COMO AMAR A LA IGLESIA AUN CUANDO ES DIFICIL

Vida Cristina  •  Sermon  •  Submitted
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Introducción:
¿Alguna vez has decepcionado de alguien? ¿alguien te ha traicionado? Quizá alguien no te ha tratado bien y has pasado un momento incomodo?
El apóstol Pablo pasó en carne propia todas estas experiencias.
Sufrió ataque de los mismos creyentes (2Co 10:10)
Se sintieron superiores a Pablo por ser judíos (2Co 11:22-23)
Tuvo desacuerdos con otros cristianos (Hch 15:37)
Algunos creyentes se distanciaban de Pablo por su pasado (Hch 9:26)
Otros lo abandonaron (2Tim 4:16)
Pablo sabía perfectamente lo decepcionante que podrían ser los hermanos en Cristo, aun así no dejó de mostrar amor a todos ellos. Pablo amaba a la iglesia de Cristo
entonces ¿como podemos amar más a la iglesia?

I. BUSCA MÁS DE JESÚS

No es posible amar a la iglesia si no buscas a Jesús.
El cristianismo trata de ser más como Jesús.
Pablo era un imitador de Jesucristo (1Co 11:1)
Tenía razones para ya no volver a desear estar con algunos creyentes.
No es posible ser como Jesús sino lo buscamos.
Reproducía lo que Jesucristo hizo con la gente que le rechazaron o se alejaron de Él.
sus paisanos de Nazaret (Mc 6:1-6)
sus hermanos -no creían en él- (Jn 7:5)
los judíos en Jerusalén -lo rechazaron-(Jn 10:31-39)
el pueblo de Israel en general (Jn 1:11)
aquellos que recibieron la promesa de la vida eterna (Mc 10:21-22)
los que eran cercanos a Jesús, como Judas Iscariote o Pedro -se alejaron-.
Pablo aprendió que debía amar a todos a pesar que no siempre recibía amor de tales las personas.
Cuando te acerques a Cristo, tu amor por la iglesia crecerá. Lo verás como él lo ve: un recipiente para su gloria.

II. DESEO DE ESTAR JUNTOS

Pablo siempre tenia el deseo de ver a los hermanos (Rom 1:9-15; 15:23-24).
Sus cartas dirigidas a las iglesia demuestra la comunión que deseaba tener el apóstol con los hermanos (1Tes 2:17; 3:10).
Reunirse es vital para la comunión y edificación de la iglesia (Heb 10:25)
Si aprendemos a dar valor a la comunión con Jesús, sabremos valorar y apreciar la comunión entre hermanos.

III. DAR GRACIAS

Una de las características constantes de las epístolas de Pablo es la acción de gracias por las iglesias.
Da gracias a Dios por el testimonio de la iglesia en Roma (Rom 1:8)
Por la Gracia de Dios y los dones que recibieron los creyentes de Corinto (1Co 1:4-7)
Por sus oraciones (2Co 1:11)
Por el amor que tenía la iglesia en Éfeso y Colosas (Ef 1:15-16; Col 1:3-4).
Por la ayuda y compañerismo en la propagación del evangelio de Cristo (Fil 1:5,7)
Pablo siempre encontró una razón para dar gracias por cada iglesia a pesar de que no eran creyentes perfectos.

IV. DISPUESTOS A PERDONAR

Demos reflejar el carácter perdonador de Jesucristo (Ef 4:32; Col 3:13)
La palabra “misericordiosos” quiere decir de buen corazón. Y eso es lo que hace un creyente con un corazón bueno, perdonar porque tiene a Cristo en su corazón.
si pasamos momentos con Cristo por medio de la oración, la devoción, podremos reflejar a otros el perdón que recibimos del Señor.
Cristo nos dio el poder para ser compasivos, amarnos, ser misericordiosos, amigables y ser de bendición (1Pe 3:8-9)
Es difícil perdonar a las personas que nos hieren, pero no perdonar a alguien nos hace amargados y enojados. Es difícil amar así, a menos que perdonemos.

V. ORAR CON CONSTANCIA

Hacer espacio para orar por la iglesia donde pertenezco (1Tes 5:16-18).
Así como Pablo y el Señor Jesucristo oraban por los creyentes, nosotros no debemos dejar de orar en favor de ellos.
hay a quienes les encanta orar los salmos imprecatorios (salmos que invocan maldiciones contra los enemigos). Pues estos salmos deben ser visto a la luz de las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo “amar a los enemigos”.
Cuando comenzamos a ver a las personas como Dios ve a las personas, comenzamos a tratarlas como Dios las trata.

VI. PACIENCIA

Estamos siendo formados (Fil 1:6).
Es una característica de Dios.
Para con los vasos de ira (Ro 9:22).
Para ofrecer la oportunidad de salvación (2Pe 3:15).
Jesús fue paciente con sus discípulos.
Diccionario de Teología PACIENCIA

La paciencia mantiene a un hombre erguido con su cara al viento. Cambia las duras pruebas en gloria porque capacita al cristiano para ver la meta más allá del dolor. De esta manera, él enfrenta la dilación sin depresión, la opresión sin represalias y el sufrimiento sin ceder. Esta virtud, la ha aprendido de Dios, quien es paciente con él en su debilidad, fracaso y pecado. (Col. 1:11).

CONCLUSIÓN:
La razón por la que debemos amar a la iglesia es porque Jesús la ama y se sacrificó por ella.
Busquemos más de Jesús para así valorar la comunión de los cristianos y estar siempre agradecidos a Dios por su iglesia mostrando un carácter perdonador, orando unos por otros mostrando paciencia.
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