El Dios Que Nos Guarda
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Introducción
Introducción
Cuando vivimos sobre preocupados por una situación, en ocasiones llegamos a perder la noción del tiempo.
En este tiempo de cuarentena, muchos olvidamos que día de la semana estamos viviendo.
Otros se sorprenden al ver que en en una semana y media estaremos ya en Julio.
Lo mismo sucede cuando estamos demasiado ocupados en el trabajo. Tomamos llamadas, juntas, etc., y de repente llega la hora de salida.
Los días pasan, las semanas, y parece que el tiempo corre más rápido cada día.
Como creyentes sabemos que esta vida no es el todo para nosotros.
Como creyentes sabemos que existe una eternidad.
No debemos perder de vista que a cada uno de los creyentes hemos recibido la promesa de la vida eterna.
No debemos olvidar que esta vida es momentánea, temporal, no es permanente.
Esta vida algún día acabará y pasaremos a otra vida - esta es la vida eterna la cual Jesucristo ha asegurado para cada uno de los que han creído en él.
Hoy terminamos nuestra jornada de estudio en la carta de Judas. Llegamos a la parte mas bella donde Judas concluye su carta con una hermosa doxología. Hoy consideraremos:
¿Qué es una doxología?
¿Qué nos promete Dios?
¿Cómo responde el pueblo de Dios?
¿Qué es una doxología?
¿Qué es una doxología?
Cuando estudiamos la oración modelo - conocida como el Padre Nuestro - vimos esta palabra, doxología.
La doxología del padre nuestro es:
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
La palabra doxología viene del griego “doxa” que significa “gloria”
Doxología se refiere a una frase/palabras mediante las cuales damos la gloria a Dios.
De esta manera termina Judas su carta - dando la gloria a Dios.
Aunque esta carta es una advertencia contra el peligro de los falsos maestros, Judas no pierde de vista el deber del creyente de dar la gloria a Dios.
Jesús le dijo a la samaritana:
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
El hombre ha sido creado para darle la gloria a Dios.
El hombre fue creado para demostrar agradecimiento a Dios, para atribuirle a Dios alabanza.
Por eso nos reunimos cada domingo porque sabemos que Dios es digno de alabanza, honor, y adoración.
Existen muchas personas que cantan durante el servicio pero su corazón no está en lo que están cantando.
Cantan pero no sienten la convicción de lo que están diciendo.
En ocasiones cantamos de manera mecánica.
En ocasiones y olvidamos el sentido de las palabras que entonamos.
Judas hoy nos inspira a darle a Dios alabanza y adoración en base a lo que Dios ha prometida a cada uno de sus hijos.
¿Qué nos promete Dios?
¿Qué nos promete Dios?
Judas NO nos anima diciendo:
Alaba a Dios porque te promete salud, fortuna, y fama.
Alaba a Dios porque vas a vivir tu vida sin problemas y sin tribulaciones.
Alaba a Dios porque vas a tener éxito en esta vida.
Judas no nos anima de esa manera porque muy bien sabe que todos los seres humanos en esta vida tendremos tribulaciones.
Unos sufrirán como el patriarca Job.
Job perdió su ganado, sus empleados, sus hijos, y hasta su salud.
El pueblo de Israel vivió bajo la esclavitud Egipcia por 400 años.
Eran el pueblo de Dios y aun así sufrieron los duros trabajos bajo el mando de los Egipcios.
El diácono Esteban, cuya única misión en esta vida era anunciar el evangelio de Jesucristo murió apedreado por los judíos.
El Señor Jesucristo habló acerca de las pruebas y tribulaciones que viviremos en esta vida.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Todos padeceremos.
Todos en algún momento de nuestra vida tendremos dolor.
Todos en algún momento de nuestra vida nos sentiremos dolidos, solos, abandonados, desesperados, etc.
Mientras vivamos en esta vida tendremos aflicción.
¿Entonces, cómo es que podemos adorar a Dios, darle la gloria a Dios sabiendo que vamos a sufrir en esta vida?
La realidad es que lo que nos motiva es saber que esta vida es solo un paso hacía la vida eterna.
La realidad es que hemos recibido la promesa de una eternidad al lado de nuestro Salvador.
Judas nos mira con toda seguridad y dice:
Pueblo de Dios, hay falsos maestros.
Pueblo de Dios, los falsos maestros quieren destruir la obra de Dios.
Pueblo de Dios, muchos habrán de parecer por sus falsas enseñanzas.
Pueblo de Dios, cuídate y no te dejes engañar.
…pero alaba a Dios porque:
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
Alaba a Dios porque te guarda y no vas a caer
Alaba a Dios porque te guarda y no vas a caer
Judas nos ha advertido de los peligros de las falsas enseñanzas pero hemos sido asegurados que Dios nos va a guardar para no caer.
No vamos a resbalar en este mundo.
No vamos a caer de la salvación.
…no por nuestras propias fuerzas sino porque Dios es “poderoso” y nos va a guardar sin caída en este mundo.
Descansamos en que Dios guarda a sus hijos en el hueco de su mano.
