El Candelero de Oro

Éxodo: La Ley del Reino   •  Sermon  •  Submitted
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Éxodo 25.31–40 RVR60
Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado. Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero; y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores. Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero. Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro. Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante. También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro. De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios. Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
Hoy estudiaremos acerca del candelero de oro, y lo que llevamos estudiado de este capitulo 25 hemos notado tres cosas en relación a la construcción, la primera es que el diseño es es enteramente de Dios, segundo la mano de obra debía ser provista por los mejores artesanos y tercero el material que debía usarse era material de primera, ya que como mencionamos el Tabernáculo, si bien era una tienda movible era también el palacio del Rey, donde este Rey se sentaría a gobernar a la nación pero también donde sería representada la habitación del Rey junto a Su pueblo.
Según el versículo 39 el candelero estaba hecho de 1 talento de oro, lo que significa que valdría una fortuna y el hecho de que fuera labrado a una sola pieza con martillo haría que su valor aún fuera más alto. Normalmente en cualquier trabajo artesanal, ya sea madera, hierro, mármol, o metales, cualquier figura o trabajo hecho sobre una sola pieza hace que su valor se incremente. Asi que podemos pensar que el candelero desde el lente de un mercader valdría una fortuna, no solo por el oro en si sino por el trabajo y el detalle que se le imprimió.
El diseño del candelero tendría que asemejar a un árbol de almendro, y es interesante que este árbol tuviera la función de alumbrar, ya que la luz se asocia con la vida, así que el almendro traería a la mente el árbol de la vida que se encontraba en el Edén, aunque normalmente se piensa que este árbol era una árbol de manzana, en realidad era un almendro.
Como hemos visto el Tabernáculo, el propiciatorio, el candelero, etc eran sombras de la realidad que vendría a ser, todo esto nos apuntaba a la realidad que es Cristo.
El hecho de que el candelero fuera hecho para asemejar un almendro, es interesante porque Dios mismo se identifica como un almendro,
Jeremías 1.11–12 RVR60
La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.
El almendro es uno de los primeros árboles que florecen en la primavera, y la palabra almendro en el hebreo se asocia con la palabra “vigilar” o “vigilante” por el mismo hecho de que el almendro es el primer árbol que florece y denota esperanza también al ser el primer árbol que da señales de vida después del invierno
El hecho de que el Señor se identifique a El y a Su palabra como un almendro significa que el vigila sobre Su Pueblo y apresura a cumplir sus promesas. La vara de Aarón que se encontraba dentro del arca junto a las tablas de la Ley era una vara de almendro, así que tanto la Ley que muestra el carácter de Dios mismo, el almendro muestra a Dios mismo vigilando y apresurando Su palabra para ponerla por obra.
Entonces la luz y el almendro tienen mucho en común, podríamos pensar en el almendro como “el árbol que vela”
Las lámparas y la luz son representaciones de las realidades del mundo de Dios. La Biblia nos dice de nuestro Señor que Él es luz y en Él no hay tinieblas, porque Él es la luz del mundo. Los cristianos deben ser para aquellos que están en la oscuridad espiritual, la luz del mundo. Por ejemplo en Apocalipsis 1: 10-13, la iglesia se compara con la menorá (candelero); Los siete candelabros dorados. La iglesia está representada y también nuestro Señor Jesucristo, quien es nuestro árbol de la vida, como el candelabro de oro.
Apocalipsis 1:10-13

10Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

12Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14

El hablar del tabernáculo es hablar del Pacto, el hablar del candelero es hablar del Pacto también; el candelero representa el árbol de la vida, que nos remonta al Jardín del edén, donde Dios estaba en plena comunión con el hombre y que a causa del pecado se había perdido esta comunión pero también apunta a Cristo quién restauró esta unión y comunión pactual con Dios.
Es común asociar la Palabra de Dios con una lámpara
Salmo 119.105 RVR60
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
En la Escritura encontramos muchos textos en los que se relaciona la luz con la vida, la palabra de Dios con la lampara, Dios mismo como luz, incluso su propio pueblo también, y es interesante notar como Dios nos da estos textos para que entendamos que Su Palabra nos alumbra y el mismo vela por nosotros, recordando al almendro. El primer punto del pacto que hemos ya estudiado habla de la trascendencia de Dios que lo hace diferente y aparte de nosotros pero también hemos estudiado acerca de la inmanencia de Dios actuando en la historia a favor de Su pueblo.
En estos tiempos difíciles encontramos gran alivio al estudiar estos pasajes porque nos recuerdan no solo que Cristo nuestro rey vela por nosotros y nos da Su palabra para guiarnos sino que también como leímos en Jeremías el apresura su palabra para ponerla por obra.
Hace un par de días leí un breve artículo donde hablaba acerca de la incertidumbre que se vive por la falta de un buen gobierno en México, y que muchos pensaban que al terminar el sexenio de este presidente acabaría esta incertidumbre pero no iba a ser asi sino que vendrían tiempos peores, y pensaba acerca de esto y al estudiar este pasaje y el significado y hacia a donde apunta el candelero de oro, pense en la certeza que tenemos bajo el mando de Cristo, y si pensamos en el Tabernáculo y lo que representaba, que el Rey de reyes y Señor de señores habitaba junto a Su pueblo y los gobernaba, y la seguridad que sto debió haber traído al pueblo de Israel, y esto siendo solo sombra de la realidad que ahora vivimos en Cristo, para nosotros debiera ser de mayor felicidad el saber que nuestro Rey camina y habita con nosotros no en tipo sino en realidad.
La verdadera fe está centrada en Dios y no en el hombre, la construcción del palacio del rey aunque requería los mejores artesanos y los mejores materiales esto de ninguna manera quería decir que la adoración tendría que centrarse en el Tabernáculo en si, sino que implicaba que la adoración debía centrarse en Dios solamente, si recordamos el pasaje en 1 de Samuel cuando Israel se enfrentó a los filisteos y donde en el primer encuentro Israel perdió muchos hombres y su estrategía fue traer el arca al campo de batalla nos podemos dar cuenta que la adoración a Dios ya no estaba centrada en el sino en el mobiliario, esto sucede en la actualidad, por ejemplo en este tiempo donde el gobierno ha prohibido las reuniones en las iglesias, vemos que muchos cristianos no soportan el estar lejos de sus congregaciones cuando como hemos estudiado la verdadera adoración era orientada a la familia, y nosotros nos reunimos y convivimos en la mesa del Señor pero no nos morimos verdad si cada quien se reúne en su casa. El problema ahora es que esto nos deja ver que asi como el Israel de 1 de Samuel, la adoración se centra en muchos en la “Iglesia local” y no en Dios.
El gran error es negar la fe como el centro de todas las cosas, gobierno, ley, autoridad, sociedad.
La adoración es sinpónimo de obediencia.
El candelero de oro no era un utencilio más sino que representaba a nuestro Señor como quien vela y alumbra a Su pueblo en toda esfera de la vida. Quien El mismo como el árbol de la vida restauró nuestra comunión perdida con Dios.
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