Salmo 42-43

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Introducción

Esta semana leí este encabezado en una de las revistas de nuestro país, “Tres meses después de la llegada de la pandemia, el país enfrenta otra crisis silenciosa: la de salud mental. Uno tras otro, los estudios reportan un aumento de síntomas como depresión, ansiedad, insomnio y abuso de sustancias psicoactivas. No solo por la amenaza del virus, sino por el aislamiento social, la pérdida de la estabilidad económica y la incertidumbre, la inseparable compañera en este tiempo.... Tras 15 días de encierro, un estudio hecho por Profamilia con una muestra de 3.500 colombianos reportó que la nueva vida empeoró esos índices. “Más del 60 por ciento había tenido problemas de ansiedad y sentía que perdía el control de su vida”, dice Juan Carlos Rivillas, director de investigación de la entidad. Incluso los que han logrado adaptarse a las medidas preventivas reportaron problemas de sueño, ansiedad y depresión. De esos, un grupo conformado en su mayoría por mujeres amas de casa menores de 39 años reportaron ansiedad, depresión, ira y desmotivación. “Sufren, pero son las que más cumplen las medidas de la cuarentena”, explica.
La depresión ha aumentado al 30 porciento las citas de los psicólogos en nuestro país. ¿Que de ti? Los cristianos vivimos en este mundo caído y tambien nos deprimimos, en medio de la depresión nos preguntamos ¿porque esta pasando esto? ¿porque si soy un cristiano?, sentimos que Dios nos ha olvidado y que nunca podremos volver a estar bien con Dios, hay un alejamiento de Dios, una apatía por las cosas espirituales, aunque no nos alejamos del todo. Alguien dijo que para los cristianos, la depresión es "la noche oscura del alma".
Los Salmos 42 ,43 tienen mucho que decir sobre la depresión espiritual, lo que la puede causar y como podemos tratarla. Estos dos han sido unos de los salmos mas consultados, Loyd Jones escribió un libro sobre el tema de estos salmos.
La mayoría de nosotros estaremos abatidos en algún momento de nuestras vidas, ustedes se preguntan en medio de la depresión espiritual “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí?” (Salmo 42.5) La idea es que en estos momentos podamos responder con la esperanza del salmista: (Salmo 42.5, 11, 43:5 "¡Aún he de alabarle!" estas palabras significan que mi estado de ánimo deprimido actual, no es el acto final del drama de mi vida.
Estos son los dos primeros salmos del libro 2 del salterio, que va del Salmos 42–72, 18 de estos salmos se le atribuyen a David, uno es de Asaf, otro es de Salomón, 3 no tienen nombre y 8 son de los Hijos de Coré, estos son dos de estos salmos.
Los hijos de Core eran levitas, descendientes de Coat, padre de Coré (1 Crón. 6: 22–48; 9: 17–32; 2 Crón. 20:19). Ellos servían como interpretes de música en el templo del Señor.
Durante los 40 años en los que Israel daba vueltas por el desierto, Coré lideró una rebelión contra Moisés y murió bajo el juicio de Dios junto con los otros líderes y sus familias (Números 16; cf. Judas 11). Los Hijos de Coré por alguna razón se salvaron, y al parecer en agradecimiento a Dios por su misericordia, se dedicaron a producir e interpretar salmos para alabar a Dios en el tabernáculo del desierto y más tarde en el templo en Jerusalén (cf. Núm. 26:11).
Aplicación: Esto nos enseña que pueden haber hijos devotos de padres reprobados, así como padres devotos con hijos reprobados, y que a ningún niño se le debe impedir servir a Dios por los pecados de sus padres.
En varios manuscritos hebreos, los salmos 42-43 se unen como una sola unidad; si notan, en sus biblias el Salmo 43 no tiene un título introductorio; además el estribillo “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” (Salmo 43.5) se repite tres veces en estos dos salmo.(42: 5, 11; 43: 5).
Ambos salmos tratan con la depresión espiritual. Nos ofrece 6 causas de la depresión espiritual y nos da la cura para ella.

1. Las Causas de la depresión Espiritual

Vemos las 6 causas de la depresión que identifica el salmista. Por su puesto podemos agregar muchas más.
1. Ausencia forzosa del templo de Dios, donde Dios fue adorado (42: 1–2). No sabemos quién fue la persona que compuso el salmo. Es uno de los Hijos de Coré. Si sabemos lo que lo estaba molestando.
Estaba lejos de Jerusalén y de su culto en el templo en el Monte Sión, y por lo tanto sintió que estaba separado de Dios. El salmo comienza con una queja ante Dios “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? ” (Salmo 42.1–2 RVR60) Él dice que está escribiendo “.... desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.” (Salmo 42.6, RVR60) Mizar significa "pequeña colina" (o "pequeña montaña") esta era probablemente una montaña pequeña cerca de Hermon. Estaba bastante lejos de Jerusalén, y algunos comentaristas han sugerido que si un cautivo, se dirigía al este en dirección a Babilonia, este es el último punto desde donde podría vislumbrar las montañas de su patria al sur.
Entonces el salmista está lejos de casa y siente que también está lejos de Dios. No es que no crea que Dios está en todas partes, o que Dios no está con él. Él está orando a Dios. Pero el hecho de estar lejos de casa lo ha deprimido y su depresión le ha hecho sentir que Dios está ausente.
Necesitamos recordar que su trabajo como uno de los Hijos de Coré fue cantar en el templo. Entonces, esta ausencia forzosa lo alejo tambien de su trabajo y, por lo tanto, de su sentido de ser útil. Se reflejó en todo su propósito de vivir. Quizás has sentido la fuerza de estar en esta circunstancia por estos días en medio de esta pandemia.
Tal vez has perdido tu trabajo, el emprendimiento que habías hecho se frustro, y te sientes en un tunel sin salida en medio de esta situación.
Cuando entramos a la vejez, algunas personas sienten que sus días útiles han terminado.
2. Las burlas de los incrédulos (Salmo 42:3,10). En esta tierra lejana, el salmista también estaba rodeado de incrédulos que se burlaban de él: "¿Dónde está tu Dios?" Esto debe haberlo lastimado mucho, él repite esto dos veces en el salmo. Para su tiempo casi no existía el ateísmo. Entonces la burla no significaba que Dios no existía, sino que Dios había abandonado al salmista. Significaba: “¿Dónde está tu Dios cuando lo necesitas? ¿Dónde está tu Dios ahora?"
Esa es una causa de depresión profunda. ¿Dónde está Dios en verdad? ¿Dónde está Dios cuando estoy en un país lejano, separado de mi trabajo, burlado por los enemigos? ¿Por qué Dios no parece escuchar mis lamentos? ¿Por qué no interviene para cambiar mis circunstancias?
3. Recuerdo de mejores días (Salmo 42: 4). Hay un uso adecuado de la memoria en momentos en que estamos deprimidos, recordando los actos pasados ​​de Dios como un estímulo para creer que él actuará por nosotros nuevamente. Pero ese no es el primer uso de la memoria que nos encontramos en estos salmos. Lo que encontramos aquí es el recuerdo melancólico del escritor de los buenos días:
Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.” (Salmo 42.4)
La alabanza es algo para nosotros maravilloso. Para muchos cristianos, algunos de sus mejores recuerdos son de adorar con otros creyentes en la iglesia. La ausencia de estos tiempos, así como su recuerdo, pueden contribuir a la depresión.
4. Las pruebas abrumadoras de la vida (Salmo 42: 7). El escritor habla de las pruebas abrumadoras de su vida, refiriéndose a ellas como "olas" que lo han invadido. No sabemos cuáles fueron estas pruebas, aunque podemos imaginar que fueron las circunstancias adversas que lo llevaron lejos de Jerusalén.
Quizás esté sentado junto a un arroyo, observando las cataratas y las corrientes que caen. En otras circunstancias, esta podría ser una experiencia deliciosa, una que probablemente extraiga gracias a Dios por crear tanta belleza. Pero él ve las olas como cataratas de mala fortuna que se le han roto en la cabeza.
5. Dios no está actuando rápidamente para ayudarnos (Salmo 42: 9). No es inusual que una persona deprimida se sienta abandonada por Dios.
6. Ataques de personas impías, engañosas y malvadas (Salmo 43: 1). El segundo de estos dos salmos trae otra causa de depresión. Es ataques de enemigos sin escrúpulos y engañosos. Estas son probablemente las mismas personas que se burlaron del salmista antes, preguntando: "¿Dónde está tu Dios?" Pero en esta sección aprendemos que también lo habían estado atacando injustamente, ya que él reza por la vindicación y una súplica de su causa por parte de Dios.
La mayoría de nosotros también podemos relacionarnos con esto, ya que no es inusual que quienes intentan vivir para Dios sean acusados, atacados y calumniados injustamente. Jesús dijo: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.” (Juan 15.19–20, RVR60). Es una persona inusual que no se deprimirá ocasionalmente por un trato malicioso e hiriente.
¿Y qué hay de esas muchas causas adicionales de depresión que el poeta ni siquiera menciona? Podríamos agregar los enumerados en la Depresión espiritual por D. Martyn Lloyd-Jones:
temperamento (algunas personas están más inclinadas a la depresión que otras)
afecciones físicas (nos puede afectar la salud física adversa),
una reacción negativa después de una gran bendición (un ejemplo es Elijah después de su gran victoria sobre los profetas de Baal en el Monte Carmelo),
los ataques de Satanás (una de sus estrategias es hacer que quitemos nuestros ojos de Dios),
y la simple incredulidad (probablemente la causa más importante de todo).
Quizás tengas algunas cosas que agregar: una gran decepción en la vida, algún fracaso personal, la carga de envejecer. La lista es probablemente interminable.

