Amor y el mundo

Sermon  •  Submitted   •  Presented   •  47:29
1 rating
· 24 views

La Escritura promueve el amor de familia, hogar y la nación y contiene muchos ejemplos de este tipo amor.

Files
Notes
Transcript
Amor y el mundo Pastor Azael Carcamo / General / 06/21/20 Job 1.5 La Escritura promueve el amor de familia, hogar y la nación y contiene muchos ejemplos de este tipo amor. atrevidos papás de la Biblia Jairo: Marcos 5.23 RVR60 23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Jose: Mateo 1.24 RVR60 24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. David: 2º Samuel 12.16 RVR60 16 Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. Josue: Josué 24.15 RVR60 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. Job: Job 1.5 RVR60 5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. Moises: Éxodo 12.21–22 RVR60 21 Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. 22 Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Abraham: Génesis 12.2–3 RVR60 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Noe: Génesis 6.9 RVR60 9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Amor paterno Aspectos del amor paterno Proverbios 13.24 RVR60 24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige. Ver también Dt 6.7; 2 Co 12.14; Col 3.21; 1 Ti 3.4; 2 Ti 3.15; Ef 6.4 Ejemplos del amor materno Gn 21.16 Agar; Éx 2.3 la madre de Moisés; Jue 5.28; 1 Sm 2.19 Ana; 2 Sm 21.10; 1 Re 3.26; 1 Re 17.18 La sunamita: 2 Re 4.20; 2 Re 4.27 Mateo 15.22 RVR60 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. ver. Lc 2.48; Lc 7.12–13 la viuda de Naín; Jn 19.25 Ejemplos del amor paterno Génesis 37.35 RVR60 35 Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. Y lo lloró su padre. Ver: Gn 22.2 Abraham; Gn 31.28; Gn 42.38 David: 2º Samuel 12.16 RVR60 16 Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. 2 Sm 13.39; Mr 5.23 Jairo El amor por los padres Éxodo 20.12 RVR60 12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Ver también Gn 46.29 José; Lv 19.3; Jue 11.36; 1 Sm 22.3 David; 1 Re 19.20 Eliseo; Jr 35.8; Mt 15.4; Lc 2.51; Jn 19.26–27; Ef 6.1; Col 3.20 Otros ejemplos de amor familiar Gn 34.7; Gn 45.14–15 José y sus hermanos; Rt 1.16–17; 2 Sm 13.22 Mardoqueo y Ester: Ester 2.7 RVR60 7 Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya. ver. Est 2.11 El amor por el hogar y la nación Ejemplos del amor por el hogar Nehemías 4.14 RVR60 14 Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. ver. Gn 31.30; Gn 49.29; Gn 50.25; Nm 10.30; Rt 1.6; 2 Sm 10.12; 2 Sm 19.37; 2 Sm 23.15; Exhortaciones que estimulan al patriotismo Salmo 122.6 RVR60 6 Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman. Ver también 2 Sm 1.20; Est 4.8; Jr 51.50; Sal 137.5–6 Ejemplos de patriotismo Nehemías 2.5 RVR60 5 y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. ver: 1 Sm 17.26; 1 Sm 27.8–10; Neh 1.3–4; Est 8.6; Sal 137.1; Jr 51.51; Ro 9.3 Isaías 49.15 RVR60 15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. A Donde no Podian ir los que Subian los Alpes Is. 55:9. Era la mañana de un festival. A una hora temprana los aldeanos se habían congregado en el campo. Sobre ellos las cumbres de los Alpes se elevaban en grandiosa majestad. Los alegres niños estaban jugando en grupos, cuando un fuerte grito llamó la atención de todos. Un águila de la montaña se había precipitado repentinamente y, para horror de los que allí estaban, se elevó con un niño que luchaba por soltarse de sus garras. En medio del terror y confusión, transcurrió algún tiempo sin saberse quién era, y un profundo gemido se escuchó de la multitud cuando se supo que era un hermoso niño —el único consuelo de una viuda. “¡Mi hijo! ¡mi hermoso niño!” exclamaba, mientras se retorcía las manos en agonía, y con los ojos llenos de lágrimas observaba el vuelo del ave poderosa, mientras que el pastor procuraba en vano consolarla. Algunos montañeses instantáneamente se lanzaron hacia los peñascos, y todo ojo los siguió mientras ascendían lentamente. Al fin, al desaparecer el águila más allá del abrupto precipicio, se vio que se detuvieron y todos con excepción de dos abandonaron la tentativa. Al fin, como se elevaban peñasco sobre peñasco, dejaron la lucha desesperada, y un gemido de los espectadores manifestaba que toda esperanza había desaparecido. Con el rostro lívido por la desesperación, la mirada sobre el precipicio, la madre había yacido inmóvil hasta entonces; pero cuando vio que los perseguidores se detenían, con un grito de agonía se lanzó por el ascenso que era casi perpendicular. Arriba, aún hacia arriba, siguió por su peligroso camino, hasta ganar el punto que parecía desafiar ya el avance, y allí los peñascos se elevaban mucho, y amenazadores ante ella; pero donde el esfuerzo fracasó en otros, ella, impulsada por el amor, invocó toda su fuerza, y sin detenerse ante el peligro, sus pies descalzos y tiernos se cogían del liquen, y prosiguió hacia arriba con la admiración y terror de los espectadores. Una y nada más una vez, se detuvo a mirar hacia abajo. A medio camino hacia la cumbre, ¡qué vista tan sorprendente y hermosa contemplaron sus ojos! Allá abajo del valle tortuoso había una densa masa de seres humanos. Ninguno estaba en pie, ni una cabeza cubierta, sino que los señores, jóvenes y niños estaban arrodillados en férvida súplica, a la vez que de la aldea el repique de la campana resonaba en su oído, llamando a los habitantes vecinos a unirse en la oración. Al fin llegó a la cumbre y para su gozo indecible vio a su niño aún con vida en el nido. En ala rápida el águila giraba alrededor en círculo más arriba que ella. Coger al niño, asegurarlo en su seno y atarlo a ella con su chal fue cuestión de un momento. Encomendándose al Padre amoroso, tornó a descender. Temerario había sido el ascenso, pero más temible y peligroso parecía el descenso. Al llegar al lugar dificultoso, con el cerebro aturdido y con el corazón desvanecido, se detuvo, estrechando a su niño a su seno con estremecimiento. En ese momento su oído escuchó el balido débil de una cabra, guiando a sus cabritos por otro lado. Con una gratitud indecible hacia Dios, cruzó para descender por ese camino antes desconocido, y escuchó los gritos distantes de gozo de los aldeanos allá abajo. Pronto estuvieron a su lado fuertes brazos y estaba salva con su hijo. El amor le había llevado a la altura donde los escaladores de los Alpes no habían podido subir. Sin embargo, se nos dice que el amor de Dios va más allá. Página . Exportado de Software Bíblico Logos, 13:11 21 de junio de 2020.
Related Media
See more
Related Sermons
See more