Sabemos que llegaremos hasta el final porque Dios es lo suficiente poderoso para guardarnos de toda artimaña y ataque del enemigo.
Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
Alaba a Dios porque Dios te va a presentar delante de él mismo, sin mancha y habrá gran alegría
Alaba a Dios porque Dios te va a presentar delante de él mismo, sin mancha y habrá gran alegría
Hermanos, hemos recibido la promesa de que algún día estaremos cara a cara ante la presencia de Dios.
Se imagina después de estar cortando el pasto, sucios, sudados, con la cara llena de polvo/tierra alguien nos dijera: apúrate que nos invitaron a una boda.
Muchos entraríamos en pánico.
¿Cómo vamos a ir a una boda vestidos como estamos?
¿Qué verguenza vamos a sentir en un lugar para el cual no vamos vestidos de manera apropiada.
De la misma manera como podríamos comparecer delante de Dios sabiendo las fallas que hemos cometido durante el día de hoy.
Entraríamos en el mismo pánico de Adán cuando escuchó a Dios en el huerto.
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
Adán reaccionó con pavor ante la presencia de Dios.
Él y su mujer habían quebrantado la ley divina y ahora sabían que Dios derramaría la justicia divina.
Adán sabía que era digno del castigo de Dios.
Hoy nos encontramos en la casa del Señor pero al analizar nuestras vidas nos damos cuenta de cuantas fallas e imperfecciones hay en nuestra vida:
Rencor
Envidia
Pleitos
Rencillas
Mentira
Odio
Etc.
¿Cómo podríamos comparecer ante la presencia de Dios?
En el Antiguo Testamento nos damos cuenta que no se permitía traer ninguna ofrenda dañada ante la presencia de Dios.
Los animales que eran sacrificados debían ser perfectos.
No debían tener ninguna imperfección.
Por eso el rey David expresa:
Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo?
El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua,
Ni hace mal a su prójimo,
Ni admite reproche alguno contra su vecino.
Si ese es el estándar, nos damos cuenta que todos hemos fallado y jamás podríamos entrar ante la presencia de Dios.
Nos damos cuenta que nuestras fallas nos excluyen de la presencia de Dios.
Sin embargo, Jesucristo murió por nuestros pecados.
Su sangre cubre la multitud de nuestros pecados.
Su sacrificio en la cruz es la clave para que podamos entrar ante la presencia de Dios - sabiendo que por su muerte hemos sido declarados justos.
Por tanto, Dios nos promete que él mismo nos llevará ante su presencia sin “mancha”.
Estaremos ante su presencia sin nada de que avergonzarnos.
Nuestra culpa ha sido borrada.
Nuestros pecados fueron sepultados en lo más profundo de la mar y Dios jamás se acordará de ellos.
¿Y cuál será nuestra reacción?
¡Un profundo gozo!
Un gozo que no se puede explicar.
Una alegría tan profunda porque sabemos que Dios tanto nos amó que dio a su Hijo Jesús para garantizar nuestra salvación.
¿Cómo responde el pueblo de Dios?
¿Cómo responde el pueblo de Dios?
Que hermosas promesas hemos recibido de parte de Dios.
Por tanto, miramos hacía los cielos a aquel que nos guarda sin caída y nos llevará ante su gloria sin mancha - y le rendimos alabanza y adoración.
Reconocemos quien es él
Reconocemos quien es él
al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.
Reconocemos que él es el único y sabio Dios - no hay otro.
Él es el único Dios que existe.
Los demás dioses son dioses falsos, son solo ídolos.
Tienen ojos y no ven.
Tienen oídos y no escuchan.
Él es nuestro Salvador.
Él es quién nos creó.
Él es quién nos formó en el vientre de nuestra madre.
Él es quién nos dio la ley que tanto hemos quebrantado.
…y a pesar de haber quebrantado sus mandamientos - él es nuestro Salvador. Fue Dios, la segunda persona de la Trinidad, quien vino a morir y dar su vida en la cruz del Calvario.
Fue el Dios-hombre quién sufrió los clavos y latigazos.
Fue el Mesías quién, el eterno, el Alfa y la Omega, quién desde la cruz exclamo - tengo sed, y luego antes de morir: consumado es.
Como no hemos de alabar a aquel que no estimo el ser igual a Dios como algo a que aferrarse, sino que se despojo de si misma en un sacrificio tan cruel.
Reconocemos lo que le pertenece a él
Reconocemos lo que le pertenece a él
Mirando pues quien es Dios no nos queda más que reconocer que toda la gloria, la majestad, el imperio y potencia, son de él.
Dios es el único digno de alabanza.
En este lugar no le cantamos al hombre sino solo a Dios.
Todas nuestras alabanzas son para Dios.
En todo lo que nos esforzamos lo hacemos para su gloria y alabanza.
La alabanza a Dios no es algo que hacemos solo los domingos.
La alabanza a Dios no es algo que hacemos solo cuando cantamos.
Nosotros alabamos a Dios mediante nuestra vida, 24x7.
Y la alabanza a Dios continuará por toda la eternidad - ¿porqué? Porque él es digno - el Cordero que fue inmolado es digno de toda la gloria, honra, y honor por siempre y siempre.