Características de un Buen Mayordom
Características de un Buen Mayordomo
1 Corintios 4:1,2
1 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.
2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
Introducción:
El concepto "mayordomo" viene del término Griego "Oikonomos" que es una palabra compuesta de dos términos: oiko=casa; nomos=ley. La ley de la casa. En el griego se usó el término "oikonomos" para referirse al esclavo que tenía la responsabilidad de administrar los bienes de su señor. El apóstol Pablo usa este término para referirse a los cristianos y hacernos ver que somos llamados por Dios para que sirvamos con fidelidad en los diferentes ministerios que Él ha puesto bajo nuestra responsabilidad. El pasaje citado arriba nos recuerda algunos principios que tienen que ver con un buen mayordomo:
I. Reconoce que todo lo que esta bajo su poder pertenece al Señor.
- Familia. (Ezequiel 18:4; Salmo 127:3).
La familia que está bajo nuestro cuidado pertenece a Dios. Así lo enseñó el patriarca Job cuando perdió a sus hijos. El dijo: "Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá". Un día daremos cuenta a Dios de cómo guiamos a nuestra familia; de cómo la cuidamos y la formamos para que fuera una familia temerosa de Dios.
- Posesiones. (Hageo 2:8; Deuteronomio 8:18).
Todo lo que en esta vida llegamos a tener, lo hemos recibido de Dios. La Biblia dice: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto" (Santiago 1:17).
- Tiempo. (La vida).
Hay cosas en la vida que se pueden recuperar, pero el tiempo perdido jamás se recuperará. La mejor inversión de nuestro tiempo es cuando servimos al Señor. Piense Ud. cuánto tiempo se desperdicia en la televisión y muchas veces sólo para llenarse la cabeza de basura que es al final de cuenta lo que se nos proyecta; los programas televisivos están llenos de sensualidad y violencia. Piense Ud. si todo ese tiempo malgastado se empleara en tiempos de oración y lectura bíblica o en visitas a los hogares para compartir la Palabra con tanta gente necesita del consuelo de la Palabra de Dios.
- Habilidades. (Talentos) (Éxodo 35:30-36:1).
Dios nos ha dado a todos habilidades naturales y lo ha hecho para que en primer lugar las ocupemos para servirle a Él.
- Los talentos.
Hay varios pasajes de la Biblia que nos enseñan que Dios ha enriquecido a los creyentes dándoles dones por medio de su Espíritu Santo. Algunos de estos pasajes son los siguientes: I Corintios Caps. 12,13 y 14; Romanos 12; Efesios 4:11 y I Pedro 4:10,11. Aprendemos en la Palabra de Dios varias cosas en cuanto a los dones: No deben ser motivo de orgullo. No son para nuestra complacencia. Los dones son para la gloria de Dios. Los dones son para beneficio de los creyentes. Los dones son para bendición de todos los hombres. Los dones no son garantía de una vida santa (La iglesia de los corintios era rica en dones espirituales; sin embargo, es una de las iglesias más carnales). No somos los cristianos quienes decidimos qué clases de dones vanos a tener, ¡Es el Señor en su soberana decisión quien decide! Cada creyente tiene por lo menos un don.
- El éxito en la obra del Señor no depende de los talentos en sí, sino de la fidelidad en el uso de ellos. Dios nos premiará no por la cantidad de dones que tuvimos, sino por la fidelidad con la que usamos esos dones que El nos dio por gracia.
II. Muestra fidelidad en el servicio. (V.2)
- Tiene cuidado de su familia. (Hebreos 11:7).
El buen mayordomo no sólo enseña la Palabra de Dios, sino que es modelo para su amada familia. Nuestra familia tiene los ojos puestos en nosotros y son ellos los que mejor pueden testificar qué tan honestos somos; si no vivimos lo que predicamos, son nuestros familiares los que primero rechazarán la Palabra de Dios.
- Tiene cuidado de la iglesia. (2ª. Corintios 9:6-8).
Los grandes descalabros que ocurren en las iglesias locales muchas veces suceden por la culpa, por la irresponsabilidad, por los pecados de los que Dios ha puesto como obispos para que cuiden al pueblo del Señor.
- Tiene cuidado de sí mismo. (1ª. Timoteo 4:16).
En un seminario Bíblico, uno de los profesores solía decir: "El siervo de Dios debe cuidarse de tres pecados: pereza, pisto y patojas" (En Guatemala se le llama "pisto" al dinero y "patojas" a las señoritas o mujeres en general).
III. Trabaja en espera de su Señor. (Mateo 25:14-30).
Este es uno de los pasajes que más duramente advierte a los siervos del Señor lo que ocurrirá con los que no sean fieles en su servicio a Dios. Dios dirá palabras duras a los administradores infieles:
- Siervo malo y negligente (v.26)
- La apreciación que hizo de su Señor fue vana porque éste no se quedó con el dinero, sino que lo dio al que tenía diez talentos. (v. 28).
El siervo malvado dijo que no había trabajado porque su Señor quería apropiarse del trabajo de otros, pero el Señor le demostró que estaba crasamente equivocado porque no se quedó con ningún centavo de sus siervos, sino que entregó el dinero a sus mismos siervos fieles.
- El mal siervo fue cobarde. (v. 25).
La Biblia dice que los cobardes no estarán en la gloria de Dios. El siervo fiel no debe tener temor; debe servir sabiendo que no está solo, pues el Señor ha prometido estar con él todos los días de la vida. El Señor dice en el libro de Hebreos 13:6: "No te desampararé, ni te dejaré"
- El mal siervo no tendrá un final feliz. (v. 30).
Conclusión:
Dios nos ha llamado por su gracia para que le sirvamos en su santa obra; nos ha dado el santo privilegio que seamos administradores de los bienes que le pertenecen. Esto es un gran privilegio. Pero los grandes privilegios encierran grandes responsabilidades, de manera que la exhortación que nos hace el apóstol Pablo es que sirvamos con fidelidad y del Señor recibiremos la recompensa.