Viviendo para agradar a Dios
Este mensaje desea despertar el deseo en cada cristiano a vivir de una manera que agrademos a Dios siempre en nuestra vida
Viviendo para agradar a Dios siempre
Vivimos agradando a Dios cuando le entregamos lo mejor de nuestra vida
Fue por la fe que Abel presentó a Dios una ofrenda más aceptable que la que presentó Caín. La ofrenda de Abel demostró que era un hombre justo, y Dios aprobó sus ofrendas. Aunque Abel murió hace mucho tiempo, todavía nos habla por su ejemplo de fe
Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. 3Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya
Vivimos agradando a Dios cuando vivimos caminado en su presencia
23Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. 24Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios
Vivimos agradando a Dios cuando le creemos para alcanzar la salvación
Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 7Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. 8Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová
Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. 18Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo