LO DEVILDE DIOS, LO FUERTE DEL HOMBRE
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LO DEVIL DE DIOS, LO FUERTE DEL HOMBRE
LO DEVIL DE DIOS, LO FUERTE DEL HOMBRE
A veces nos preguntamos que ira ser de nosotros
Que va a pasar, soportaremos mas cosas dificiles
Que vendra?
Que iran hacer los gobiernos
Nuestra mente pienza en tantas cosas
Nos damos cuenta que somos fragiles
Que debemos esperar solamente
O podemos buscar a Dios
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.
7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,
Es interesante comparar las cartas de Pablo a las iglesias de Roma y de Corinto.
Romanos es una exposición del evangelio cuidadosamente construida y ordenada, en tanto que las dos cartas a los corintios eran documentos ad hoc, en respuesta a las necesidades de los corintios
y a preguntas que ellos habían planteado.
Es posible que haya alrededor de veinte temas entre 1 y 2 Corintios, temas teológicos, ético, pastorales, y personales.
Es evidente que a Pablo lo unía a ellos un fuerte lazo de amor cristiano.
Le era natural dirigirse a ellos como ‘hijos míos amados’ (1 Corintios 4:14).
Podían tener ‘diez mil ayos’ (v.15) que los instruían,
pero no muchos padres que los amaran, y el apóstol había sido su padre por medio del evangelio (ver vv.14–21).
Un tema que se destaca es el del poder por medio de la debilidad:
hay ocho declaraciones claras al respecto en sus dos cartas.
La ambición de poder ha sido una característica de la historia desde que Adán y Eva recibieron la oferta de poder a cambio de la desobediencia.
Todavía hoy la búsqueda de dinero, fama, e influencia es en el fondo una necesidad encubierta de poder.
Lo vemos en todos los ámbitos.
¡El poder! Intoxica más que el alcohol, es más adictivo que las drogas.
Lord Acton, político británico del siglo xix, compuso el epigrama: ‘El poder tiende a corromper; el poder absoluto corrompe absolutamente’.
Este católico romano se opuso firmemente en 1870 a la decisión del Primer Concilio Vaticano de atribuirle infalibilidad al papa.
Lo consideró como un poder capaz de corromper a la Iglesia.
En los dos primeros capítulos de 1 Corintios, Pablo da tres ejemplos notables del poder en la debilidad, el poder divino por medio de la debilidad humana.
Lo vemos en el evangelio, porque la debilidad de la cruz es el poder redentor de Dios (1 Corintios 1:17–25).
En segundo lugar vemos poder en la debilidad en los corintios convertidos, porque Dios ha elegido personas débiles para avergonzar a las fuertes (1 Corintios 1:26–31).
Y en tercer lugar, en Pablo el evangelista, quien había llegado a Corinto ‘con debilidad, y mucho temor y temblor’ pero también ‘con demostración del Espíritu y de poder’ (1 Corintios 2:1–5).
El Señor eligió a un instrumento débil (Pablo) para llevar un mensaje débil (la cruz) a personas débiles (socialmente despreciadas). Pero por medio de esta triple debilidad se desplegó el poder de Dios, y sigue haciéndolo.
Para continuar leyendo: 1 Corintios 1:18–2:5