La busqueda de la verdad
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yo soy el camino la verdad y la vida, conocereis la verad y la verdad os hara libres.
yo soy el camino la verdad y la vida, conocereis la verad y la verdad os hara libres.
si hay algo que valoramos como fundamental es la sinceridad. ¿Por qué? Pues sencillamente porque a través de la sinceridad se nos manifiesta la "verdad" del otro, a la que con confianza correspondemos con nuestra sinceridad, con nuestra propia verdad.
La Historia de la Filosofía es algo así como el itinerario de un viaje que tiene un motivo o impulso que es la búsqueda de la verdad. Pero triste y sinsentido es todo viaje que no tiene una meta o destino. Y, en nuestro caso, esa meta o destino es el encuentro de la verdad.
desde lo filosófico es Por tanto, la pregunta que ahora se nos plantea es: ¿Por qué buscar la
verdad?, o, dicho de otro modo, ¿qué sentido tiene la búsqueda de la verdad?:
Ya hemos comentado que el hombre posee un deseo natural o afán de
conocimiento que lleva implícita una exigencia de verdad.
En primer lugar, la búsqueda de la verdad obedece a la necesidad de vivir.
A diferencia del animal, que encuentra innatos en sí mismo los conocimientos
necesarios para realizar su existencia y afirmarla en el mundo, el hombre
básicamente carece de instinto. Por otra parte, el instinto también resultaría
insuficiente para el hombre frente a la enormidad de los problemas con los que
debe enfrentarse. Por todo ello, para afirmarse y conservarse en el mundo, al
hombre le es necesario conocer la naturaleza, buscar su verdad. Y éste es el motivo
que le impulsa a la ciencia y a la técnica, a la instrucción escolar, a la investigación
científica.
En segundo lugar, la búsqueda de la verdad está también motivada por la
necesidad de encontrar el sentido a la existencia. Para vivir humanamente es
necesario saber qué es el hombre y para qué vive; en otras palabras, el hombre
debe conocer "su" verdad: debe conocer el sentido de su origen, existencia y
destino.
Por último, el hombre se siente impulsado a la búsqueda de la verdad no
sólo motivado por una intención científico-técnica que, como hemos dicho,
obedece a la necesidad de vivir y afirmarse en el mundo; o por la exigencia,
llamémosla antropológico-metafísica, de conocer el significado fundamental de la
existencia humana, sino también por una exigencia o necesidad ética que le lleva a
plantearse en qué sentido es preciso obrar y cómo hay que vivir humanamente en
este mundo.
Así, en la búsqueda y hallazgo de la verdad, el hombre no sólo satisface su
natural afán de saber, sino que encuentra el sentido a su propia existencia y la
respuesta a la pregunta de cómo es preciso obrar; es decir, encuentra la respuesta a
cómo hay que vivir humana y, por tanto, libremente.
que es la verdad o como definirla
Según su clásica definición, "la verdad es la adecuación de un juicio con la
realidad". O, dicho de otra manera, decimos que una afirmación o juicio es
verdadero cuando se corresponde con la realidad. Algo es verdadero cuando se da
en la realidad, cuando sucede o se cumple. La definición clásica de “verdad”
coincide con la “verdad gnoseológica” o del entendimiento. A su vez, esta “verdad
gnoseológica” se fundamenta en la que se conoce como “verdad ontológica”, es
decir, la verdad del ente, lo que las cosas son.
Interesa destacar que el hombre no es creador de la verdad, sino
descubridor de la misma. Sin embargo, el relativismo y pragmatismo
contemporáneos, así como la disgregación de los saberes han llevado actualmente
a una situación cultural y social en la que se considera que la verdad es lo útil, lo
que está de moda, lo que piensa la mayoría o, en aras de una mal entendida
tolerancia, lo que a cada uno le parece. No obstante, la verdad no es eso sino que,
por encima de las diferentes opiniones y creencias, existe un conocimiento válido,
una verdad objetiva y universal que no depende del hombre, sino que se
fundamenta en el ser de las cosas, en lo que las cosas son
¿Cómo puede el hombre conocer la verdad? A través de sus sentidos y a
través de su razón. El conocimiento humano tiene dos dimensiones que están
íntimamente relacionadas: la dimensión sensible y la dimensión intelectual que, a
su vez, están constituidas por diferentes fases159.