2. La cura para la depresión espiritual

Después de haber analizado las causas de la depresión espiritual. ¿Cuál es la cura?
El mundo recurre a muchas curas falsas. Algunas personas intentan escapar de las deprimentes realidades de sus vidas a través del divorcio, el entretenimiento excesivo o las vacaciones frecuentes. Algunas pastillas, drogas o alcohol, o compras compulsivas. Estas "curas" son ineficaces. En el mejor de los casos, simplemente levantan nuestros espíritus por un tiempo.
El salmo nos dice cómo la persona piadosa puede vencer a la depresión.
1. Hacerle frente y luchar en medio de ella. El autor del Salmo no cede ante la depresión o la conmiseración, sino que le hace frente y lucha contra ella. Recordándose a sí mismo aquello que sabe y encuentra que "no hay razones para estar abatido, el tiene esperanza".
Hablar con nosotros mismos en lugar de permitir que las circunstancias nos hablen, es la esencia para tratar con sabiduría la depresión espiritual.
Para decirlo de otra manera: La mente debe ser la que le hable a las emociones, el lugar de que las emociones le hablen a la mente. Debes hablar a tu propia alma, predicarte a ti mismo, cuestionarte a ti mismo. Debes decirle a tu alma: “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” (Salmo 42.5, RVR60) Debes reprenderte, condenarte, exhortarte y decirte a ti mismo: Espera en Dios alma mía, en lugar de murmurar de esta manera horrible con depresión y queja por las circunstancias"
Esto es lo que alguien llamo “La lucha entre el espíritu de fe y el espíritu de abatimiento, entre el espíritu y la carne".
2. Retarse a sí mismo a hacer lo que se debe hacer. Debemos desafiarnos a nosotros mismos a hacer lo que nuestra nueva naturaleza sabe que se debe hacer: "Espera en Dios". No puede haber esperanza duradera en nada más, vivimos en medio de un mundo pecaminoso y frustrante. El creyente ha puesto su confianza en Dios y puede hacerlo de nuevo. Es una marca de cordura simple hacer lo que el salmista insta a que se haga.
3. Se recuerda a sí mismo la fe que tiene en el carácter de Dios. "Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. ". Hermanos, Dios no ha cambiado. Por lo tanto, sus propósitos para nosotros no han cambiado. Me ha dado victoria en el pasado y lo volverá a hacer. Así que, en lugar de mirar al pasado sombríamente como algo que he perdido, lo consideraré como un anticipo de las muchas cosas buenas por venir. Podemos encontrar múltiples ejemplos de esto en la vida de los personajes de la Biblia, personas como José, Moisés, Josué y David.
¿Ayuda realmente esta medicina que prescribe el salmista? ¿En verdad nos cura de la depresión?
El Salmista en verdad experimenta libertad de su emoción. Podemos observar como va progresando su pensamiento y su estado de ánimo a lo largo de esta composición de dos partes.
En la primera estrofa, el salmista recuerda los días anteriores en el templo y es oprimido por el recuerdo. le preocupan las burlas de los enemigos que le dicen: "¿Dónde está tu Dios?"
En la estrofa dos vuelve a recordar, pero esta vez es para recordar a Dios y su bondad. Responde además que Dios está con él (v. 8).
En el versículo 1, Dios está ausente. En el versículo 9, Dios es su "roca". Cuando llegamos al Salmo 43: 2, Dios es su "fortaleza", y está orando con confianza para que Dios lo guíe de regreso al lugar de adoración y las alegrías de los días anteriores. Las dos primeras estrofas fueron lamentos; el tercero se ha convertido en una oración gozosa llena de confianza.
Si notan, en la última estrofa, el anticipa lo siguiente: “.....Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas. Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.” (Salmo 43.2–4, RVR60) Notan: Monte… Templo… Altar… Dios mismo.
¿Existe una cura para la depresión? Si.
Pero no está en nosotros. Esta en dios. La cura es buscar el rostro de Dios, para que el nuestro no sea abatido, que es lo que hace el salmista.
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