FARIVIRUS: El Enfoque en lo Externo
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Introducción:
Introducción:
Repaso de la semana pasada: Farivirus, infectado con hipocresía espiritual, Andando asintomático (ceguera espiritual).
Introducción al enfoque externo: lavando manos al extremo (memes).
VIDEO- Como lavarse las manos.
Cambia a piyama.
Decidí ponerme un poco más cómodo como estoy en casa. ¿Puedo predicar de la Palabra de Dios vestido así?
Hay algunos quienes tienen mas problema con que yo predique vestido así, que con cómo trate a mi esposa e hijos en casa.
Eso demuestra lo que veremos hoy, un enfoque en lo externo. Tal como la ceguera espiritual, hay niveles, pero aqui hay algunos síntomas de este aspecto del Farivirus.
Hisopado espiritual:
Si igualas tu espiritualidad con actividades o acciones.
Si te enorgulleces al pensar cuanto no has faltado a las reuniones de la iglesia.
Si puedes determinar la condición espiritual de alguien con tan solo verlos.
Si el pecado visible de otro lo consideras mas grave que tu pecado privado.
Si te has preguntado que pensarán otros de ti cuando has orado, cantado, o hablado públicamente en la iglesia.
Si has intentado prestar atención cuanto ponen otros en la ofrenda en comparación con lo tuyo.
Si has comparado lo poco que alguien mas ha hecho en la iglesia con lo mucho que has hecho tu.
Si tienes un gran sentido de satisfacción al escuchar que te agradecen públicamente.
Si te es imposible adorar bien a Dios si no estás vestido para la iglesia.
Si tienes una lista mental de cosas que una buen creyente hace o no hace.
Cada creyente debe cuidarse de no enfocarse en lo externo debido a las pérdidas que causa.
Se pierde en el LEGALISMO.
Se pierde en el LEGALISMO.
El legalismo crea una regla falsa, Mat. 15:1-11.
Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo:¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
La reglas falsas eran creadas para ayudar a guardar la ley de Dios (tradición de los ancianos), eran una barrera que ayudaba mantenerse alejado de quebrantar el mandato de Dios, pero con el tiempo y el enfoque externo, se volvieron ley en la cultura religiosa del día. Se volvieron la forma de medir la santidad. Irónicamente, en varios casos, esas mismas reglas les hacían desobedecer la misma ley de Dios.
Esta tradición con el cual invalidaban el mandamiento, como dijo Cristo, era el de dedicar al templo los recursos que deberían usar para ayudar a sustentar a sus padres en su vejez, vs: 5-6. Dirían a sus padres ancianos, “no te puedo ayudar, pues las finanzas con que te ayudaría son dedicados al Señor, son Corbán.” Interesantemente, los fariseos eran líderes religiosos, por lo tanto, su empleo era en el templo. No estaban dando nada a Dios, sólo reteniéndolo en sus propios bolsillos y abandonando su responsabilidad de honrar a sus padres. Jesús les condena por elevar su tradición por encima de la voluntad expresada de Dios, vs: 8-9.
Era los que Pablo habló al describirlos en Ti. 1:14.
no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
El legalismo crea una santidad falsa.
La santidad falsa ignora que el verdadero problema es dentro de la persona, Mat. 15:15-20.
Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola. Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
La santidad falsa busca justificarse por medios externos, ignorando su condición interna, Mat. 23:25-28.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Pablo describe que el enfoque externo no tiene valor, no es eficaz en hacernos más santos, Col. 2:20-23.
Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
Ilustración: “7 pasos para convertirte en un verdadero legalista”
Inventa reglas que no estén en la Biblia.
Esfuérzate para cumplir esas reglas.
Castígate a ti mismo cuando no las cumplas.
Enorgullécete de ti mismo cuando los obedezcas.
Constitúyete a ti mismo como juez de los demás.
Enójate con aquellos que rompen tu reglas, o que tengan reglas diferentes a las tuyas.
Golpea a los que no pueden cumplir con tus
reglas.
Aplicación:
Si fueran a preguntarte si eres cristiano, ¿cómo responderías? Muchos contestarían con una respuesta de acciones “cristianas” de lo que hacen lo cual define su cristianismo.
Algunos símbolos externos de santidad detectables en la cultura religiosa hoy y lo que pueden esconder:
La asistencia sin falta a la iglesia, pero su casa no toman en cuenta a Dios.
La cantidad que ofrendan a la vista, pero son tacaños en ser de bendición y ayuda a otros.
La cantidad de ministerios en que están involucrados, pero se hace para ser vistos.
La vestimenta que da apariencia de ser modesta y pura, pero una actitud coqueta e inapropiada.
Las buenas obras hechas a la vista de los demás, pero nunca cuando no hay nadie mirando.
El hablar y comportarse educadamente en público, pero siendo áspero, impaciente, insensible, y despreciativo en casa.
La música que se escucha, pero la vida cotidiana no adora al Señor.
La lectura bíblica para completar un plan, pero no para profundizar tu relación con Dios.
La oración de “santa verbosidad” para impresionar a los demás con tu conocimiento religioso.
Se pierde de la MISERICORDIA.
Se pierde de la MISERICORDIA.
La misericordia no es experimentada, Luc. 6:36-38.
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Jesús manda que seamos misericordiosos, reflejando la gran misericordia de Dios en nuestras vidas. La falta de misericordia resulta en disciplina de parte de Dios.
Dios es abundante en misericordia, Ef. 2:4-6, Sal. 86:5; 103:8.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia.
La misericordia no es practicada, Luc. 6:43-45.
No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Lo exterior es producto de lo interior. Por lo tanto, si uno realmente no entiende, ni considera la gran misericordia de Dios, no lo experimentará en su propia vida.
El fruto de esa carencia de misericordia será una falta de misericordia hacia otros, basado el juicio en lo externo solamente, Sant. 2:1-13.
Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas.Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales?¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.
La falta de misericordia revela un enfoque en lo externo, negando la condición real del individuo, Luc. 11:37-42.
Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa. El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer. Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad. Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro? Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio. Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.
Al entender cuanta misericordia y gracia hemos recibido de parte de Dios, y al reconocer nuestras propias faltas, podemos extender misericordia hacia otros, Gal. 6:1-3.
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.
Ilustración: Parábola del siervo no perdonador en Mat. 18:21-35.
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Jesús con la mujer descubierta en adulterio, Jn. 8:3-11.
Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Aplicación:
Debemos cuidar nuestro corazón primordialemente. Al guardar el corazón, el resto de la vida seguirá el paso, Prov. 4:23-27.
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.
Se pierde de la SALVACIÓN.
Se pierde de la SALVACIÓN.
La salvación no es religiosidad, Gal. 3:10-11; Col. 2:13-17; Miq. 6:8; Os. 6:6.
Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.
La salvación no es por obras, Ef. 2:8-9; Ti. 3:4-7.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;no por obras, para que nadie se gloríe.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
Ilustración: Dando un regalo de Navidad, y me querés pagar por ello.
Aplicación:
Conclusión:
Conclusión: