Compartiendo mesa con Jesús

La mesa de la gracia (Mateo 9:9-13)

Mateo (Leví) hizo un gran banquete en su casa (Lc. 5:27-30). Estaba tan feliz por haber sido llamado por el Señor para seguirle, que no sólo obedeció al momento dejando su trabajo de cobrador de impuestos, sino que enseguida preparó un gran banquete para celebrarlo. Por supuesto Jesús era el invitado especial, pero también invitó a publicanos y pecadores ,(“otros” según Lucas) . ¡ Había mucha gracia en esta mesa !.a

Jesús estaba allí sentado en compañía de publicanos y pecadores, esto para un judío como Jesús, que afirmaba que no había venido a invalidar la ley sino a cumplirla era algo muy extraño, ya que los judíos eran extremadamente escrupulosos con todo lo que pudiera implicar una contaminación ritual.

Pero había algo muy significativo en aquella escena, a) por un lado las vidas de aquellos publicanos y pecadores eran del interés de Jesús. Para el resto de la gente eran sólo traidores, colaboracionistas del gobierno romano de ocupación en Palestina, y los pecadores como vimos en Lucas eran “otros” gente sin importancia, indignos, repugnantes. Pero para Jesús eran gente a los cuales el quería conocer, escuchar, interesándose por sus vidas y problemas.

b) Por otro lado era una demostración de la gracia de Dios para con todo el mundo. Dios tomó la forma de hombre en Cristo y vino a compartir nuestras miserias codo con codo, como cualquiera de nosotros. Significaba el cumplimiento de lo que los profetas habían anunciado en el AT. ( )

Esa mesa de la gracia debe ser un motivo de agradecimiento cada instante de nuestra vida, porque nos recuerda que el Señor Jesús dejó su morada celestial para venir a salvarnos de nuestra enfermedad mortal como pecadores. También debe ser un modelo para nosotros, sentándonos a la mesa con publicanos y pecadores.

La mesa de la comunión (Mateo 26:17-20)

Esta era una mesa mucho más íntima, sólo Jesús y sus doce discípulos, (ahí vemos otra vez a Mateo, que alegría). En un pequeño aposento celebrando la fiesta judía de la Pascua que recordaba la liberación de la esclavitud en Egipto. Pero sin duda era una mesa con mucho sabor agridulce. Era la noche que Jesús sería entregado por uno de ellos en manos de pecadores , como él mismo les dijo (v.21-25). Era la noche en que Jesús sería abandonado por TODOS, y moriría en una cruz como un malhechor.

Esta mesa fue la mesa de la institución de la Santa Cena que celebramos hoy en memoria de Jesús, la señal del Nuevo Pacto en su Sangre.

Decimos que esta es la mesa de la comunión por que en ella compartimos nuestra unión con Cristo. Recordamos y compartimos el sufrimiento y la vergüenza de la cruz, pero también celebramos su triunfo sobre el pecado y la muerte (v.27-28). Es la mesa de la comunión con Jesús, estamos unidos a Él ¡ Aleluya!

Esta fue la mesa donde el Señor anunció otra mesa y otro día, con otro vino diferente, donde se reuniría con los suyos en el reino del Padre. v:29)

La mesa de los convidados (Mateo 22: 1-14)

Jesús enseñó a través de una parábola sobre esta mesa del banquete de las bodas, la mesa de los convidados (lectura). Donde el rey ¿? hizo una fiesta de bodas a su hijo ¿?, y envió a sus siervos ¿?., a llamar a los convidados ¿?, pero estos no quisieron venir ¿?, volvió a enviar a otros siervos a llamar a los convidados ¿?, unos no hicieron caso y otros afrentaron y mataron a los siervos ¿?, al final el rey envía a sus siervos a buscar por los caminos a todo tipo de gente “malos y buenos” ¿?, los siervos (la iglesia) juntan a todos los convidados hasta que el banquete se llena.

Esta es la mesa de la fiesta y de la celebración, de la alegría y del triunfo del amor entre el novio y su amada, es la mesa de la que Jesús habló a sus discípulos en el aposento. Es la mesa en el reino del Padre.

Esta es la mesa a la que tú y yo estamos invitados, hemos sido invitados por el evangelio, es lo que nos enseña esta parábola de Jesús, “tenemos la invitación” eso está claro. Pero ¿ Quienes estarán allí? , ¿quién se puede permitir semejante lujo y privilegio de ir a las bodas del Hijo del Rey de los cielos y la tierra…? la palabra nos da la respuesta: (v.14) “muchos son los llamados pero pocos los escogidos” ,y si todos son llamados, ¿quienes son los escogidos de los que habla Mateo? . Hay un hombre allí que no está vestido para la ocasión (v.11s)

Conclusión: El hombre que no está vestido de boda representa a cualquier persona que no está revestida de la justicia de Cristo. Todo aquel que no se ha despojado del viejo hombre y revestido del nuevo, todo aquel que habiendo escuchado el evangelio no se ha arrepentido de sus pecados y no ha confiado en la obra de Cristo en la cruz para su salvación. La parábola nos dice cual es el destino de tal persona. (v.13)

Por tanto es obvio quienes son los escogidos y porque lo son.

¿ Y tú, estás vestido para la ocasión?

Introducción: En nuestra cultura la mesa tiene un significado mucho más amplio que la superficie donde se ponen los alimentos y bebidas antes de comer. En una mesa la familia comparte los buenos y los malos momentos de la vida cotidiana, lo mucho o lo poco que hay, los negocios se cierran a menudo en una mesa comiendo. Es en una mesa donde nos reunimos con amigos y con hermanos, donde celebramos la navidad y muchas otras fiestas, donde cerramos un ciclo como un fin de curso o una temporada. ¿Quién no ha conocido el poder de una cena romántica en una relación? o desayuno.

Nos sentamos a la mesa con nuestros seres queridos, pero no con nuestros enemigos. ¿ Recuerdas al emérito rey de España sentado en una cumbre iberoamericana? “¡por qué no te callas!”. Pero las mesas en la Biblia tienen mucho que decirnos pienso yo.