Necesidad primordial
Hechos 911 • Sermon • Submitted
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Ver a través de los ojos de Jesús
Ver a través de los ojos de Jesús
Cada cristiano necesita aprender a mirar a través de los ojos de Jesús.
Jesús no solo abordó la necesidad humana de manera fenomenal sino que, al equipar a sus discípulos, les enseñó cómo se hacía.
Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca.” Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.
Primero: predicar la venida del reino de Dios, esto es, atender la necesidad espiritual.
Segundo: sanar a los enfermos, esto es, atender la necesidad física.
Tercero: limpien a los leprosos, esto es, atender la necesidad del alma.
Jesús nos enseñó a atender la necesidad integral del ser humano, no solo nos interesa su alma (ganar almas).
Necesidad primordial
Necesidad primordial
Entonces llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Procuraron entrar para ponerlo delante de Jesús, pero no pudieron a causa de la multitud. Así que subieron a la azotea y, separando las tejas, lo bajaron en la camilla hasta ponerlo en medio de la gente, frente a Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús dijo: —Amigo, tus pecados quedan perdonados.
Jesús no estaba ciego o era ignorante a la realidad. Jesús sabía que el hombre necesitaba sanidad porque era paralítico, no podía movilizarse por sí mismo.
Tenemos en esta historia una de las lecciones más importantes que debemos aprender para cumplir nuestro propósito: la necesidad del ser humano es, en primera instancia, espiritual.
Si pusiéramos un orden de prioridades para atender las necesidades del ser humano, nada sustituirá la salvación.
El impedimento más grande del hombre que bajaron por el techo no era la parálisis de sus piernas sino la de su espíritu. Tenía una parálisis espiritual antes que una discapacidad física.
Haberlo sanado sin haberlo salvado era dejarlo discapacitado. Sería un hombre que caminaría pero sintiéndose todavía miserable.
Jesús no había venido a la tierra a atender primero la necesidad física sino la espiritual porque la raíz del sufrimiento humano es el pecado.
¿Te has dado cuenta que podemos tener una enfermedad y seguir siendo felices? Podríamos estar atravesando quebranto y aun así mantenernos gozosos.
De la misma manera que podríamos ser ricos e infelices, tener una mansión y carecer de una familia, ser el alma de una fiesta y no tener amigos.
No importa cuál sea la crisis que un ser humano enfrente, si sigue esclavo del pecado no hallará consuelo aunque supere la crisis.
Por eso debemos entender que aunque le digamos palabras motivadoras a una persona, si no atendemos su necesidad espiritual, habremos puesto una curita pero no habremos sanado la herida.
El paradigma del valor
El paradigma del valor
Tenemos que ayudar con la mentalidad correcta, con el corazón sano.
No podemos ayudar a quien no consideramos importante o especial.
Muchas veces no somos movidos a la misericordia cuando el mundo está en crisis porque vemos lo que pasa como un juicio de Dios contra las personas. Así que, como se lo merecen, ¿porqué ayudarles ahora que vienen llorando?
Si pensáramos que cada persona es tan importante para Dios que entregó a su hijo por cada una de ellas, tendríamos el paradigma correcto para ayudarles. De hecho, no podríamos hacer otra cosa.
Como cristianos manifestamos nuestros paradigmas despectivos al usar términos como “perdidos”, “impíos”. Y no es que los términos no se ajusten a su realidad pero antes de esos calificativos podemos pensar en “personas”, “amigos”, “vecinos”, “familiares”.
El lenguaje detrás de las palabras
El lenguaje detrás de las palabras
Tú dirás: muy bien, tengo el paradigma correcto y me moví a ayudar a alguien en necesidad. ¿Cuál es el siguiente paso?
Para el siguiente paso tenemos que aprender a leer detrás de las palabras para reconocer la necesidad real. No se trata de preguntarle a las personas cuál es su religión sino de descubrir su necesidad espiritual.
Lo que las personas dicen que necesitan no siempre es lo que realmente necesitan.
Ejemplos:
“Necesito compañía” muchas veces significa “necesito amor”.
“Todo me sale mal” muchas veces significa “me siento incapaz”.
“No quiero hablar” muchas veces significa “solo quédate conmigo”.
“No creo en Dios” muchas veces significa “tuve malas experiencias”.
Leer detrás de las palabras no es algo que se aprenda fácilmente, hay que vivirlo una y otra vez para mejorar la destreza pero tenemos en la brigada al miembro más experimentado, el cual sí es un experto en ello. Si seguimos sus indicaciones podremos aprender a hacerlo.
El Espíritu Santo es el miembro más experimentado de tu brigada, nunca salgas a atender una emergencia si él no va contigo.
Si deseamos atender la necesidad espiritual tenemos que andar con el experto en temas espirituales.
Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.
El abordaje de lo espiritual exige de nosotros sensibilidad y entendimiento de cuál es nuestro papel. No es nuestra tarea obligar a nadie a creer en Dios y mucho menos condicionar la ayuda.
Ya sea que crean o no, les servimos y mostramos el amor de Dios. No les ayudamos para que se conviertan, les ayudamos para que experimenten el amor de Dios. El resto del trabajo lo hace el Espíritu Santo.
Nuestro papel no es obligarlos a creer sino inspirarlos a conocer.
Cuando planteemos la necesidad espiritual utilizamos nuestra experiencia como una vía para ser sanados integralmente.
Reconoce que enfrentas conflictos al igual que ella, así que la entiendes. La mejor manera de enfrentar conflictos es contando con la ayuda de Dios.
No siempre abordarás la necesidad espiritual al inicio de la conversación pero siempre iniciarás con la necesidad espiritual en mente.
¿Qué otros aspectos de la necesidad podemos abordar en las personas cuando atraviesan una necesidad? ¿Cómo lo abordamos? Ese es tema para el siguiente estudio.
Recuerda que siempre debes tener en mente la necesidad primordial y para ello necesitas la guía del Espíritu Santo en tu vida.