Dios lo encaminó a bien
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Quiero hacer un estudio de palabra en Genesis 50:20.
Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.
INTRO | Satanás busca arruinarnos. Nos procura el mal.
Y sabemos que Dios es lo contrario. Nos procura el bien.
Pero debemos entender que Dios no es alguien que no tiene el control, así como Satanás, que está “buscando” a ver cómo.
Dios lo encaminó a bien. No es que Dios intervino para corregir los errores del hombre, para de esto sacar algo bueno.
El entendimiento correcto de este versículo es que desde un principio, Dios lo pensó para bien. Es decir, Dios no intervino después diciendo, ¿ahora qué haré? No, sino que desde un principio, supo perfectamente bien lo que estaba sucediendo y lo permitió sabiendo que era para el bien.
Vamos a ir a otros pasajes donde se usa la misma palabra, donde siguien las mismas reglas gramaticales, para expandir en su significado y al final regresaremos con algunas conclusiones.
Primero, en Jer. 18:8 podemos obtener un mejor entendimiento de este versículo.
Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles,
Idea: haberlo planeado desde antes. Es decir, que Dios lo había planeado a bien desde un principio. Como lo podemos ver aquí, no es que a Dios se quedó sin idea o de repente quiso intervenir, no, sino que fue planeado con antemano.
Entonces, Dios encaminar a bien no quiere decir todo va a salir bien, sin problemas, sin rasguños. Eso sería resultar bien. Encaminar, por otro lado, es que Dios sabía sobre esto desde un principio y pensó que era bueno para nosotros.
Esto es muy diferente que simplemente decir, todo va a salir bien. Porque lo que Dios espera que salga bien no es la situación en sí, sino nosotros.
Pero esta palabra “encaminar” es una palabra “multiusos.” Es decir, es una palabra con mucho significacdo. Y eso es bueno, porque eso nos ayuda a mejor entender lo que estamos tratando de entender, en este caso: Génesis 50:20.
El siguiente versículo es Is. 53:3
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
“No lo estimamos.” Eso quiere decir, no lo consideramos. Misma palabra, lo opuesto en significado. Estimar es valorar, evaluar, considerar. En contexto, significa que no se valoró. Entonces, trayendo el entendimiento de este versículo y aplicándolo a Gen. 50:20, aprendemos que Dios sí estima o valora lo que estamos viviendo a bien (el función de esta preposición es de finalidad), es decir, Dios valora lo que estamos viviendo para que al final nos vaya bien.
No quiere decir que va a hacer una pausa e intervenir antes que sea el tiempo de Dios.
Y lo que esto debe animarnos es a depener más en Él, sabiendo que Él valora, considera y entiende lo que estamos viviendo.
Ésta palabra también se usa para expresar utilidad.
He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no se ocuparán de la plata, ni codiciarán oro.
Is. 13:17 - En contexto, se está tratando de la invasión de Medo-Persia en contra de los Babilonios. Y con ese evento, los Israelitas regresan a Jerusalén, dando el fin del cautiverio.
Dios describe aquí que los medos no van a ocupar de plata. (Nosotros también usamos esta palabra: “no lo van a ocupar”). Quiere decir, que no lo van a tomar o usar, porque no lo necesitan. Y la palabra que nos interesa es la palabra ocupar. La idea es que no era de su interés, no era algo necesario para ellos.
Con esto, vamos a ampliar un poco más nuestro entendimiento de Gén. 50:20.
“Dios lo encaminó a bien.” Si cambiamos la palabra, podríamos decir, Dios lo ocupó a bien. Es decir, lo que estamos viviendo es del interés de Dios, es algo que Dios lo considera necesario.
Entonces, Dios encamina el camino del hombre para bien. Eso quiere decir que Él ya lo tiene planeado, lo estima como valioso y nos tiene en Su mejor interés.
Esto debe animarnos a que seamos más dependientes de Él y a anticipar en cómo Dios va a obrar en cada uno de nosotros.