo comienzas a criticar a tu iglesia local, AL PASTOR A LOS HERMANOS, la misma que antes elogiabas ahora tiene defectos imperdonables…, y el pastor que antaño admirabas ahora te ha defraudado (las criticas a tu iglesia y pastor salen de tu boca como si nada; pierdes el respeto a la iglesia y los que la lideran)
6. Poco a poco “el mundo” comienza a entrar a tu vida. Palabras groseras salen de tu boca, actitudes pecaminosas surgen en ti, las fiestas, los vicios y los amigos poco sanos comienzan a llamar tu atención
7. Cuando dejas de congregarte un día despiertas y te miras al espejo, sabes que no eres feliz, pero mueves tu cara para negar tu situación y prefieres seguir así, bloqueas a Dios en tu mente,
y te niegas a guardar cualquier principio biblico que te haga regresar al evangelio, ¿por qué? Porque te da vergüenza volver…, son muchos los meses ––o años que han pasado desde la última vez que asististe a la iglesia––. Entonces prefieres mantenerte en tu error, en tu orgullo pero sabes que te hace falta congregarte.
CONCLUSIÓN:
Para concluir, amados hermanos quiero recalcarles que congregarse con otros cristianos tiene sus ventajas, es edificante.
El apóstol que escribió la epístola a los Hebreos, lo explica brevemente de la siguiente manera:
23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.