LA VERDAD ES MUCHO MAS QUE CERTEZA
a. La certeza es el estado de la mente que se adhiere firmemente y sin
ningún temor a un juicio o proposición. La certeza es un concepto que puede
realizarse gradualmente. En cambio, el concepto de "verdad" no admite grados:
una afirmación es correcta o no lo es, en el sentido de que se corresponde con la
realidad o no. Por consiguiente, la certeza no es lo mismo que la verdad, aunque se
trate de nociones estrechamente conectadas: mientras que la verdad es la
conformidad del entendimiento con la realidad, la certeza es un estado de la mente
DESDE LOS EVANGELIOS Y EL ANUNCIO DE JESUS
D. El uso cristiano primitivo de ἀλήθεια.
1. ἀλήθεια es «aquello que tiene certidumbre y fuerza»: a. como norma válida (con una insinuación de lo que es auténtico) en Efesios 4:21; Gálatas 1:6; b. como rectitud judicial (en el caso de ἀληθινός, cf. Ap. 15:3); c. como honradez en Juan 3:21; 2 Juan 4; 1 Corintios 13:6; Efesios 4:24.
2. ἀλήθεια es «aquello con lo cual uno puede contar»: a. como confiabilidad (Ro. 3:3ss; 15:8); b. como sinceridad u honradez (2 Co. 7:14; 11:10; 2 Jn. 1; 3 Jn. 1).
3. ἀλήθεια es «el estado de cosas tal como se revela» (Ro. 1:18, 25; 2:2; 1 Jn. 3:18).
4. ἀλήθεια es «verdad de enunciación», usada con el habla (Lc. 4:25) o con la enseñanza (Mr. 12:14).
5. ἀλήθεια es «verdadera enseñanza o fe» (2 Co. 13:8; 4:2; Gá. 5:7; 1 P. 1:22); así la predicación del evangelio es la palabra de verdad (2 Co. 6:7), hacerse cristiano es llegar al conocimiento de la verdad (1 Ti. 2:4), la revelación cristiana es la verdad (2 Ts. 2:10ss), la iglesia es pilar y fundamento de la verdad (1 Ti. 3:15), y la ἀλήθεια es el cristianismo (2 P. 1:12).
6. ἀλήθεια es «autenticidad», «realidad divina», «revelación», especialmente en Juan, donde esta realidad, como posibilidad de existencia humana, está fuera de nuestro alcance a causa de la caída pero es otorgada a la fe mediante revelación por la palabra (cf. Jn. 8:44; 1 Jn. 1:8; 2:4). Entonces surge la ambigüedad cuando se dice que Jesús dice la verdad, porque esto significa no sólo que lo que él dice es verdadero, sino también que él trae revelación en palabras (Jn. 8:40, 45; 18:37). Como revelación, la ἀλήθεια es conocida (Jn. 8:32; 2 Jn. 1). No se trata simplemente de un conocimiento de un complejo de enunciados, sino de un encuentro con Cristo, quien es la verdad (Jn. 14:6) y quien santifica en verdad (Jn. 17:17, 19). Dios mismo se revela en esto, y el Verbo encarnado es «lleno de gracia y verdad» (Jn. 1:14; cf. v. 17). La adoración en verdad ha de entenderse de modo parecido, e. d. no sólo en un conocimiento puro, sino tal como ha sido determinada por la propia realidad de Dios, en πνεύμα (Espíritu) y por la revelación hecha en Jesús (Jn. 4:23–24). Una vez más, el Paráclito como Espíritu de la verdad asegura la revelación constante en la comunidad (Jn. 14:17; 16:13; cf. 1 Jn. 5:6), y esto llega a su expresión en la doctrina correcta (1 Jn. 2:21) y en un modo de vida correcto (1 Jn. 1:6). De manera que el testimonio de la iglesia se puede equiparar al testimonio de la verdad (3 Jn. 12), y los cristianos han de ser colaboradores en la verdad (3 Jn. 8), amándose unos a otros en la verdad y unidos en la verdad y en el amor (2 Jn. 1ss).
Kittel, G., Friedrich, G., & Bromiley, G. W. (2002). Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento (p. 46). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.