La Gloriosa Multiplicación de la Iglesia

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Introducción

Hoy vamos a dar inicio a nuestra serie de sermones sobre el libro del Exodo. Hoy solo tendré un punto para mi sermón de los primeros 7 Versiculos, veremos como Dios de manera gloriosa multiplica de la iglesia.
Pero antes voy a introducir esta serie de sermones hablando sobre algunas generalidades del libro que nos serán de gran utilidad y nos animarán a no perdernos esta serie de sermones.

Algunas generalidades del libro de Exodo.

Exodo significa Salida, esta palabra es usada en Exodo 19:1 (hace referencia a la salida gloriosa del pueblo de Israel de su esclavitud de Egipto por la mano poderosa de Jehová), este nombre se lo pusieron los traductores de la versión en griego de la Tora (septuaginta). En el original hebreo el libro se llama Nombres (La primera palabra que aparece en el libro: Y estos son los nombres....).
Exodo es el segundo libro de la Tanak o la Tora (La ley de Moises), fue escrito sin lugar a dudas por Moisés Éxodo 17:14; Exodo 24:4; Éxodo 34:27; Moisés sabía cómo escribir, sabemos que fue educado como un noble en la corte de Faraón. Cuando Jesús citó de Éxodo atribuyó lo que estaba citando directamente a Moisés, Mr 7:10, 12:26, Lc 2:22-23. Pero por otra parte Éxodo es la Palabra viva de Dios. Fue exhalado por el Espíritu Santo y escrito por Moisés para nuestro beneficio espiritual.
El Exodo es el relato de una historia épica que ocurrió al rededor del año 1500 A.C. cuando Egipto tenía el control del mundo antiguo y la tierra de palestina estaba bajo su dominio. Moises escribió el Exodo aproximadamente 1,445-1405 A.C.
Algunos historiadores no le dan crédito a la historia del Exodo aduciendo que en los anales de Egipto no hay referencia alguna a lo que sucedió. Un escritor afirma:
“Los arqueólogos hasta la fecha no han encontrado evidencia directa para corroborar la historia bíblica de Exodo. Las inscripciones del antiguo Egipto no mencionan a los esclavos hebreos, ni las plagas devastadoras que la Biblia dice que precedieron a su liberación, ni la destrucción del ejército de Faraón durante el cruce milagroso de los israelitas del Mar Rojo (o tal vez el Mar de los Juncos). No se ha encontrado ningún rastro físico de la estancia nómada de cuarenta años de los israelitas en el desierto del Sinaí. Ni siquiera hay ninguna indicación, fuera de la Biblia, de que Moisés existió”
Un profesor de teología dijo con sarcasmo: “la evidencia real sobre el Éxodo se asemeja a la evidencia del unicornio”
La razón por la que la historia egipcia no relata este acontecimiento es porque su ley no les permitía recopilar los fracasos del faraón, quien, supuestamente, era considerado un ser divino. Y este en definitiva fue el mas horrible de sus fracasos.
¡No podríamos esperar que los egipcios escribieran en tablas sobre cómo perdieron a sus mejores soldados en un intento fallido de capturar esclavos fugitivos!.
Ahora bien si no hubo un Exodo mis hermanos, entonces no hay razón para creer en un Dios que tiene el poder de salvar y no hay necesidad de obedecer sus mandamientos.
Otros historiadores y comentaristas menos escépticos dicen que el Exodo ocurrió cuando Egipto ya no era una potencia mundial. Pero la cronología bíblica indica lo opuesto: Dios sacó a Israel de Egipto durante una de sus épocas de mayor apogeo, demostrando así Su poder (1446 a.C.).
Exodo ante todo es un libro que exalta el poder y la soberanía de Dios en la historia humana. A la luz de esto es lamentable que algunos comentaristas cristianos traten de explicar el Exodo aduciendo que los eventos extraordinarios que aqui ocurrieron como la multiplicación de Israel, las plagas, el juicio de Egipto y la alimentación de una multitud en el desierto fueron eventos ordinarios, causados por efectos naturales.
No es extraño que aquellos que no creer en los milagros del Exodo, tampoco crean en la mas extraordinaria intervención de Dios en la historia, cuando el hijo de Dios se hizo carne, naciendo de una virgen, para poner fin al pecado y sellar la redención de su pueblo tipificada en el Exodo.
Hermanos el Exodo es una historia épica real, lo que narra Moises inspirado por Dios, fueron eventos históricos, de un Dios fiel a su pacto que intervino en la historia para crear a un pueblo y redimirlo para su gloria. Este es un libro que nos debe llevar a adorar y exaltar a nuestro gran Dios y Salvador. El es el centro de esta gloriosa historia que estaremos estudiando. Dios es el protagonista del Exodo.
Dios es quien se revela a Moisés como el Gran YO SOY. Dios es el que escucha los gritos de su pueblo en la esclavitud y se compadece de su sufrimiento, levantando un libertador para salvarlos. Dios es quien visita las plagas en Egipto, quien divide el mar y quien ahoga al ejército de Faraón. Dios es quien provee pan del cielo y agua de la roca. Dios es quien da el pacto de la ley en la montaña y llena el tabernáculo con su gloria. De principio a fin, Éxodo es un libro centrado en Dios.
Cuando los escritores bíblicos recuerdan el éxodo, rara vez mencionan a Moisés; en cambio, hablan de las maravillas de Dios.
Moises e Israel ocupan un lugar secundario en este relato… Esto es interesante, ¿que hombre siendo el heraldo de un pueblo escribe un libro donde el mismo se presenta como un hombre rebelde, cobarde y débil ante el llamado de Dios? que líder en los tiempos de Moises escribe un libro siendo bien honesto en cuanto su procedencia. De echo este libro describe a los israelitas como un pueblo insignificante, rebelde a su Dios, quejumbroso, desagradecido e idolatra.
El Exodo no se trata del pueblo Judío, de nuevo, este es un libro que revela la fidelidad de Dios a las promesas de su pacto. Es un libro que habla de un Dios que redime a un pueblo para su gloria - por esto el titulo de esta serie.
En el Exodo tenemos un completa revelación del evangelio, este libro nos narra el primer gran acto redentor de Dios en la historia de la iglesia. El Señor, el hijo de Dios es quien guío a estas personas hacia la libertad y las introducirá en la tierra prometida como tipo de la obra que realizaría ruego de su encarnación (Judas 5). Dios guió esta historia de tal manera que anticipara la redención lograda por Cristo para la iglesia del A.T.
Al igual que Moisés, Jesús nació para ser un salvador y fue rescatado de sus enemigos al nacer.
También tuvo una estadía en Egipto, porque está escrito: “De Egipto llamé a mi hijo” (Oseas 11: 1; Mateo 2:15).
Al igual que los hijos de Israel, Jesús pasó por las aguas del bautismo.
También como los israelitas, que vagaron por el desierto durante cuarenta años, Jesús salió al desierto durante cuarenta días para ser probado (a diferencia de los Judíos - el venció como el verdadero Israel).
A su regreso, subió la montaña para dar la ley (Mateo 5–7), de la misma manera que Moisés bajó la ley del monte Sinaí.
La muerte de Cristo siguió el patrón del éxodo. Lucas 9:30,31. La palabra que Lucas usa para la partida de Jesús es la palabra griega éxodo. Moisés y Elías estaban hablando con Jesús sobre su éxodo. Estaban hablando de su crucifixión y resurrección, cuando pasaría por las aguas profundas de la muerte para liberar a su pueblo de su esclavitud al pecado y llevarlo a la tierra de la gloria. Esto explica por qué Jesús fue crucificado en la Pascua. Él era el cordero de la Pascua (1 Cor. 5: 7) que quita los pecados del mundo (Juan 1:29).
Muchas de las palabras que usa el Antiguo Testamento para describir el éxodo de Egipto (como rescate, redención y liberación) son las mismas palabras que usa el Nuevo Testamento para describir la obra de Cristo en la cruz.
Así que el Éxodo no es solo una historia de salvación, sino la historia de la salvación. La liberación de Israel de Egipto, anticipó la salvación realizada de una vez por todas en Jesucristo.
Por esta razón, cuando el apóstol Pablo quiso exhortar a los corintios a perseverar en la fe, les recordó el éxodo: (1 Cor. 10:1-2). Luego, Pablo estableció una conexión entre su salvación y la salvación que tenemos en Jesucristo: 1 Cor. 10:3-4 El apóstol continuó explicando cómo, a pesar del hecho de que Dios los salvó en el desierto, los israelitas se apartaron de Dios y perecieron. Concluyó diciendo: 1 Cor. 10:11. de manera que según Pablo, lo que les sucedió fue escrito para nosotros. El éxodo está destinado a nuestro beneficio espiritual. Dado que el éxodo es una historia de liberación de la esclavitud a través del trabajo de un salvador, es la historia de la vida cristiana.
Al igual que los israelitas, aunque "éramos esclavos del pecado", ahora "hemos sido liberados del pecado" (Rom. 6:17,18). Al rastrear su viaje espiritual, descubrimos que necesitamos exactamente lo que los israelitas necesitaban:
Necesitamos un libertador, un Dios para salvarnos de la esclavitud y destruir a nuestros enemigos.
Necesitamos un proveedor, un Dios que nos alimente con pan del cielo y agua de la roca.
Necesitamos un legislador, un Dios que nos mande cómo amarlo y servirlo.
Y necesitamos un amigo, un Dios que esté con nosotros día y noche, para siempre.
Amados hermanos este es un libro para nosotros, es un texto que da esperanza de redención a cualquier persona que esta cautiva de su pecado, nos enseña como creyentes que la meta de nuestra redención vivir para la gloria de Dios y adorarle.
Hermanos, este libro exalta la gloria de Dios en la salvación de Israel y en los juicios que él ejecuto sobre faraón. Es por esta razón que:
tan pronto como Israel escapó de las garras de Faraón, glorificaron a Dios. La travesía del Mar Rojo fue seguida inmediatamente por el Cantar de Moisés (Éxodo 15:11).
Vemos además que a medida que los israelitas caminan por el desierto, vieron "la gloria de Jehová apareciendo en la nube" (Éxodo 16:10).
y Finalmente llegaron al monte Sinaí, para contemplar la gloria de Dios en medio de los truenos y relámpagos (Éxodo 24: 15-17). y aqui escucharon las palabras del pacto, que fueron dadas para ayudarlos a glorificar a Dios.
Trágicamente, mientras los israelitas esperaban a que Moisés bajara la montaña, comenzaron a bailar alrededor de un becerro de oro. Dios estaba tan enojado con ellos que estaba listo para destruirlos. ¿Por qué razón? Porque aunque fueron salvos para glorificar a Dios, no lo estaban haciendo. Así que Moisés intercede, pidiendo a Dios que se apiade de ellos, e hizo su llamamiento sobre la base de la gloria de Dios (Éxodo 32: 11–14). Si Dios destruía a los israelitas, Moisés argumentó, entonces los egipcios no lo glorificarían como el Dios que salvó a su pueblo.
Después, Moisés volvió a subir la montaña, y allí pidió ver la gloria de Dios (Éxodo 33: 18–23). Cuando Moisés bajó de la montaña, la gloria de Dios resplandecía sobre su rostro (Éxodo 34: 29–35).
Los últimos capítulos de Éxodo contienen instrucciones detalladas para construir el tabernáculo. Dios es explicito en cuanto a como desea ser glorificado por su pueblo. Somos salvos para glorificar a Dios, lo que significa adorarlo de la forma en que desea ser adorado. Éxodo 40:34,35 es el climax del libro.
De principio a fin, el éxodo fue para la gloria de Dios. Hermanos este libro nos mostrará que el Dios de Israel es el Dios que salva.
Cualquiera que quiera ser salvo puede invocar su nombre y el nombre de su divino Hijo, el Salvador, Jesucristo.
Esto es lo que hizo el salmista al final del Salmo 106 luego de recordar el Exodo explicando como Dios salvo a su pueblo a pesar de su pecado, el salmista nos invita a invocar a Dios para nuestra propia salvación diciendo: “Sálvanos, Jehová Dios nuestro, Y recógenos de entre las naciones, Para que alabemos tu santo nombre, Para que nos gloriemos en tus alabanzas....” (Salmo 106.47–48, RVR60)
No merecemos ser salvados del pecado más de lo que los israelitas merecían ser sacados de Egipto. Pero Dios nos salva para su gloria, de modo que "podamos dar gracias a [su] santo nombre y gloria en [su] alabanza", diciendo: .... Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya
Mientras estudiamos este libro vamos a conocer a un Dios santo, soberano, todo poderoso, justo y que tiene misericordia del pueblo que escogió amar y viene a su rescate para salvarlos de su esclavitud.
El Exodo tiene dos divisiones naturales:
Exodo 1; Exodo 15:21 leemos acerca de la redención del pueblo de Dios
Exodo 15:22 - Exodo 40 leemos acerca de la revelación de la gloria de Jehová.
Ahora que hemos hablado de las generalidades, vamos a enfocarnos en los primeros 7 versiculos, veamos como Dios Multiplica de manera gloriosa a su pueblo cumpliendo las promesas de su pacto.
Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia:Rubén, Simeón, Leví, Judá,Isacar, Zabulón, Benjamín,Dan, Neftalí, Gad y Aser.Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en Egipto.Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación.Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.” (Éxodo 1.1–7, RVR60)
Estos primeros versiculos inician en original hebreos con una Y.... debemos asumir que este libro es la continuación del libro de Genesis. Esta es la continuación de la historia del pacto que Dios hizo con Abraham, Isaac y Jacob, Dios no ha olvidado las promesas de este pacto, aunque los Judios se hayan olvidado y se hayan acomodado en Egipto y no tenían esperanza de regresar a Canaan para esperar las promesas de Dios, Dios no se ha olvidado, el es fiel.
Entonces Moises inicia con la genealogía de los hijos de Jacob que entraron a Egipto siendo una familia de 70 personas, en esta genealogía los hijos de Jacob son enumerados según la madre, primero los de Lea y Raquel, luego los de las concubinas Zilpa y Bilha).
Luego habla de José que ya estaba en Egipto cuando Jacob y su familia entro, El fue el primero de la familia de Jacob en descender a Egipto. Recordemos que él era el hijo favorito de Jacob, por ser hijo de Raquel, por esta razón fue envidiado y odiado por sus hermanos. Su odio les llevo a tal punto que decidieron matarlo, por la intervención de Judá desistieron y decidieron venderlo como esclavo a una caravana que viajaba a Egipto, luego le llevaron su túnica manchada de sangre a su padre (Génesis 37). Sin embargo, en la providencia de Dios, José finalmente se convirtió en el príncipe de Egipto.
Años mas tarde su familia fue a Egipto a causa de una hambruna, y José pudo sostener a sus hermanos e instalarlos en la tierra de Goshen. La ironía es que, las familias de estos hombres que vendieron a su hermano, terminaron luego siendo esclavos en Egipto. No solo por la disciplina de Dios, sino por la fidelidad de Dios, que los obligo ir a Egipto para guardarlos de la maldad que estaba floreciendo Canaan, de haberse quedado hubieran desaparecido como nación y las promesas de Dios hubieran fracasado.
Entonces aqui está, una familia de 70, se ha convertido por la fidelidad de Dios en una gran nación. Génesis 50:20 - Exodo 34: 6, 7.
Lo que hizo de los hijos de Israel un pueblo especial, fue su relación con Dios. Tenían a Dios de su lado, al Dios que prometió que prometió a Abraham que de su descendencia vendría un redentor para su pueblo y que de esta manera haría de su descendencia una gran nación de gente santa. Génesis 12: 2a - Génesis 17: 2
Dios le dio a Abraham dos grandes promesas: tierra y simiente. Noten como la promesa de la simiente se cumplió en estos versículos iniciales. Luego Dios le dará a los descendientes de Abraham una tierra, de ahí su necesidad de sacarlos de Egipto.
La promesa de la simiente se remonta incluso más allá de Abraham, hasta Adán y Eva, a quienes se les ordenó (Génesis 1:28). Ahora Dios estaba cumpliendo su promesa de convertir a una familia en una nación poderosa. Dios tiene un plan, un propósito, un pueblo.
Exodo 1:7 lo hace explícito al describir a las multitudes hebreas con las mismas palabras ("fructíferas", "multiplicar", etc.) utilizadas en el mandato de creación en Génesis (cf. Génesis 1:21,22;9: 1–7). En su pueblo Israel, Dios estaba cumpliendo su plan para la humanidad. Sal.105:23-24
Vemos en estos primeros versiculos, como Dios está creando un pueblo para sí mismo (El conoce a este pueblo por su nombre - es él quien lo hace crecer por su poder soberano). Vemos aquí el nacimiento de la iglesia, que se concierte de una familia de 70 en una gran nación de por lo menos dos millones de personas.
En el original hebreo, se usan siete palabras diferentes para describir la explosión demográfica Exodo 1:7, de manera que la multiplicación de los israelitas era el cumplimiento del plan de Dios. De echo, los hijos de Israel son llamados a confesar su fe en la fidelidad de las promesas de Dios (Deut. 26: 5b).
Esto nos lleva a una pregunta muy práctica: ¿Quién es nuestro Dios? La verdad es que no somos mejores que los hijos de Israel. Somos personas envidiosas y de mal genio que obstinadamente rehusamos seguir a Dios. No cumplimos con sus mandamientos todos los días. Así que necesitamos al Dios del Éxodo. Si él es nuestro Dios, entonces nos ha redimido por gracia, y podemos confiar en él para sostenernos hasta el final.
Si Génesis es la historia de la creación de Dios del mundo; Éxodo es la historia de su creación de la iglesia. 
Esta Iglesia crece en el contexto de la esclavitud, una esclavitud que Dios anticipa y decreta, como un medio santificador para su pueblo.
De esto aprendemos, que el crecimiento de la iglesia puede ser un proceso doloroso, especialmente cuando Dios nos aleja de la mundanalidad. Y así, no solo Dios nos hace crecer a medida que somos obedientes a Sus mandamientos, sino que, en el contexto de Su providencia santificadora, a menudo enfrentamos procesos dolorosos. Pero esos procesos dolorosos en sí mismos proporcionan una situación de prueba en la que confiamos en la providencia de Dios. 
Sería muy fácil para el pueblo de Dios esclavizado durante 430 años cuestionarse si Dios alguna vez cumpliría Sus promesas, pero los propósitos de Dios se van cumpliendo lentamente. Y aunque Dios puede parecer lento a nuestros ojos, su tiempo es perfecto.
Dios cumple su promesa aun en medio de la opresión. Y como resultado de esto, los saca de Egipto como una nación creada y redimida para su gloria. Sal. 106:7-8 - (Éxodo 14:18; cf. Éxodo 9:16; 14:4,17; Romanos 9:17).
He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido. Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.” (Isaías 43.19–21, RVR60)
Que Dios nos bendiga mientras estudiamos esta historia en los próximos meses.
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