Victoriosos - Refugio en tiempos de guerra.
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· 37 viewsMuchas veces en los momentos de batalla no sabemos que hacer ni donde ir, es muy importante que como hijos de Dios entendamos que el Señor es todo para nosotros, aún nuestro refujio en tiempos de guerra.
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EL ETERNO DIOS ES TU REFUGIO.
EL ETERNO DIOS ES TU REFUGIO.
El Dios eterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos. Expulsará de tu presencia al enemigo y te ordenará que lo destruyas.
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Esta palabra no la comparto sólo por la crisis que estamos viviendo como sociedad y como mundo. Sino como una palabra para todos los días, para la vida misma. Ya que la vida es una batalla de todos los días. En la cual no debemos bajar los brazos, ni tampoco darnos por vencidos. Pero tenemos que descubrir, conocer y saber cómo es que funciona esto en Cristo.
Vamos a ver que el Señor es nuestro refugio, que la clave es permanecer en él y de quién y contra quién es la batalla.
DESARROLLO:
DESARROLLO:
NUESTRO REFUGIO
NUESTRO REFUGIO
La palabra refugio puede traducirse como “mansión” o “lugar de habitación”, lo que nos da la idea de que Dios es nuestra morada, nuestro hogar. Hay plenitud y dulzura en esta metáfora, pues nuestro hogar es muy apreciado en nuestro corazón, aunque sea una humilde cabaña o una simple buhardilla. Y mucho más precioso es nuestro bendecido Dios en quien vivimos, nos vemos y tenemos nuestro ser. El hogar es el lugar en el que nos sentimos seguros: impedimos la entrada del mundo y habitamos en tranquila seguridad. Entonces, cuando estoy con Dios “no temo peligro alguno”.
Casa Segura…!
Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah
Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.
PERMANECER EN ÉL
PERMANECER EN ÉL
La clave de la victoria, como ya todos sabemos, es permanecer en él. Sin él no hay victoria, ni tampoco refugio.
El apóstol Pedro nos da algunos principios para permanecer en él.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
El primero es humillarse ante él.
Echar nuestra ansiedad sobre él.
Estar sobrios y velando.
Resistir firmes en la fe.
Sabiendo que nuestros hermanos pasan por lo mismo.
Sentido de comunidad.
Permanecer en él, no es simplemente orando y leyendo la Biblia, sino viviendo de acuerdo a lo que creemos y entendiendo el contexto y el tiempo en el que estamos viviendo.
Esto es aún más urgente, porque ustedes saben que es muy tarde; el tiempo se acaba. Despierten, porque nuestra salvación ahora está más cerca que cuando recién creímos. La noche ya casi llega a su fin; el día de la salvación amanecerá pronto. Por eso, dejen de lado sus actos oscuros como si se quitaran ropa sucia, y pónganse la armadura resplandeciente de la vida recta. Ya que nosotros pertenecemos al día, vivamos con decencia a la vista de todos. No participen en la oscuridad de las fiestas desenfrenadas y de las borracheras, ni vivan en promiscuidad sexual e inmoralidad, ni se metan en peleas, ni tengan envidia.
Para permanecer en él debemos dejar atrás las obras de las tinieblas, o sus actos oscuros, según esta versión.
Entonces sí tendremos las armas, los recursos, el poder y la fuerza para vencer en esta batalla de todos los días.
DE QUIÉN ES LA BATALLA
DE QUIÉN ES LA BATALLA
Otra de las cosas que debemos tener en claro, es que una vez que nosotros nos entregamos a Cristo, nuestra vida y por ende nuestras batallas son en realidad del Señor.
Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Nosotros somos de Dios y el maligno no se mete con nosotros sin el permiso de Dios. El mundo está bajo el maligno, nosotros no debemos responder al enemigo, sino a Dios.
Dijo: «¡Escuchen habitantes de Judá y de Jerusalén! ¡Escuche, rey Josafat! Esto dice el Señor: “¡No tengan miedo! No se desalienten por este poderoso ejército, porque la batalla no es de ustedes sino de Dios.
Sin embargo, ustedes ni siquiera tendrán que luchar. Tomen sus posiciones; luego quédense quietos y observen la victoria del Señor. Él está con ustedes, pueblo de Judá y de Jerusalén. No tengan miedo ni se desalienten. ¡Salgan mañana contra ellos, porque el Señor está con ustedes!”».
Cuando respondemos al Señor, la victoria está asegurada.
No fue con sus espadas que conquistaron la tierra, ni sus brazos fuertes les dieron la victoria. Fueron tu mano derecha y tu brazo fuerte, y la luz cegadora de tu rostro que los ayudó, porque los amabas.
No somos nosotros con nuestras fuerzas que vamos a vencer. Sino entendiendo que la batalla no es nuestra, sino de Dios y es Dios el que pelea y el que gana la batalla. Yo participo respondiendo a las directivas de Dios.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
El Señor está con nosotros, el es nuestro refugio y nuestra garantía de victoria.